domingo, 3 de mayo de 2015

La mujer mejor pagada es una mujer transgénero

El listado de las personas mejor remuneradas del mundo, de la revista Fortune, lo encabeza Martine Rothblatt quien dejó de ser Martín en 1994
 
Martine Rothblatt, quien era hombre, es la mujer mejor pagada del mundo

Eduardo Martínez

El Papa Francisco, que no ha tenido freno para abordar los temas más escabrosos, como abusos sexuales a los niños, las finanzas del Vaticano y la excomunión de los mafiosos, en la audiencia de este miércoles se metió con los bajos sueldos que devengan las mujeres, por el hecho de ser mujeres.

“¿Por qué se da por sentado que las mujeres deben ganar menos que los hombres? ¡No! Tienen los mismos derechos. La discrepancia es un escándalo puro”, dijo el Pontífice. Por supuesto, si bien estadísticamente está corroborada la apreciación del Papa Francisco, no es menos cierto que existen en el mundo mujeres que ganan muchísimo más dinero que algunos hombres.

Las 10 mujeres mejor pagadas

Basta con revisar el listado de las personas mejor remuneradas del mundo, que elabora la revista Fortune. Allí encontramos que las 10 mujeres con mejores salarios cobran anualmente entre 15 millones y medio y 38 millones de dólares.

El listado lo encabeza Martine Rothblatt (1954), Chairman y CEO de la empresa United Therapeutics Corp, con un salario declarado de 38 millones 218 mil 255 dólares al año.
Sin embargo, Martine es un hombre. Nació como Martin y en 1994 asumió que era una mujer y se declaró como tal. Desde entonces es una “mujer transgénero”, como se conoce en el argot de los sexo-diversos.

Para no entrar en mayores explicaciones, solo vamos a mencionar que físicamente sigue siendo hombre y que ser transgénero, según ha explicado el movimiento gay, no tiene nada que ver con sus gustos sexuales.

Martine está casada con su esposa Bine desde hace 30 años, y tienen dos hijos.

En descendente orden de ingresos al año, a Martine le sigue Safra Catz, CEO de Oracle, con 37,7 millones de dólares al año; Marissa Mayer, presidente y CEO de Yahoo, con 24.9 millones de dólares; Meg Gentle, vicepresidente de Cheniere Energy, con 21,7 millones de dólares; Carol Meyrowitz, CEO de TJX Companies, con 20,7 millones de dólares; Phebe Novakovic, CEO de General Dynamics, con 18,7 millones de dólares; Meg Whitman, Chairman, presidente y CEO de Hewlett-Packard, con 17,6 millones de dólares; Sheryl Sandberg, directora operativa de Facebook, con 16,1 millones de dólares; Marillyn Hewson, presidente y CEO de Lockheed Martin con 15,7 millones de dólares; y, Elizabeth Buse, vicepresidente de Visa, con 15,8 millones de dólares.



sábado, 2 de mayo de 2015

En la conservadora Serbia, militar transgénero pelea por sus derechos

Tiene 43 años y ya aparece en público como mujer

En la conservadora Serbia, militar transgénero pelea derechos
'Helena' ganó la batalla luego de haber sido 'despedida' del ejército por sus preferencias
BELGRADO, SERBIA (01/MAY/2015).- En un país machista como Serbia, era un hombre entre los hombres: mayor del ejército en una cultura militarista que glorifica la fortaleza masculina. Era el marido y padre perfecto en una sociedad que enarbola los valores familiares. Pero durante toda su vida el militar sintió que vivía una mentira: En el fondo, era una mujer.

El año pasado dio la cara y le dijo a su familia y a sus superiores que era Helena. De inmediato inició una terapia para ser hacerse mujer. No duró mucho tiempo más en el ejército, que le pidió la renuncia, diciendo que "representaba una amenaza para la reputación" de ese cuerpo. En abril, Helena se apuntó una importante victoria cuando un organismo oficial de derechos humanos dijo que el ejército la había discriminado al afirmar que podía mancillar su honor.
Helena posa para una foto en la casa de un amigo en Belgrado el 15 de abril del 2015. Dentrás suyo se ve el uniforme que lució cuando era mayor del ejército serbio, antes de iniciar un proceso de cambio de sexo, de hombre a mujer. "Fue como salir de una jaula", dice Helena en alusión a su decisión de asumirse como mujer.

