jueves, 30 de octubre de 2008

Entrevista a Joán Tincopa (III Parte)


“Yo creo que lo que nos falta como colectivo es esa actitud de buscar solucionar nuestros problemas por nosotras mismas y no esperar que nos los solucionen”.

Se trata de una extensa y profunda entrevista que nos da luces sobre el proceso de construcción de la identidad, de una persona que se descubre como mujer a sus 37 años. En esta final tercera entrega se tocará el tema del activismo y la identidad trans.

¿Crees que la población trans apuesta por las poli identidades?


Sí, he notado que se está construyendo toda una polisexualidad dentro de la transexualidad. Hay quienes afirmamos que somos transexuales, hay otras que afirman ser mujeres, o sea su condición de transexual no la asumen como un marco, sino son mujeres y la transexualidad es una forma de expresión, pero se asumen mujeres biológicas. Yo muchas veces me he cuestionado eso porque yo distingo de una mujer biológica de una mujer transexual, yo misma pongo en mi página web mujer transexual. Sí comparto con las biológicas el hecho de ser mujer pero como he tenido una fisiología de una forma y la estoy cambiando para otra, yo digo, yo me construyo, mientras que otras no aceptan esa situación. Yo soy mujer y punto. He aprendido que hay que tolerar de todo incluso entre nosotras. Y hay otras que no la tienen clara, se dicen travestis pero a veces pareciera que son transexuales. Cuando otras dicen que son transexuales pero en realidad parece que no la tienen clara y son travestis. Y otras que son transgénero. Entonces qué resulta, que hay una variedad. En la última reunión que fuimos a ILGA acá en Lima, una de las travestis dijo, habemos algunas que no nos interesa ponernos tetas, entonces digo, en realidad ella dice que es transexual pero no quiere cambiar su fisiología, es un hombre, está contenta con ser hombre, lo que acá llamaríamos travestista, pero ella utilizó un argumento muy bueno, no a todas nos interesa ponernos tetas. Hay varias formas.Hace poquito en España vi una entrevista a dos chicas brasileñas que radican en España y se han convertido en íconos de la transexualidad porque una persona ahí hizo un libro, Tercer sexo se llama el libro y ellas son como el tema central del libro. Una dice que está contenta con su órgano masculino, pero ella es muy bonita por fuera, muy sexy, se considera mujer, pero ahí está el asunto, lo utiliza para trabajar, los hombres a veces le piden, pero a nivel personal ella no lo utiliza con su pareja. O sea lo ve como una herramienta de trabajo, ella no se incomoda por el asunto. La otra sí dice que quisiera no tenerlo, pero mientras esté ahí, bueno. Ellas argumentan que no son ni hombre ni mujer, sino justamente lo que el autor de ese libro dice, para ellos existe un tercer sexo, no menos sino diferente de hombre y de mujer, no es un subsexo, es un tercer sexo.

Aunque no es muy apropiado el término, porque sexos hay dos, lo que sí puede haber variabilidad es en el género. Lamentablemente, la especie humana se ha diferenciado en dos sexos, hablar de tercer sexo creo que no es propio.


Claro. Me imagino que lo dicen por el hecho de que ellas utilizan el asunto, sea para trabajo pero lo utilizan mientras que en su vida personal no lo utilizan.

Es que también hacen diferentes tipos de relaciones, la relación con su pareja es una, entra dentro de un esquema binario y el cliente tiene la razón, es otro tipo de relación, es una relación solamente pasional, lo que le inspira placer y punto, está fuera de una relación de pareja, de una relación social.


Yo no puedo, yo tengo una relación con una mujer, la quiero mucho, es mi compañera, es mi amiga, es recíproco el sentimiento. Pero siento que también quiero a un hombre y a él lo veo como una cuestión sublime. Pero tengo un hombre que me enamora insistentemente y es un hombre imponente, muy guapo es este hombre, pero él claramente me invita a una relación puramente sexual, él es casado, tiene su familia. Entonces cuando yo analizo eso digo yo no podría, me cae muy bien esta persona, se llama H, me cae muy bien, es extraordinario, me habla muy bien, es muy guapo y es un profesional, en realidad me entusiasma mucho pero como yo no lo quiero, o sea no tengo ese feeling que tengo para con el otro (M), no estoy dispuesta a tener sexo con él, me parece que no es, me sentiría mal si después tengo sexo con M, me sentiría como que le he fallado. Eso qué es, yo digo, por qué otras personas no tienen ningún problema. Pueden tener sexo con él, después están con la persona que quieren y bueno, están también con otras personas que quieren. Pero a mí me cuesta.


