Una noticia muy preocupante que nos llega hace unos días desde Berlín. Alexandra, una chica transexual de once años, podría ser trasladada a una institución mental después de que su padre acudiera al departamento de Juventud de la ciudad para evitar que su hija comience un tratamiento hormonal que impida el desarrollo de su cuerpo hacia el de un hombre.

Alexandra ha declarado haberse identificado siempre con el género femenino, y cuenta con el apoyo de su madre, con la que vive. De hecho, fue inscrita como chica ya en la escuela primaria. Su padre, sin embargo, se niega a aceptar la identidad sexual de su hija y quiere obligarla a crecer como chico; la llama Alexander y la forzaba a llevar ropas masculinas. La discrepancia entre los pareceres de los progenitores habría sido una de las causas de su divorcio.

Ahora que Alexandra se acerca a la pubertad, su padre ha acudido al departamento de Juventud de Berlín para impedir a toda costa que su hija inicie un tratamiento con estrógenos para adecuar los cambios de su cuerpo a su identidad de género. La chica ha asegurado que prefiere morir antes que desarrollarse como chico, ante lo cual los responsables de Juventud han reaccionado opinando que es mejor confinarla en un sanatorio mental ante el riesgo de suicidio si no recibe tratamiento para la disforia de género.

Ante esta situación, la organización IGLYO (Organización Internacional de Estudiantes y Jóvenes LGTB) ha lanzado la voz de alarma e insta en un comunicado a las autoridades berlinesas a mantener a la niña con su madre, además de alertar sobre los peligros de las “terapias” reparadoras de la homosexualidad y la transexualidad. Una petición al alcalde de Berlín (Klaus Wowereit, abiertamente gay) también se ha puesto en marcha en la página change.org. Por su parte, la portavoz del departamento de Igualdad de Oportunidades y No Discriminación de Berlín, Eren Ünsal, opinó en una entrevista que, en estos casos, hay que ayudar a los menores a “encontrar su propio camino.

Los casos de menores transexuales han despertado recientemente la atención de los medios de comunicación. Hace un par de meses informábamos del caso de Jazz, una chica transexual de Estados Unidos que se encuentra en la misma edad de Alexandra, pero que cuenta con el apoyo incondicional de sus dos progenitores.