Hoy Helena, de 43 años, aparece en público en ropas de mujer y tiene su cabello teñido de rubio. No quiso dar su nombre antiguo, de varón, para proteger a su ex esposa y sus cuatro hijos, pero no le molesta que la fotografíen o la filmen con su nueva identidad.

Helena ha pasado a ser una de las pocas figuras públicas de la comunidad transgénero de Serbia, que vive en las sombras, bajo el temor constante de sufrir agresiones motivadas por la intolerancia. A lo largo y ancho de los Balcanes hay poca aceptación de gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros y varios desfiles del orgullo gay han sido suspendidos en Serbia por episodios de violencia.

"Estoy peleando por los derechos de todas las personas humilladas", declaró Helena en una entrevista. "Es una batalla por todos los que no pueden disfrutar de su derecho humano básico de ser igual a los demás".

Fuente : Informador

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viernes, 1 de mayo de 2015

Curriculum trans: Inclusión laboral de las personas trans. Entrevista a Denise Norris

La activista americana Denise Norris revela los factores de los que no se habla a la hora de pensar, reclamar y mantener el trabajo de la gente trans


 Por Gus Casals y Gustavo Pecoraro


Denise es líder global en inclusión de personas trans en el ámbito laboral, en Accenture, una empresa multinacional con más de 250.000 empleados (5000 de ellxs son personas trans) en 120 países del mundo. Sus orígenes en el activismo de la Comunidad Trans se remontan a 20 años atrás, con la fundación de The Transexual Menace y, más recientemente, del Instituto para el Progreso Económico de Personas Transgénero.

¿Cómo encontrás a la comunidad trans de Argentina?

–Creo que tienen la Ley de Identidad de Género, pero falta trabajar sobre la real inclusión. Porque existen las igualdades legales y las igualdades vividas. La igualdad legal puede garantizarnos algunos derechos pero eso no significa que uno vaya y se compre su casa perfecta en el barrio perfecto y que los vecinos te reciban con los brazos abiertos. Lograr eso sería la igualdad vivida.

¿Cuáles son los problemas específicos que se presentan cuando las personas trans logran acceder al trabajo?

–Hay que permitir la entrada de todos pero también se necesita fomentar prácticas concretas que permitan esa inclusión. El ejemplo más práctico es una pregunta tan básica como “¿Qué baño usamos las personas trans?”. Que hagan un solo baño en lugar de dos, compartido, y que sea utilizable independientemente de la identidad de género de cada persona. No alcanza con “abrirnos las puertas”, sino que lo importante es lo que pasa una vez que está abierta. Para incluir laboralmente a las personas trans hay que cambiar los lugares de trabajo. Además, crear igualdad no significa que seamos ciegos a la diferencia. Como si tuviéramos que pensar que “no importa cuál es tu identidad de género, sólo nos importan tus capacidades”. Porque cuando se mira hacia adentro de los ámbitos laborales, esto no es cierto. Entonces, como creemos que como personas trans nos van a discriminar, muchas veces ni golpeamos la puerta.

¿Cómo se afila el lenguaje corporativo para incluir?

–Las personas trans, que tenemos una historia de estar afuera del sistema, en muchos casos no sabemos el idioma del empleador. Las empresas, por su parte, no entienden por qué comercialmente sí tiene sentido ser inclusivas. Algo básico: cuando la gente que está se siente cómoda en su trabajo, obtiene mejores resultados. Hay que hacerles entender a las empresas los beneficios de tener trabajadorxs que no deban preocuparse por esconderse en sus armarios.

Es que el mundo corporativo da mucha desconfianza...

