miércoles, 12 de agosto de 2009

Trans Feminismo: Recordando un debate del 2005 (1)

Manifiesto de protesta contra la entrada de transexuales al Encuentro Feminista Latinoamericano y Caribeño en Sao Paulo, Brasil 2005
Viernes, 5 de mayo de 2006 / Yan María Yaoyólotl Castro

Las LF-REE hemos defendido y defenderemos siempre los derechos de las y los transexuales, transgénero y travestis dado que de hecho, somos travestis porque no vestimos ni nos comportamos como debieran las mujeres y somos transgénero desde el momento en que tenemos un modo de vida que rebasa todos los parámetros de lo que cultural y socialmente debiera ser una mujer, pero estamos claramente definidas como mujeres e identificadas con las mujeres y no pretendemos convertirnos en hombres. Por lo mismo hoy decimos ¡basta¡ a la ofensiva política de las gays: Patria Jiménez, Gloria Careaga, Enoé Uranga y Alejandra Sardá quienes han pretendido sistemáticamente imponer una propuesta que representa una violación a los espacios de encuentro de las mujeres, conseguidos a través de enormes esfuerzos y grandes batallas durante muchas décadas de lucha.

La entrada de cualquier sector social que no sean las mujeres a los encuentros feministas constituye una violación a la autonomía del movimiento.

Dicha iniciativa viene claramente desde las ideologías políticas de la “Diversidad sexual” y del “generismo”, mismas que se han convertido en instrumentos del neoliberalismo para combatir y desarticular la fuerza política de las mujeres y en particular el gran potencial del movimiento feminista, mermado durante dos décadas y media por el feminismo institucional o de derecha y por el generismo y la Diversidad sexual neoliberales.

Jiménez, Careaga y Sardá son personas que se encuentran totalmente incorporadas al aparato de poder y reciben grandes beneficios por su incondicionalidad al Sistema neoliberal, de hecho, funcionan como agentes o correas de transmisión de los intereses del mercado libre (pink market) y de la ideología de la globalización imperialista (que incluye la privatización de la sexualidad por los mercados) cumpliendo aquellas por lo tanto, la función de desmantelar al movimiento feminista y al lésbico-feminista o reducirlos a clientelas cautivas de los nuevos mercados rosa y generista. Es urgente que las mujeres en general, las mujeres feministas y las mujeres lesbianas-feministas retomemos la dirección política de nuestro movimiento e impidamos la penetración de fuerzas ajenas que, si bien algunas de ellas son muy respetables, constituyen una invasión de la ideología neo-patriarcal = misoginia, heterosexista y homosexista.

La ideología sexual neoliberal (capitalismo salvaje) se ha encubierto bajo el disfraz de la “diversidad”, la “pluralidad” y la “diferencia” y se ha escondido detrás del lenguaje del “respeto”, la “aceptación” y la “inclusión”, etc. para ocultar a la industria sexual trasnacional y a las corporaciones de El placer que se encuentran detrás de dichas ideologías, mismas que forman parte de la estrategia imperialista para desarticular los territorios nacionales, romper los tejidos sociales y quebrantar las identidades culturales de los países sometidos al neo-colonialismo con objeto de permitir la libre invasión en nuestro territorios de las multinacionales.

Las feministas tenemos tópicos sumamente urgentes que discutir en relación a: las brutales consecuencias del modelo económico neoliberal contra las mujeres de los países empobrecidos por el neo-colonialismo; la salvaje explotación del sector femenino ante la desregulación y liquidación de los derechos laborales; el aumento incontrolable de la violencia doméstica y el crecimiento alarmante del femicidio; los derechos civiles y políticos de las lesbianas; la organización de las mujeres contra las reformas estructurales y las privatizaciones de energéticos, agua, salud, educación; la urgente lucha contra el ALCA y los tratados comerciales; el diseño de una nueva política de alianzas con los sectores sociales progresistas, de la nueva izquierda y neo-revolucionarios, entre otros. ¿De qué sirven los megaorgasmos o los dildos cuando el imperialismo nos esta matando de desempleo, hambre, epidemias, inseguridad, contaminación, antidemocracia...?.

Por lo mismo, debemos evitar lo que sucedió en el pasado Encuentro Lésbico Feminista 2004 en México, donde dichas gays lograron desviar la atención de los tópicos fundamentales del movimiento de lesbianas feministas hacia el asunto de “los trans” boicoteando la posibilidad de poder consolidar una línea política clara y sólida para orientar a dicho movimiento en Latinoamérica. No podemos permitir que ahora se nos desvíe con asuntos que no competen ni son prioritarios para las mujeres como los mejores hospitales de Houston, Texas para cirugías sexuales o los mejores laboratorios de hormonas para cambiar de sexo.

