domingo, 13 de junio de 2010

Una profesora transexual da clases de forma gratuita a niños y mayores en Argentina


En medio del debate por la adopción de homosexuales una travesti de San Martín da clases de apoyo, de manera gratuita para niños y adultos • Las clases especiales de Fabi reencaminan en el estudio a chicos de barrios carenciados • Los padres no la juzgan por su condición sexual y aseguran que gracias a su trabajo los chicos no repiten de año •Los chicos no tienen los prejuicios de los adultos.

Agencia Infancia Hoy.- Los dedos de una mano alcanzan para contabilizar las experiencias educativas que en nuestro país tienen al frente del aula a travestis. En Misiones, el caso de Fabi Tatarinoff es emblemático por varias circunstancias. En primer lugar porque se trata de una educadora travesti que a pesar de su elección sexual fue completamente aceptada por la comunidad de San Martín en su rol docente – no formal - , pero además porque a partir de sus clases especiales los chicos de diversos barrios de este municipio han logrado revertir atrasos escolares y reencaminarse en sus respectivas cursadas.

Fabi dicta clases de apoyo gratuitas para 25 niños y niñas en una casa – cedida por una madre - del humilde Barrio Municipal, situado en serranías rurales de la localidad. También lo hace en el salón que la Cooperativa Eléctrica Limitada Oberá posee en San Martín, y por estos servicios educativos percibe un ingreso mensual de la comuna. En pocos días más, comenzará a dictar clases de alfabetización para adultos que no tuvieron la oportunidad de estudiar cuando eran niños.

El contexto en el que debe desempeñarse Fabi es complejo: la costumbre aquí – marcada por la necesidad - es que los niños terminen la primaria a los tumbos y luego abandonen para ir a tarefear. Ante este panorama, y frente a los excelentes resultados obtenidos por los alumnos en las aulas gracias a las clases de la educadora travesti, hoy los padres del Barrio Municipal apoyan decididamente la continuidad de las clases de Fabi e incluso están en tratativas para que se pueda habilitar un salón especial en el barrio, a fines de que dichas clases puedan optimizarse.

Hace unos días un cronista del Diario Primera Sección arribó hasta la casa de la vecina Marina Ferreya – quien cedió su humilde hogar para las clases – y encontró a Fabi dando clases, y a las madres de los alumnos presentes para brindar sus testimonios de agradecimiento a una persona en la que hoy depositan grandes esperanzas vinculadas al futuro de sus hijos.

Revolución educativa

Fabi Tatarinoff nació y se crió en San Martín. Desde que descubrió y asumió valientemente su identidad sexual, prefiere que lo llamen Fabi o Celeste, como es conocida en su círculo de amistades. Cuando terminó la secundaria, tuvo la oportunidad de hacer algo que muy pocos por esta zona pueden hacer: ingresar a la universidad. Primero fue Licenciatura en Genética (en Posadas), pero tras abandonar esa carrera decidió empezar el Profesorado en Ciencias Políticas en una academia privada de Oberá. Hoy está cursando el segundo año de esa carrera.

“La idea de dictar clases de apoyo para los chicos de familias humildes que no tienen a su alcance la posibilidad de pagar profesores particulares surgió ya hace tres años. Primero comencé ayudando a algunos chicos por pedido de sus madres, y como se iban sumando más chicos, fueron las propias madres las que me sugirieron que hablara con el intendente para poder dar clases para todos los chicos del Barrio Municipal, porque todos los necesitaban” explicó Fabi acerca del comienzo del espacio educativo que hoy funciona en casa de la vecina Marina.

“Al principio, gracias a la muy buena disposición del intendente, las clases se daban en un salón de usos múltiples del municipio, y después también en el salón de la CELO pero para alumnos de secundaria. Y finalmente, una madre cedió su casa y hoy estoy dando clases para 25 chicos en el Barrio Municipal” agrega Tatarinoff.

“Los chicos llegan con muchas dudas, en especial de materias centrales como Matemática y Lengua. Y en la escuela por ahí no se animan a sacarse las dudas, entonces acá en las clases de apoyo trabajamos sobre esas dudas, hacemos trabajos, con el objetivo de que entiendan lo que están estudiando, y no que aprendan las cosas de memoria. Es difícil porque muchas madres de ellos no saben leer o no terminaron la primaria como para ayudarlos, entonces se crea una necesidad de aprendizaje importante. Pero lo gratificante es ver como salen adelante en la escuela y también recibir el agradecimiento y el apoyo de las madres” señaló la educadora.

