El encuentro se realizó en el centro de la ciudad, participaron transgéneros y transexuales y mujeres heterosexuales. Foto: Eduardo Escobar | El Telégrafo
Para brindar capacitación y fortalecer la identidad transexual y transgénero, la asociación Silueta X organizó, este fin de semana, el segundo “Encuentro Intercantonal microempresarial trans”.
Kathy Vargas, modelo de 24 años, trabaja como promotora social en la provincia de Los Ríos. Ella, al igual que todos los hombres y mujeres que han participado durante un año en el proyecto, trabajó directamente con la comunidad en la que vive, en este caso con los trans de Babahoyo.
“Es una lucha dura, los trans no somos unidos, cuando comenzamos a conocernos nos damos cuenta de que podemos obtener más ventajas. si trabajamos juntos”, indica.
Ella recuerda que en su provincia, muchos transgéneros se conocían por “las farras”, pero nunca se habían sentado a hablar de derechos.
El sábado se reunieron cerca de 50 transgéneros y mujeres madres de familia que también forman parte de esta iniciativa y recibieron una capacitación dictada por Wilmer Romero, facilitador de Silueta X, asociación presidida por Janeth Rodríguez.
Este proceso, financiado por el Banco Mundial y dirigido por miembros de la comunidad trans y gay, incluyó que las promotoras se movilizaran hasta los 25 cantones de la provincia del Guayas y buscaran a los trans que tenían negocios o vivían en la comunidad.
Romero explica que el objetivo principal del proyecto es que la comunidad fortalezca los negocios que ya tiene y “salga del estereotipo de trabajar solo en un salón de belleza”. “Como producto final vamos a crear una guía en la que se registren todos los negocios de la comunidad trans”, dice Romero.
Los dirigentes de Silueta X esperan que la comunidad trans amplíe sus horizontes, pues dentro de los grupos GLBT es el más visible y en muchos casos el más rechazado.
Kathy, una de las promotoras, cuenta que su experiencia más importante dentro del proyecto, fue constatar que muchos transgéneros decidieron cambiar ciertas prácticas en sus negocios ya establecidos.
“Una de las chicas me dijo que dejaría de tener relaciones con jóvenes que visitan su peluquería en horas de trabajo, porque eso generaba desconfianza en los padres de familia del sector que no enviaban a sus hijos a la peluquería”, cuenta.
Actualmente, los trans que participaron en el proyecto tienen tres tipos de negocio, en su mayoría, peluquerías, restaurantes y bares o discotecas.
Los organizadores realizaron un análisis de la situación financiera en la que se encuentran los diferentes negocios. “Ha trabajado con nosotros el Centro de Capacitación Profesional”, dice Romero, quien enfatiza la importancia de una preparación académica.
En la reunión provincial de ayer, cada miembro de la comunidad habló sobre la realidad que vive en su cantón. Tania Cruz trabajó en el proyecto.
Ella habló con muchos de los trans que laboran como trabajadoras sexuales para motivarlas y enseñarles que hay otras formas de ganarse la vida. “Hay que estar unidas y luchando”, considera. Para financiar sus proyectos la comunidad ha recibido préstamos del Banco Demiro.
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