Creo que la relación que tú estableces es una relación de fidelidad no solamente en lo afectivo sino en lo sexual.


Sí, ahora yo pienso que eso es una limitante para mí. Temo, porque si no llega a concretarse nada con D, ya van pasando meses y no llega a nada y el otro ya está dando muestras de que ya se está aburriendo, ya se está cansando y quiere irse. Voy a perder ambas cosas. Entonces cómo manejar la situación. Me encuentro en un momento en que yo como mujer no sé manejar la situación. Vuelvo otra vez a la misma circunstancia que como hombre, vuelvo a mis conflictos, como mujer otra vez estoy sintiendo conflicto, de otra forma, de otro tipo, pero nuevamente me encuentro en el conflicto. Bueno, al principio yo no pensaba que me iba a fijar en hombres, pero ahora las circunstancias han cambiado. En el caso de D creo que él no hizo mucho para que eso suceda, simplemente nació. En cambio el otro no, el otro ha sido activo, ha buscado la manera, qué no ha hecho ese hombre. Y yo me he dado para atrás.

¿Qué opinión tienes de otras luchas como la de las mujeres, los indígenas?


Sí, yo muchas veces he tratado de comparar nuestra situación, nuestro grupo minoritario con respecto a otros grupos minoritarios y me doy cuenta que existe una transversalidad. Todas tenemos el mismo problema, es decir, la sociedad nos limita, nos limita el acceso, a mí no gracias a Dios por ciertas circunstancias. Pero ya no hablemos de mi persona sino como grupo. El principal limitante es que se cierran puertas de acceso, las podemos romper pero no nos atrevemos a romperlas. Algunos grupos han dado muestras de que lo han logrado. Por ejemplo, yo admiro mucho a la gente de provincia que ha sido menospreciada, humillada, y sin embargo, muchos de ellos han salido adelante, tienen una vida decorosa, pero aún teniendo esa vida decorosa, tienen otras formas de discriminación, ya sea cultural, social, pero al menos han salido de algunas, no las tienen todas. Otro grupo que me ha parecido importante también son los chinos, los negritos, los de comunidades, llamemos de Puno, que han sido siempre tildados de cholos y ellos no han tenido ningún conflicto, se han coperativizado entre ellos, han trabajado y han salido adelante. Tienen otras formas también de discriminación pero ahí están adelante. Yo creo que lo que nos falta es esa actitud de solucionar nuestros problemas por nosotras mismas y no esperar que nos los solucionen. Cuando yo escucho a nuestras compañeras decir que una institución nos pague una capacitación o que una institución nos de un puesto de trabajo o que una institución nos de facilidades para A o para B, yo pienso que el enfoque está mal. Me parece que el enfoque debería ser cómo salimos nosotras de nuestra situación por nosotras mismas, independientemente de los derechos legales que en realidad son derechos que todos compartimos también porque todos tienen acceso a un nombre, a una identidad, a que se nos trate como individuos y que se nos respete como personas, a la dignidad. La dignidad la tenemos todos por el simple hecho de ser humanos.

¿No crees que el hecho de la discriminación desarma a la persona y le impide articularse, dar lo mejor de sí?

Cuando yo era joven, me enfrenté muchas veces a una forma de discriminación, porque cuando uno es joven realiza labores y yo no le he corrido a ningún tipo de trabajo. Pero algunos trabajos, por algunas personas, son considerados trabajos menores. Cuando yo trabajaba en un restaurante, por ejemplo, tenía que soportar a veces la malcriadés de los asistentes porque yo para ellos era un sirviente. Entonces esa era una forma de discriminación y yo me tragaba por dentro el orgullo porque yo decía, si yo estaría en Trujillo sería una persona decente, entre comillas porque se le llama decente a quien es digno de respeto pero acá soy un sirviente. Pero yo me tragaba eso y seguía para adelante. Algunas personas no se lo pueden tragar y entonces se quedan en la humillación, piensan que esa es una situación de la que no pueden salir y ahí hay un círculo vicioso. Mientras que otras personas a pesar de la humillación siguen, avanzan y llega un momento en que salen de eso. Bueno, yo pienso que ya depende de cada personalidad. Efectivamente hay personas que no tienen fortaleza para soportar esos procesos de humillación y entonces no ven salida y se victimizan. Es decir, ¿yo soy consecuencia del trato que me da la sociedad, yo soy consecuencia de la forma como me trata la persona tal? Y entonces qué sucede, que la autopercepción es pobre, mientras que si nosotras, pienso en general, si nosotras logramos creernos o tener una percepción digamos no soy lo ideal pero soy potencialmente lo ideal, entonces tengo que descubrir esas potencialidades y hacerlas evidentes. Yo creo que ese sería un camino para que las chicas salgan de la situación tan difícil, algunas dicen que no me queda más remedio que prostituirme en las calles, pero la verdad de las cosas es que eso de “no me queda más remedio” está en duda.