–Cuando hace 20 años completé mi transición pensaba “si tengo suerte, tal vez consiga trabajo en un McDonald’s”. Igualmente mi ejemplo no es muy general porque he tenido mucha suerte en lo laboral, por eso intento transmitir parte de esa suerte al resto, teniendo en claro las diferencias sociales, regionales, etc. Sin embargo, como integrante de un colectivo que tiene una historia de opresión y depende mucho del sistema de bienestar del Estado, debe quedar claro que nuestra pelea no es por las migas que queden sobre la mesa. Hay tanto esfuerzo en sobrevivir, en pensar cómo pagar el alquiler, pero si a esa tremenda energía la pusiéramos en convencer al mundo empresarial de que nos contrate, tendríamos grandes resultados. Me preocupa que a veces se espere mucho del Estado, en que la mirada puesta solo en “recibir” puede hacer desaparecer el elemento de pelea y de salir a buscar la igualdad activamente.

¿Cómo ves la respuesta de las empresas?

–Tenemos que derribar el mito de que empleadores y trabajadoras trans no quieren trabajar juntas. Esto no es defender a las corporaciones, por el contrario, es asumir las responsabilidades de cada lado. En algunas empresas hay personas que son trans pero que no completan su transición por miedo. Aquí en Buenos Aires se me acercó alguien contándome que ella sabía que su identidad era trans pero que dar ese salto sería perder todo lo que había logrado hasta ahora. Lo que necesitamos es alentar, dar coraje, apoyar a aquellas que ya están en una posición de poder, las que pueden hacer un coming out de cualquier tipo a que lo hagan, a que generen visibilidad, a que demuestren que las historias de éxitos son posibles.

¿Qué papel debería jugar el Estado?

–En lugar de dar un subsidio para que la gente coma, los Estados deberían dar dinero para empezar un negocio propio. No como algo que te regalaron, sino como ayuda para crear algo que es tuyo. A veces cuando viajo alrededor del mundo para hablar sobre la inclusión laboral trans en los espacios empresariales, intento demostrar que una persona trans puede ser exitosa, puede manejarse bien en el mundo corporativo. También necesito humanizar esto, porque en ciertas partes de Estados Unidos y en mi entorno corporativo actual, soy una persona más. No soy una súper mujer. Estuvimos hablando con Lohana Berkins y bromeando sobre ser una súper trans, y la verdad que yo no me identifico para nada con eso. No quiero quedar en el lugar de “le fue bien porque tiene una capacidad distinta”.

¿Te referís al modelo de trans exitosa y única? ¿Las celebridades trans?

Hay que estar alerta con el tema de las celebridades trans: si bien son un ejemplo positivo, a veces se las ve como súper humanas y entonces se cree que el éxito les vino porque tienen algo que las distingue del resto de los mortales.

En tu experiencia, ¿cuál es el prejuicio que pesa más?

–La ignorancia y la desconfianza de cualquiera de los dos lados. La Human Rights Commission (HRC) arma internacionalmente un ranking de empresas que tienen políticas de inclusión. La pregunta es ¿por qué una empresa como Starbucks, que en EE.UU., Asia o Europa tiene una calificación de excelente por sus políticas de inclusión laboral para el colectivo, no va a cumplir esas calificaciones acá? Sería interesante ir a Starbucks y exigir el mismo trato, y en todo caso denunciar ante la HRC que en Argentina esa misma empresa no califica tan bien. Uso el ejemplo de Starbucks porque aparte de ser un trabajo básico y que una persona que no ha podido acceder a los estudios la puede llevar adelante, cumple una doble función: ir a tomar un café ahí y ver que una persona trans está atendiendo detrás del mostrador genera visibilidad.

En la conservadora Serbia, victoria de una militar transgénero



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En un país machista como Serbia, era un hombre entre los hombres: mayor del ejército en una cultura militarista que glorifica la fortaleza masculina. Era el marido y padre perfecto en una sociedad que enarbola los valores familiares. Pero durante toda su vida el militar sintió que vivía una mentira: En el fondo, era una mujer.

El año pasado dio la cara y le dijo a su familia y a sus superiores que era Helena. De inmediato inició una terapia para ser hacerse mujer. No duró mucho tiempo más en el ejército, que le pidió la renuncia, diciendo que "representaba una amenaza para la reputación" de ese cuerpo.

