Se ordenó la rectificación de la partida de nacimiento modificando el sexo y el nombre elegido. Hay dos amparos más en los Tribunales provinciales que esperan una resolución. Y el Área de la Diversidad y la Asociación Vox tienen en carpeta otros cuatro.La Justicia rosarina dio lugar al amparo presentado por Marcela Ottone, una transexual de 45 años, y ordenó una rectificación en su partida de nacimiento y la entrega de un nuevo documento de identidad con el nombre femenino elegido. El fallo estuvo a cargo de la jueza en lo Civil y Comercial Nº 3, Marta Gurdulich, y tiene fecha del lunes pasado.
“Interpusimos una demanda de sumaria información para obtener el cambio en la documentación de Marcela, pidiendo que se modifique el sexo de masculino a femenino y por lo tanto su nombre”, explicó en contacto con Rosario3.com Valeria Roso Ponce, representante legal de Marcela y abogada de la Asociación Civil Vox.
Después de la presentación de una serie de informes médicos y psicólógicos la magistrada hizo lugar a lo solicitado y ordenó no sólo la emisión de un nuevo documento de identidad sino también de una flamante partida de nacimiento para Marcela. “Hay que destacar que con esta medida la jueza hizo una valoración de la sexualidad mucho más dinámica. No referenciada únicamente en lo biológico y genital, sino también en todo lo que implica la identidad de género”, apuntó.
El pedido de Marcela no fue el único ingresado en 2010 con la representación de las abogadas Gabriela Durruty y Valeria Roso Ponce y con el respaldo del Área de la Diversidad municipal y de la Asociación Civil Vox. Ya hay dos amparos más en la Justicia rosarina que pertenecen a una chica y a un varon, ambos de la ciudad, que esperan una resolución en marzo. Incluso, hay en carpeta otros cuatro que serán ingresados en febrero de 2011, tras la feria judicial.
El fallo abre una serie de puertas que hasta hace poco para Marcela estaban vedadas. Acceder a un trabajo, a una educación, tramitar su jubilación, tener una obra social y ser tratada con el respeto que su condición merece sin sentirse discriminada y sobre todo sin tener que portar una documentación que no la identifica. “Hay que festejar un fallo como este. Significa un paso que permite que muchas personas como Marcela puedan comenzar a identificar su realidad a través de los derechos civiles que les corresponden”, expresó la abogada.
El día soñado
“No te podés imaginar como estoy. No termino de caer. Me parece un sueño”, sintetiza Marcela que no tiene palabras para definir este día que marca un antes y un después en su vida. Tiene 45 años, nació en Rosario pero actualmente vive en la localidad de Alcorta. Hace 14 años se realizó la operación de asignación sexual en Santiago de Chile y desde hace un poco menos comenzó a batallar por formalizar su nueva identidad.
“El mío es un caso muy particular. Los estudios médicos no encontraron ni disforia, ni enfermedades, ni desórdenes cromosómicos y los especialistas hasta el día de hoy no pueden decir a que se debe. Nadie se explica cómo tengo hasta piel vaginal femenina”, enumera a Rosario3.com.
Entre los 4 y los 6 años, recordó, debió hacer bajo supervisión médica, un tratamiento hormonal para que dejen de desarrollarse hormonas femeninas en su cuerpo. “Había mucho desconocimiento y entonces me medicaron enseguida”, advierte.
Sin embargo, fue llamativo que a los 16 años tenía un contorno de cintura que no superaba los 59 centímetros y algo de pecho desarrollado. “Pero era la época de la dictadura militar y todo eso había que ocultarlo. Me vestía con ropa unisex aunque siempre me veían y me trataban como mujer”, señala.
Cuando pisó los 30 llegó la tan ansiada operación. “Si no la conseguía había dicho que me mataba, porque de verdad así no quería vivir más, en ese cuerpo no tenía lugar”, confiesa. Junto con la de las mamas es la única intervención que se hizo y le gusta decir que "no fue para corregir sino para adecuar algo que ya sentía que estaba dado genética y psicológicamente".
Comentario: Efectivamente, como dice Marcela, "su caso es muy particular", pues se trataría no de una mujer "transgénero" o "transexual", sino de una mujer "intersexual."
¿Por qué este comentario? por que al parecer, Marcela vió por conveniente apelar, también, a tal "situación particular" para lograr el cambio de su DNI. Lo es que es totalmente justo y legítimo.
Pero, ¿qué pasa con las personas que no tienen esa "situación particular"? ¿No serían mujeres? Pues como ha quedado comprobado, el "sexo" genético o la intersexualidad, NO define, finalmente, la identidad sexual de la persona, sino su propio género.
Hay casos de personas "intersexo" con las mismas manifestaciones corporales, pero unas se autodefinieron como "hombres" y otras como "mujeres". En este caso, la "intersexualidad" coincidió, felizmente, con un prevaleciente género femenino.
No es a los aspectos fisicos o corporales a los que se apela para lograr derechos como el cambio del DNI, sino a la integridad e identidad de género o de sexo de la persona. No por ser intersexual, sino por su genero, ella es una completa mujer. Por tanto, las transgénero, las transexuales, las intersexuales y aún las que no lo son, son mujeres.
Falta muy poco, para que estas "categorías" caigan por si mismas y que de una vez, todas nos podamos aceptar y reconocer como, simplemente,
!! mujeres !!