sábado, 3 de agosto de 2013

Argentina: El caso del niño trans (*) conmueve a sus pares adultos de Mendoza


La abogada trans (*) Carolina Jackie, quien fue responsable de varios cambios de identidad sexual en la provincia, aseveró: “Esa niña es lo que siente, que es una nena y que por lo tanto es mujer”.


Carolina Jackie asumió su identidad femenina hace cinco años.
Alejandro Gamero
agamero@diariouno.net.ar

“La identidad sexual está por encima del cinturón y la orientación sexual está por debajo de éste, no tienen que ver rigurosamente una con la otra”.

Con esta implacable frase, la abogada mendocina transexual Carolina Jacky defendió y abogó ayer por un rápido cambio de identidad para Lulú, el niño trans de 6 años cuya madre le escribió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner rogándole que interceda para que le cambien la identidad por la de una niña, porque el pequeño siente, se identifica, se comporta y se expresa como mujer.

El caso resonó en todo el país y tuvo gran repercusión en la provincia, donde la comunidad transexual local ha logrado importantes avances en el cambio de identidad de género.

Carolina Jacky (61), referente de la comunidad mendocina, argumentó en diálogo con Diario UNO: “La identidad de género no es algo que se construye, que se forma o se educa, es algo que ya viene con uno. Lulú es lo que  ella siente; siente que es una nena y por lo tanto es mujer”.

La abogada lo fundamenta en su propia vivencia y las de otras personas a las que representó.

Diagnosticada con una disforia de género (sentir una identidad de género opuesta a la física), la letrada, quien hasta hace cinco años fue el doctor Jorge Jacky, asumió públicamente la identidad femenina que había sentido toda su vida, y cambió su nombre e identidad sexual en el DNI, pasando a llamarse Carolina.

“La historia de Lulú es más o menos la de todas las personas con disforia de género”, precisó la abogada, quien resaltó: “A mí me ha asombrado de esta nena que su identidad se haya afirmado desde tan chiquita y que esté peleando por ella”.

Lulú, a pesar de ser físicamente un varón, mostró una fuerte inclinación hacia un inconfundible comportamiento y gusto femeninos a partir de los 2 años de edad, según expresó su madre, quien asegura que intentó por todos  los medios – sin éxito– criarla como varón.

Tratada por médicos en Buenos Aires, le diagnosticaron una clara disforia de género: Lulú es mujer.

Identidad y sexualidad
La abogada Jackie explicó: “Mucha gente como esa niña y como yo pasamos por lo mismo. En mi  caso, cuando tenía 5 años empecé a sentir que algo no estaba bien, que estaba en el cuerpo equivocado. Pero en la décadas del ’50 y ’60 la psiquiatría, la psicología y la medicina no tenían respuesta para esto, no existía, y además no se podía hablar. Eran temas de los que no se hablaba”.

“Cuando me enteré de esto por los medios sentí que me tocaba la fibra personal y llamé a Buenos Aires para ofrecer mis servicios gratuitos, para ayudarla, porque me conmovió. Pero ya están muy bien asesorados”, confesó.

Jacky explicó que, en general, la gente confunde identidad sexual con orientación sexual y por eso no alcanza a comprender la transexualidad. “La identidad es lo que sentís que sos: femenino o masculino. En el caso de Lulú,  ella siente que es una mujer aunque esté en un cuerpo de varón y ya a los 6 años lo está pidiendo a gritos. Uno no elige esto, ya es así desde pequeño”, indicó.

“En cambio, la orientación sexual tiene que ver con su conducta sexual cuando ya la ejerce plenamente. Aquí podemos tener trans heterosexuales, homosexuales o lesbianas; es decir, no está asociado directamente a la  identidad”.

La letrada recalcó para zanjar la diferencia: “Los casos que he representado en Mendoza por cambio de identidad no han sido una lucha por la sexualidad, sino por identificarse por el género al que sienten que pertenecen”.

Un mundo distinto
Para Jacky, lo mejor que le puede haber pasado a Lulú es haber nacido en estos tiempos.

“Ésa es su gran ventaja, porque es una época de cabezas abiertas, donde hay una Ley de Identidad de Género que la va a contener y  donde se respetan los derechos de la minoría. Todo esto era impensado hace 30 años, incluso publicar una nota así en un diario”, reflexionó.
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(*) He conservado el término "Trans" según como esta redactado en el presente artículo, pero como todas saben, no existe ninguna identidad denominada "trans", siendo un apocope (recorte de una palabra) de cualquier cosa, pudiendo ser de "trans-exual", de "trans-género" y para algunos, "trans-vestista".   

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