En abril, Helena se apuntó una importante victoria cuando un organismo oficial de derechos humanos dijo que el ejército la había discriminado al afirmar que podía mancillar su honor. Hoy Helena, de 43 años, aparece en público en ropas de mujer y tiene su cabello teñido de rubio. No quiso dar su nombre antiguo, de varón, para proteger a su ex esposa y sus cuatro hijos, pero no le molesta que la fotografíen o la filmen con su nueva identidad.

Helena ha pasado a ser una de las pocas figuras públicas de la comunidad transgénero de Serbia, que vive en las sombras, bajo el temor constante de sufrir agresiones motivadas por la intolerancia. A lo largo y ancho de los Balcanes hay poca aceptación de gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros y varios desfiles del orgullo gay han sido suspendidos en Serbia por episodios de violencia.


"Estoy peleando por los derechos de todas las personas humilladas", declaró Helena a la Associated Press en una entrevista. "Es una batalla por todos los que no pueden disfrutar de su derecho humano básico de ser igual a los demás".

Helena habló con la AP en la casa de un amigo en el centro de Belgrado, prolijamente maquillada y luciendo jeans ajustados y un sweater. Sonriendo mientras tomaba café, habló con calma sobre su decisión de someterse a un programa de cambio de sexo que incluirá una operación. La decisión tuvo consecuencias graves --su separación de su familia y el fin de su carrera militar--, pero Helena dice que se siente "estupenda". "Es como salir de una jaula", comentó.

El conflicto interno de Helena comenzó de pequeña, cuando era criada en una pequeña ciudad por una familia de militares. De muchacho, Helena se dejaba crecer el cabello para poder hacerse rizos. Cuando estaba sola, se probaba la ropa de su madre y salía a la terraza, para sentirse mujer aunque fuese un momento. Pero era impensable ir más allá de eso en una ciudad en la que cualquier indicio de feminidad era visto como una debilidad. Se sentía confundida.

Pensó que algo no funcionaba con ella y trató de sacarse la mujer que llevaba adentro. "Y qué mejor lugar para matar esa mujer que en el ejército", expresó Helena. Completó sus estudios militares y se casó joven, otra forma de "curación". En los 22 años siguientes sirvió al ejército y llevó la vida de un hombre de familia. Pero al mismo tiempo fue construyendo una vida paralela y poniéndose en contacto con elementos de la comunidad transgénero.

En el 2001 fue detenida por la policía vestida de mujer y fue suspendida por un tribunal militar disciplinario. Apeló la sanción, que fue anulada a los siete meses. Pero a partir de ese momento la vida en el ejército no volvió a ser la misma. Relata que "todo el mundo se callaba cuando yo entraba a un salón". El año pasado, Helena finalmente dio a conocer su verdad. No resistió la presión del ejército para que se jubilase por adelantado, pero la espantó la idea de que se dijese que empañaba su reputación. Con la ayuda de una organización de derechos humanos, Helena llevó su caso a la oficina encargada de combatir la discriminación en Serbia.

Y en un fallo histórico, el Comisionado para la Protección de la Igualdad le dio la razón. Nevena Petrusic, cuya oficina fue creada para satisfacer los requisitos para ingresar a la Unión Europea, le dijo a la AP que había recomendado al ejército ofrecerle a Helena una disculpa por escrito. El ejército todavía no lo ha hecho y no respondió a pedidos de entrevista de la AP. Las recomendaciones de Petrusic no son de cumplimiento obligatorio, pero son seguidas de cerca por los funcionarios que observan el cumplimiento de las reformas exigidas por la UE.

Petrusic lamentó que Serbia no tenga leyes sobre las personas que se someten a un cambio de sexo. Mencionó un caso en el que una universidad se negó a darle un diploma a una persona que se había cambiado de sexo luego de completar sus estudios. El estado, según Petrusic, "ignora el hecho de que estas personas viven entre nosotros y eso es inadmisible".

El ministro de Defensa Bratislav Gasic ofreció disculpas públicamente a Helena en enero, pero no lo hizo por escrito. Y niega que haya forma alguna de discriminación en las fuerzas armadas, donde las mujeres sirven junto a los hombres. Helena dijo que el dictamen era importante porque de ahora en más "no van a decir que soy una persona enferma". Y también porque alentará a otras personas de la comunidad LGBT.

