martes, 21 de diciembre de 2010

Manifiesto de Una Mujer Transgénero (1)


Establecer diferencias es odioso y muchas veces contraproducentes, pero cuando se trata de nuestra identidad y de cómo mejor comprender lo que nos pasa y como ver mucho mejor nuestro futuro, es mejor delinear nuestro propio perfil. Eso nos puede ayudar a no confundirnos tanto, generando falsas expectativas y evitando profundas frustraciones.

Es muy claro que una mujer transexual es aquella que tiene un género y una identidad de género, distinta al de su sexo genético, tal como lo indica su cuerpo y su físico. Eso le produce un dolor, una frustración, y le genera un malestar clínicamente conocido como “Disforia de Género”. Esa es una experiencia real y no responde al capricho o decisión voluntaria de una persona.

Una mujer transgénero, también tiene una afectación genérica que implica tener un género y una identidad de género, distinta al de su sexo genético y a su físico corporal. Sin embargo, la mujer transgénero no desarrolla tal “Disforia de Género”, al menos no en esos términos, si no al contrario, acepta y aprecia su físico y su cuerpo como el propio. A lo más, lo que sí siente, es una “inadecuación” entre su género y su identidad de género, con respecto a la forma de su propio cuerpo, pues este tiene forma masculina y no femenina.

Esto quizás expresa el hecho de que la forma en que se manifiesta la configuración neuronal que procesa el género, en este caso, el género femenino, pues se trata de un conjunto neuronal "feminizado" , es relativamente diversa, estableciendo quizás, distintos grados de "afectación transgénerica" o dando lugar a varias posibles identidades.

Eso quizás explica por que las mujeres transexuales se perciben como del género femenino desde muy temprana edad, mientras que en términos generales, la mujer transgénero “descubre” su identidad cuando es ya es mayor de edad, muchas veces cuando están ya casadas y hasta con hijos y nietos.

Ese “descubrimiento” consiste en darse cuenta de su personalidad femenina y que esta es integral a su persona, y que mucho de sus conductas y episodios de vida anteriores al “descubrimiento” o al llamado "Click", (inestabilidad emocional, propensión al alcoholismo, a la agresividad, a la infidelidad, etc.) se explican por el hecho de tener sentimientos femeninos, pero que nunca se les paso por la mente asociar con el asunto del género.

Eso explica, quizás, por que la mujer transexual tiene una legitima expectativa de realizar una “transición transexual” que implica transformar su cuerpo para adecuarlo a su género y a su identidad de género, y esto lo hace a través de la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) hasta llegar a la Cirugía de Reasignación Sexual (CRS), además de otras cirugías y aplicaciones en el camino. Podría decirse que un punto culminante de la “transición transexual” es esta cirugía que implica remover los genitales de nacimiento y construir unos genitales femeninos.

En el caso de la mujer transgénero, también tiene una legitima expectativa de realizar una “transición transgénero”, esto es transformar la forma de su propio cuerpo para adecuarlo a su género y a su identidad de genero, y esto lo hace a través de la Terapia de reemplazo Hormonal (TRH) y algunas cirugías y aplicaciones secundarias para feminizar su propio cuerpo, pero sin embargo, no se plantea realizarse una Cirugía de Reasignación Sexual (CRS).

La mujer transgénero no sólo reivindica y defiende sus genitales en tanto parte integral de su propio cuerpo, considerando como negativo el eliminarlos quirúrgicamente (sin que eso implique criticar, sino al contrario, respetando profundamente a quienes así lo consideran necesario), sino que también considera que la identidad de genero, esto es, el ser mujer, no se define por los genitales que una lleva o porta, sino por el propio genero, que es distinto al sexo genital y a la preferencia sexual.

En tal sentido, la mujer transgénero no es una mujer transexual pre-operada o una mujer transexual que por múltiples razones no puede realizar la CRS (entre ellas, principalmente, las económicas y las de salud), sino una mujer que no se plantea para nada remover parte de su cuerpo y menos sus genitales. Esto no es una contradicción. Esto es reconocer una identidad sexo-genérica distinta al patrón mayoritario en nuestra especie humana. Ser mujer no es igual a tener vagina, de nacimiento o mediante una cirugía.

Es cierto que la mujer transgénero puede y tiende a utilizar sus genitales como medio de placer sexual (y hasta quizás, de manera reproductiva) pero eso no significa una actuación “activa” o de “hombre”, pues también es cierto que al igual que en las mujeres transexuales, existen multiplicidad de preferencias sexuales, esto es, una mujer transgénero puede mantener relaciones con un varón, con una mujer XX, con una mujer transexual, con otra mujer transgénero, con una persona gay, o no querer tener relación sexual alguna.

Ya sabemos que una cosa es el género y otra cosa el sexo y otra cosa la preferencia sexual, y la experiencia humana muestra una multiplicidad de formas en que estos se relacionan y corresponden.

Una mujer transgénero, al igual que una mujer transexual o una mujer xx , es una mujer en tanto el género con el que nacen, es femenino, y siendo el género un proceso neuronal vital, que regula, marca y perfila la subjetividad (sentimientos, deseos, valores, principios, placer) y la intersubjetividad (relaciones con los demás, la cultura, la conducta social), es real y legítimo llamarnos todas como “mujer”, pero es por el género y no por los genitales que portamos.

Este es el preciso sentido de reivindicar leyes como el derecho a la identidad de género, que prescribe nuestro derecho a tener nuestros documentos con nuestros nombres y nuestro género, sin tener como prerrequisito haber procesado una operación de reasignación sexual. Esto es, precisamente, desgenitalizar el género, como lo sostiene la activista Hazel Gloria Davenport en México.

Soy mujer transgénero y no necesito una operación de reasignación sexual para saber que soy una mujer

Lease un excelente como polémico artículo de Hazel Gloria Davenport en

http://www.opcionbi.com/magazine.asp?id=190

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