Las y los transexuales deben organizarse en sus propias agrupaciones y las feministas tenemos la obligación política de apoyarles, pero su incorporación constituye una violación al principio inalienable de la autonomía de cualquier sector social organizado.

Finalmente quienes proponen la incorporación de l@s trans a los espacios de las mujeres parten de una visión excluyente ya que dejan fuera a todo el resto de los hombres como los heterosexuales. Por supuesto el feminismo no es homogéneo existen diferentes tipos de feminismos, pero existen principios esenciales como la lucha por la emancipación de las mujeres -que el neoliberalismo ha fragmentado- y la lucha contra el patriarcado -que ha omitido el discurso neoliberal-.

Hoy, es urgente y necesario que los transexuales, bisexuales, homosexuales, heterosexuales, etc. retomen al feminismo como una guía política pero es inadmisible que quieran penetrar a los espacios autónomos que el movimiento feminista ha construido para las mujeres. Si desean “ser feministas” deben aceptar el liderazgo político e ideológico de las mujeres, sobre todo de las del Tercer mundo, las proletarias, las indígenas, las campesinas, las migrantes, las amas de casa, las lesbianas, entre otras, así como luchar contra el patriarcado del cual forman parte y por la liberación de las mujeres de la esclavitud sexual que han ejercido los hombres milenariamente.

Todas sabemos que las gays antes mencionadas no trabajan ni para las mujeres ni para las lesbianas sino para los intereses de la estrategia sexual neoliberal, por lo cual, desde hace muchos años han sido altamente beneficiadas por dicho modelo económico totalmente destructivo y depredador y por lo tanto, han funcionado como sus reproductoras a nivel del ámbito sexo-político a través de una conducta oportunista dentro del movimiento feminista tanto heterosexual como de lesbianas.

Precisamente, un tema urgente de discusión durante el encuentro es la brutal consecuencia que ha traído la ideología política de la Diversidad Sexual amparando a las “sexualidades opresivas”: la paidofilia, la trata de blancas, la prostitución infantil, la total cosificación de las mujeres; la violación sexual, el incesto, el bombardeo pornográfico, el cine snuff y gore, la despiadada exacerbación sexual, el falocentrismo, entre otras.

Consideramos que el movimiento feminista con todas sus diferencias, se encuentra en un momento muy peligroso después de más de dos décadas de ataque desde la derecha feminista, institucional y generista y desde la Diversidad sexual, por lo que es urgente tomar posturas políticas contundentes o pronto se podrá hablar, posmodernamente, de “la muerte del feminismo”. Este es un momento crucial para replantear nuestros objetivos, estrategias de lucha, política de alianzas, etc. así como identificar a los nuevos enemigos: el patriarcado-heterosexista-homosexista por un lado; y el generismo y la derecha feminista o institucional por el otro.

El discurso político de la “Diversidad” ha sido sumamente peligroso porque ha entrelazado verdades con falsedades, pero lo que si ha quedado muy claro es que ha servido para abrir el camino a las transnacionales del sexo y del placer, entre ellas: las industrias hoteleras, sexshops, modas, agencias de viajes, marcas de artículos, servicios financieros, publicaciones pornográficas, etc. además de las corporaciones del alcohol, de la droga y por supuesto de la prostitución.

Es imposible integrar “en un mismo paquete” a las mujeres explotadoras y a las explotadas -como proponen Alejandra Sardá, Patria Jiménez, el grupo Airea na y la IGLHRC-; ni tampoco a los países imperialistas con los colonizados ni a los racistas blancos con los negros o indígenas ni a los patrones con los obreros, entre otros, bajo el argumento de la diversidad, inclusión y pluralidad, porque Condolezza Rice a pesar de ser mujer y afroamericana no pueden venir a comer a nuestra mesa.

Desde hace casi dos décadas, preclaras feministas “las autónomas” habían alertado sobre los peligros del feminismo institucional y ahora ya tenemos encima al feminismo de derecha, al generismo y al movimiento de mujeres neoliberal, por lo cual es urgente discutir y analizar las nuevas formas con que se encubre el patriarcado.

¡Por el derecho de organización de las y los transexuales y por el derecho de autonomía del movimiento de mujeres feministas!

Lesbianas Feministas Re-evolucionarias

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