Es que ahí también interviene una cuestión de clase, es que generalmente las chicas que se prostituyen vienen de sectores muy pobres y no tienen recursos educativos, laborales. En esos sectores se ve la prostitución pero también se da en la población trans de clase alta, pero parece que el sistema las lleva.


Yo diría que ellas ya escogieron ese modo de vida. Mientras que las otras aparentemente dicen no querer ese modo de vida, pero que no les queda más remedio. Pero su condición básica es que son pobres. Y si nosotras dejamos de lado un poquito el tema de la transexualidad, travestismo, homosexualidad y solamente nos quedamos con la situación de que son pobres, vamos a notar que el 40% de nuestra población es pobre y muchas mujeres cochinitas, pobrecitas con sus hijos, están ahí trabajando en otras cosas y no se prostituyen y tienen las mismas limitaciones que nuestras compañeras transexuales o travestis.

Pero cualquier mujer puede trabajar en lo que sea pero una travesti...


También puede trabajar en lo que sea, lo que pasa es que se condicionan.

¿Pero el problema de discriminación?


Te voy a decir una cosa. Hay un principio en la economía que dice que el trabajo es un recurso. Claro que es un principio neoliberal. El trabajo es un recurso y como recurso todos son escasos, todos los recursos son escasos. Por tanto, trabajo siempre va a haber. Lo que no va a haber es empleo. Entonces quiere decir que las chicas cuando dicen, nadie me da trabajo, porque me discriminan, por esto, por el otro, también se están autolimitando porque ella puede generar su trabajo. Igual puede vender otras cosas, puede pensar qué hacer para ganarse la vida, sólo requiere exigencia mental, pero también requiere un tema de yo soy así, así me tienen que aceptar.


Es un problema de autoestima también.


Es la autoestima. Tiene que fortalecerse la autoestima para decir mira sabes qué, el hecho de que tú seas travesti o transexual o simplemente homosexual, no tiene por qué ser motivo para que te sientas menos en la sociedad, ni que te escondas, ni que te avergüences, sal adelante y realiza una labor. Pero qué labor voy a hacer, mira producir, es decir, hacer algo que sea útil para tus semejantes, lo que fuera, hay múltiples lugares. Para ser productivo en el país, yo siempre digo, muchas veces no se necesita ser hétero o de la diversidad, porque para ser productivo lo único que tenemos que hacer es hacer algo que contribuya con los demás. Si yo limpio carros estoy contribuyendo con los demás, estoy cumpliendo una necesidad. Y nadie me va a decir que porque limpio carros soy menos. Estoy haciendo una labor, para eso me pagan. El que limpia carros muchas veces es una persona cochinita, a veces es un borrachito, que lo que cobra se lo toma, pero la gente con tal de que trabaje, bueno. Pero la travesti no quiere limpiar carros. La travesti no quiere vender caramelos, la travesti no quiere hacer A, B. Entonces ellos dicen no, lo más fácil. No es lo más fácil sabemos, pero asumen que es el camino más accesible.


Yo creo que he tenido que hacer un gran esfuerzo, a pesar de venir de clase media por ejemplo, para superar la discriminación.


Es que es un reto. Es que ese esfuerzo grande grande que se necesita es justamente cuando lo consigues, lo digno, lo admirable. Eso es ayudar a que la gente salga. Cuando lo hace por supuesto le ha costado mucho, pero ya salió, ya aprendió. Y esa persona va a ser un elemento más, útil en la sociedad.

Otro problema de la organización es que muchos que salen adelante prefieren quedarse en el anonimato y eso no aporta al movimiento.