“A los chicos les salva el año”

Ema Barboza es madre de una niña de 8 años, que al igual que el resto de los niños del Barrio Municipal acude a la escuela 241. “Mi hija estaba teniendo muchos problemas en la escuela, no entendía algunas materias y se estaba atrasando mucho. Entonces comenzó a ir a las clases de Fabi y enseguida mejoraron sus notas y ahora está mucho más entusiasmada con el estudio. Lo que me gusta es que Fabi les explica muy bien todo pero además les da fuerzas para que terminen de estudiar y sigan la secundaria y después la facultad. Los chicos volvieron a soñar” dice Ema.

Otra madre, María Tachile, coincidió en que “es impresionante como los chicos mejoran en la escuela. Y eso para nosotros es muy importante porque no queremos que nuestros chicos se atrasen, no queremos que les pase lo que les pasó a nosotros. Lo que está haciendo Fabi es maravilloso para el futuro de nuestros chicos”.

Por su parte, Marina Ferreyra indicó que “no dudé cuando tuve que ceder mi casa para que los chicos del barrio puedan estudiar acá porque para nosotros el futuro de los chicos lo es todo. Nosotros tuvimos que dejar d estudiar e irnos a trabajar, muchos de nosotros no sabemos sumar ni leer y escribir, y queremos algo distinto para nuestros hijos. No queremos que sufran como nosotros. Y Fabi nos devuelve esa esperanza porque con sus clases los chicos pueden andar bien en la escuela. Ahora ya dije que ofrezco una parte de mi terreno para que puedan construir un saloncito para las clases y para talleres. Ojalá se pueda hacer pronto. Ahora también las madres vamos a empezar a estudiar con Fabi. Es una persona que queremos mucho porque con todo lo que sabe y aprendió decidió quedarse en su pueblo y compartir sus conocimientos para el bien de su comunidad”.

Educación y diversidad sexual

María Elena Naddeo es profesora de Historia de la UBA, dónde obtuvo el postgrado en Estudios de Género. Fue legisladora de la Ciudad de Buenos Aires y presidenta del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de ese distrito. Para ella, “la identidad sexual de un docente no puede generar ningún tipo de daño a sus alumnos. Las conductas de cualquier docente, su lenguaje, su forma de expresarse sea cual fuera su condición sexual inciden en la vida de sus alumnos. Pero si el lenguaje que usa es adecuado, y no hace una exhibición innecesaria de su cuerpo, y no incluye contenidos o enseñanzas de educación sexual incorrectos para la edad de los chicos, no les puede generar ningún perjuicio. Las personas heterosexuales provocan daño, a veces, y nos las juzgamos, ni condenamos de la misma manera”.

En Argentina, son muy pocos los casos de travestis que al igual que Fabi Tatarinoff de San Martín optaron por tomar un rumbo diferente que en el que recaen – muchas veces sin opciones – la mayoría de las travestis del país, dónde la prostitución suele erguirse como única salida laboral posible.

Un caso recordado fue el de Melina Gutiérrez, quien en 2007 se convirtió en la primera travesti del país en ingresas formalmente al sistema educativo como docente, en una escuela técnica de Ushuaia. Su designación provocó prejuicios y controversias que incluso llevaron a intentos de destitución del cargo. Entonces, la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales hizo pública una declaración contra la discriminación y en defensa de la fuente de trabajo de la profesora Gutiérrez. Parte de ese respaldo expresaba: “Como hemos denunciado en oportunidades anteriores, las travestis sufren en la Argentina una gravísima situación de discriminación y exclusión social: tienen negado su derecho a la identidad, no pudiendo contar con un documento que diga su nombre, atraviesan por duros obstáculos en su paso por el sistema educativo, por lo que muchas de ellas no consiguen terminar la escuela, son discriminadas a la hora de buscar trabajo y, producto de esa discriminación, muchas de ellas se ven obligadas a prostituirse como único medio de subsistencia. En once provincias argentinas rigen aún legislaciones contravencionales o de faltas que penalizan expresamente o por medio de figuras abiertas la transexualidad y el travestismo, y en muchas de esas provincias ser travesti o ser transexual es una contravención que permite que las personas travestis sean hostigadas, perseguidas, extorsionadas y mandadas a la cárcel por el solo hecho de salir a la calle”.

Otro antecedente cercano es el de Pamela, una travesti que daba clases en una escuela primaria de Quilmes (Buenos Aires), a quien la presión de los padres obligó a renunciar, pese a que ni las autoridades escolares ni los propios alumnos tenían quejas al respecto de su desempeño laboral.

La abogada Mariana Casas, especializada en derecho a la identidad sexual, considera que “cada persona tiene el derecho a ser llamada por el nombre propio con el que se siente identificada. Muchas artistas o intelectuales usan seudónimo y no son cuestionados. Nadie va a una clase y dice me gusta el aeromodelismo, por ejemplo. No hay que ponerse una etiqueta en la frente con lo que uno hace en su vida privada”.



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