La organización de derechos humanos Egal, que ayudó a Helena a presentar su caso, dijo que el fallo tendrá repercusiones en todos los Balcanes, donde impera una mentalidad conservadora. La decisión de asumirse como mujer, dijo Helena, le trajo paz interior y libertad. A medida que pasa el tiempo, gana confianza y ya no tiene miedo de caminar por la calle o de tomar el transporte público. "¡Eso pasa porque soy tan buena con el maquillaje!", señaló.







Bruce Jenner, la nueva celebridad transexual

Bruce Jenner, la nueva celebridad transexual 
 
Los meses de rumores sobre la sexualidad del exatleta Burce Jenner, terminaron este fin de semana con una entrevista televisada a la cadena ABC que reunió a más de 17 millones de espectadores en Estados Unidos.
 
Ante las cámaras, el padrastro de Kim Kasdahisan y oro olímpico de las competencias de Montreal de 1976, se desahogó frente a la periodista Diane Sawyer mientras contaba los detalles de cómo se está transformando en mujer: "La parte femenina es parte de mí. Eso es lo que soy. Mi cerebro es más de una mujer que el de un hombre. A la gente le cuesta entender esto, pero mi alma es así ", dijo.
 
Hace cuarenta años Jenner se convirtió en símbolo sexual de la época al ser catalogado uno de los atletas más talentosos y atractivos del mundo. Época en que las mujeres se acostumbraron a verlo en revistas de cuidado personal y otras publicaciones deportivas. Ahora, con 65 años, Jenner lleva el pelo largo y deja ver expresiones femeninas con mayor naturalidad. 
 
La celebridad, que se ha sometido a varias cirugías estéticas para acentuar sus rasgos delicados y destacar sus labios, confesó en la entrevista que desde hace años en la intimidad se viste como mujer y explicó que finalizando la década del 80 tomó hormonas femeninas que dejó de lado, pero hace un poco más de un año volvió a consumirlas.
 
Una cosa que quiso dejar clara es  que su transformación no se debe a la atracción por personas de su mismo género, porque asegura que le gustan las mujeres. “No soy gay. Nunca me atrajeron los hombres. Mi sexualidad es aparte de mi identidad de género”.
 
Según describió el exatleta, Kris Jenner, madre de la familia Kardashian, sabía sus intenciones de convertirse en mujer desde que se casaron en 2001 y al parecer su compañía fue fundamental para asumir gran parte de este proceso que describe como “lento y doloroso”. No solo fui capaz de llamarlo mi esposo por 25 años y padre de mis hijos, ahora soy capaz de llamarlo mi héroe”, expresó Kris Jenner como respuesta vía Twitter.
 
Kim Kasdahisan también ha mostrado su voz de apoyo “estoy muy contenta por él, que está viviendo la vida del mismo modo que él ha querido. Así ha logrado encontrar su paz interior y su felicidad pura. De eso se trata la vida”, dijo.
 
Jenner, quien además aseguró que es republicano he hizo un llamado a los congresistas de su país para que se vuelvan más “receptivos” ante las peticiones de las personas trasgénero, se suma a otras personalidades que se han liberado de las presiones sociales, aceptado su condición.
 
En 2008, la alemana Yvonne Buschbaum, de 29 años, una de las mejores saltadoras de garrocha, decidió cambiarse el sexo y convertirse en Baliam Buschbaum, que ahora trabaja como entrenador. En 2012, el talentoso director de cine Larry Wachowski, de la saga “Matrix”, se tiñó el pelo de rosa y se presentó al mundo como Lana Wachowski, al mismo tiempo que comenzó a vestirse como mujer y teñirse el pelo de color rosa. 
 
Lo mismo ocurrió con Jenna Talackova, una modelo canadiense que, ese mismo año, ganó el concurso de belleza Miss Vancouver, donde reveló que había nacido hombre bajo el  nombre de Walter Talackova.
 
Después de que se conoció la entrevista de Bruce Jenner, el canal estadounidense E! Entertainment Television anunció que revelará, en un reality de ocho capítulos, más detalles del proceso de Jenner asumiendo su vida como mujer transgénero.