Por eso en mi caso, yo decidí no ocultar mi transexualidad, porque de alguna forma yo pienso que puedo contribuir con mi comunidad. Si alguien dice hay una persona que lo hizo, entonces esa persona también lo puede hacer porque no hay diferencia. Yo te digo como ejemplo, yo a mis hijos les digo, cuando yo tenía 16 años, velé por mi comida, salí adelante por mis estudios y por mi bienestar. Tú tienes 17, tienes 18, tú lo puedes hacer. Si yo lo hice y estoy acá, tú también lo puedes hacer. No necesitan de mí. Y lo mismo yo les diría también a las chicas. Yo he pasado muchas etapas. Pero tú has tenido esto tú has tenido lo otro. Pero en un momento yo no lo tuve. Igual que en algún momento yo no lo tuve, lo que pasa es que lo conseguí. Ha costado y es un esfuerzo, pero eso me da gratificación, que seguramente tú la tendrías, de aquí a unos años cuando la pases. Y si no lo pasas lo que vas a tener es seguramente lamentaciones, vas a tener una vida de lamentaciones y seguramente vas a decir, la sociedad me condujo a estar aquí, en este grupo. Tal vez tomaré o tal vez me dedicaré a pasarla por ahí, no sé, pero debe ser una vida difícil. Entonces yo pienso que la alternativa es o hago esto y llega un momento en que soy una persona digna por mí y por los demás o siempre voy a ser una marginal. Quién es una marginal para mí, es una persona que no está involucrada en el grupo colectivo, por eso el término, está ahí, al margen. Ni la gente lo considera parte, ni esa persona se considera parte. Y para que tú dejes de ser marginal, la lógica es que tienes que estar dentro del grupo. ¿Qué quiere el grupo para que yo esté en ese grupo? Quiere dos cosas, a nosotros nos exigen dos cosas, a los demás solamente una, que produzcan. A nosotros nos exigen dos, que produzcamos y que guardemos ciertas composturas, ciertos hábitos, por eso es que yo opté por eso. La gente quiere que yo no sea estrafalaria, que no sea exhuberante, que no esté exhibiéndome, entonces no voy a hacer eso. Si la gente quiere que sea lo más parecido a la mujer, entonces trataré de parecerme más a la mujer. Claro, hay un problema ahí, yo me acoplo a las exigencias de la sociedad, pero en cierta manera, como dije hace un ratito, la sociedad me debe a mí consideración, respeto, estima y yo le debo a la sociedad el comportamiento que la sociedad quiere de mí. Es el toma y daca. La otra posición es la rebeldía. A mí me tienen que aceptar tal como soy y la sociedad también dice y a nosotros no nos interesas tú, sé como quieras pero no nos ofendas. Entra el conflicto. Yo opté a veces por el conflicto cuando hay derechos fundamentales, pero hay momentos en que no hay que buscar el conflicto sino la concordancia. Así yo me acostumbré.

Tu posición me parece válida en determinado nivel. Pero en las esferas más altas de poder ahí el conflicto puede ser muy fuerte o la discriminación muy evidente, muy elegante pero muy determinante. Hay estadíos en que sí la gente es más respetuosa y tolerante. Yo he percibo que hay cambios importantes, que a veces uno los pasa por alto, pero en cuanto uno sube en la esfera del poder, ahí sí nuestra identidad es un problema.


Es lo mismo que yo te digo, yo tengo muchos objetivos. Cada vez que yo cumplo un objetivo y como tu mencionabas efectivamente, es como un peldaño que asciendo. Inmediatamente voy por el siguiente objetivo y mientras que lo consigo es como si estuviese ahí pendiente. Pero voy ganando peldaño por peldaño a base de cincuenta mil cosas porque dadas las circunstancias tu creatividad comienza a funcionar. Es decir, en el camino te vas haciendo de conocimientos y habilidades que te permiten ir ascendiendo en esos escaloncitos. Cuando te das cuenta ya has avanzado una serie de trechos que antes, en un principio decías, pucha, yo no llego ni al tercero. Pero yo cuando recién me iniciaba, decía, me conformo con ser como quiero ser y punto. Pero después me di cuenta que quería ya no ser como yo quería ser sino mimetizarme y buscaba tratar de mimetizarme un poco y otro poco. Cuando la gente comenzó a decirme que yo no parecía transexual, recién me percaté cuánto uno ha avanzado. En el trabajo igualmente, yo me decía no me voy a presentar en sociedad hasta que no me sienta segura y mientras tanto mandaba a otras personas, yo tras bambalinas. Pero iba trabajando iba trabajando. Una vez que entré a la sociedad, con ciertos temores, pensando que voy a tratar solamente de participar, discretamente, me contentaba con eso pero una vez que ya conseguía eso ya quería asentar mi opinión y estoy tratando de construir una imagen profesional. Y qué resulta que las necesidades se van creando, viene lo que un psicólogo llamó, la pirámide de las necesidades. Esa pirámide de las necesidades dice que esas personas normalmente primero quieren satisfacer sus necesidades de vestido, comer y seguridad en cuanto a casa, vivienda. Las consigues y luego quieres el segundo nivel, que la gente te respete o que te quiera. Sientes que consigues eso y vas a buscar un tercer nivel, cada vez más difícil, más exquisito. En un principio tú solo querías comida pero al final terminas queriendo que trasciendas, y parece que ese escalón, según este psicólogo, todas las personas en diferentes niveles lo vive. Y entonces en estos momentos nuestra comunidad ¿qué es lo que quiere?, ¿tiene para comer?, ¿tiene para vivir?, ¿tiene para vestirse? Tal vez no, entonces en estos momentos nuestra comunidad necesita cubrir esas necesidades para después pasar a otro nivel. Porque nosotras podemos ver que la comunidad necesita derechos, acceso al nombre, acceso al trabajo y tal vez ellas en la base no lo miren así, ellas solamente quieren comer, quieren asegurarse su comida de cada día y vivir en un sitio que no las boten. Tal vez habría que ver en qué nivel están y si hay congruencia entre lo que se está haciendo y lo que ellas quieren. Porque cuando ellas cubran esas necesidades básicas de vivienda, de alimentación y vestido, tal vez entonces sí sientan la necesidad de trascender a otro nivel superior que es la consideración de las personas.

