domingo, 4 de abril de 2010

Transgenero: Frankenstein se queda corto


Siempre es bueno leer a los detractores y a quienes no piensan como nosotras.
Lo malo es que lejos de mostrar argumentos, solo atinan a las diatrivas y a los insultos, en nombre de la consideración y del amor al ser humano.
Jusguen ustedes mismas.


Por Ana Laura

Es el afán del hombre de querer ser Dios, de jugar a ser Dios, el que lo lleva a despreciar a la misma naturaleza que nos ha creado hombres y mujeres, para construir artificialmente un supuesto "tercer género" o bien los denominados y denominadas "transexuales" o "transgénero".

No es oro todo lo que brilla, de la misma forma no es una mujer el hombre que se somete a un sinfín de procedimientos y tratamientos destinados a hacerlo parecer una mujer, porque sus cromosomas serán siempre y hasta el día de su muerte XY y tampoco es hombre una mujer que se extirpa los senos, toma hormonas para que le crezca barba y se viste con ropas masculinas.

Obviamente esta tendencia surge de las dañinas ideologías de género que nos indican que somos seres neutros a los que la sociedad nos asigna "roles" o "papeles" de hombre o mujer. Esta gentecita pretende hacernos creer que es muy bueno, sano y normal decidir arbitrariamente si queremos ser hombres o mujeres, aún pasándole por encima a la misma naturaleza que nos dotó de un sexo biológico bien definido.

Lo más contradictorio de todo esto es que esta gente denosta de los roles "arbitrariamente impuestos" por la sociedad para uno u otro "género", pero los transgénero son precisamente los que abrazan los roles que le corresponden al sexo contrario.

Pero el caso más enfermo de transexualismo que he visto en mi vida es el de Joseph ("Josie") Romero, un niño estadounidense de OCHO AÑOS DE EDAD al que sus padres sometieron a un "cambio de sexo" por petición del niño.

Lo que yo digo es ¿qué pasa con esta sociedad ENFERMA que promueve la aceptación de la enfermedad en vez de su curación? Si yo hubiese sido la madre de ese niño, en vez de pagar cientos de miles de dólares para hacerle mutilar su pene y construirle un remedo de vagina (que nunca será una verdadera vagina sino un cuenco artificial) lo hubiese llevado y de urgencia con un psiquiatra. Una persona que se siente mujer en cuerpo de hombre y viceversa no necesita a un cirujano plástico, necesita un psiquiatra para que lo ayude a aceptarse como es y a aceptar su realidad física, biológica e inmutable de HOMBRE O MUJER según sea el caso.

Luego está el famoso caso de "Thomas" Beatie, el "hombre" embarazado, que en realidad es una mujer que cuenta con la función reproductora femenina y con los órganos reproductores femeninos, aunque se diga hombre y se vea como tal. Llamemos a las cosas por su nombre, el hombre es hombre y la mujer es mujer, aunque se vean como lo que no son. No estamos obligados a aceptar como normales y naturales estos comportamientos ENFERMOS.

Es un crimen mutilar, extirpar y dañar deliberadamente órganos sanos de estas personas por mero capricho de los colectivos lgtb, es como decirle a Dios o a la naturaleza: "oye, no hiciste bien tu trabajo, te equivocaste, así que nosotros, los todo poderosos seres humanso corregiremos lo que hiciste mal".

Lo siento pero no puedo aceptar como sano y normal algo que objetivamente no lo es, la naturaleza es sabia, los necios son los seres humanos por pretender cambiarla o suplantarla.

(Copiado del Blog "Cultura, Vida y Familia" que se subtitula "Por el rescate de la familiay los valores de nuestros antepasados, en favor de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural" )


1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias muchachO por rescatar este escrito míó´de hace muchos años. Por miedo y cobardíá´dejé´de defender la causa contra la ideologíá´de géńéŕó, pero he vuelto con máś´fuerza que antes y he recuperado muchos de mis escritos gracias a gente como vos.