Y satisfaciendo ese primer nivel, ¿qué demandas plantearías?


Básicamente el acceso a la ciudadanía, el ser consideradas un individuo más. Eso es la urgencia de todas nosotras. Que la sociedad diga es travesti, es transexual, bueno ahí está, puede circular por las calles, a media noche. Ese tema de la estética ya es un asunto personal. Es que también hay muchas personas que no trabajan mucho la cuestión física, estética, más se van a otro plano. Pienso que la transexual está más presta a la cuestión visual, externa.Cuando hablamos de estética, hablamos de belleza, muchos pueden pensar en el golpe visual, pero a veces es también el impacto que causa la persona. Tú por ejemplo caes muy bien a todo el mundo porque tienes un fuerte carisma. Entonces la gente ve una señora y te acepta como tal. No necesitas ponerte lujosa, ni maquilladaza, ni nada. Y te ven bien y te aceptan bien. Lo que pasa es que algunas en su afán de acentuar su feminidad, recargan el maquillaje y la ropa, yo pienso que con la intención de decir, de acentuar, yo soy mujer, equivocadamente, no se dan cuenta que no es necesario eso y que más bien lo ideal sería buscar otra forma de modelo y se solucionaría una gran parte de sus problemas, porque la gente las discrimina no por el hecho de ser ella como sea sino porque piensan que la gente se va a ofender. No te puedo dar trabajo en este restaurante porque la gente no va a venir a comer acá porque la gente te va a ver y va a decir qué es esto, se va a ofender cuando le sirvas el plato. Pero de repente si modulan un poco su presencia le puedan dar acceso a ese trabajo, es también encontrar un punto de equilibro. Las chicas además del problema de aceptación, tal vez tengan otro conflicto, que ahonda la situación, la crisis. Puede ser eso, algunas dicen yo no quiero trabajar en peluquería, no quiero trabajar en estética, consideran eso un estigma, entonces quiere decir que hay un conflicto también ahí. Otras dicen yo no quiero vender caramelos, entonces también hay otro conflicto. Qué será, pero quiere decir que nuestra comunidad necesita varias terapias. Hay grupos que necesitan un tipo de terapia, otros grupos, otro grupo de terapia.

La discriminación obra en muchos planos, hay que ver qué planos han sido afectados.


Que tú seas una persona excepcional o que yo sea una persona excepcional o que otras chicas que están desarrollándose en sociedad sean excepcionales, yo no lo creo. Lo que yo creo es que hemos encontrado formas de acomodarnos en la sociedad. Por lo tanto las otras chicas también tienen formas de encontrarlo y pueden hacerlo. Entonces eso de que no lo puedo hacer porque no es la norma. Si esa persona lo hizo es porque bueno, no es así, todas tenemos las mismas capacidades, si no están en actividad, están en potencia, pero pasa por el asunto de la actitud.
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Entrevista realizada por Belissa Andía Pérez, en Lima, julio del 2008.
Joán Tincopa Langle es activista, miembro de los colectivos trans Claveles Rojos y Centro de Identidad y Sexualidad Nueva Existencia (Cisne). Es además Científica y Tecnóloga de Biodesarollo.
www.youtube.com/joantincopa



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