El Cabo Micaela Bayer, nació como hombre en 1977, es hija de Policía pero su padré fué muerto en cumpliento de su deber, cuando su madre estaba embarazada de ella.
Ingresó a la Policía Federal como Agente y cuando empezó la transformación, conoció a una mujer trans que se había operado en La Plata, y ella le explicó que en el Durand la podían ayudar a hormonarse. Ni soñó con ir al Churruca. Con su credencial con nombre masculino era imposible comprar los medicamentos ginecológicos que necesitaba. Incluso cuando sintió que necesitaba ayuda psicológica, desistió de la obra social y se hizo atender de forma particular.
"Recibí más insultos de las mujeres que de los hombres. Cuando me puse los aritos, una sargento armó un escándalo, se largó a llorar. Igual no paré", contó Micaela.
Hace unos meses, cuando la Policía Federal dejó de hacer pasaportes y la oficina donde trabajaba Micaela caducó, le dieron el traslado lo que significó empezar el calvario de reconocimiento.
Me tomaron una entrevista, pedí trabajar en un horario y no me lo dieron. El segundo día estuve tres horas y me mandaron a llamar: había un memo para devolverme al mismo lugar de donde venía. Volví a mi anterior oficina el mismo día. Ahí me atajó un comisario para tratar de explicarme que todo era un error, que no era por discriminación. Yo sabía que no era así. Lloré por todo Paseo Colón.
No sabía qué hacer. Una amiga me dijo que llamase al Ministerio de Seguridad. Me animé y les mandé una carta.
Del otro lado la recibieron con sorpresa. Pocas semanas después, la ministra Nilda Garré ordenó a los jefes de la Policía, Gendarmería, Prefectura y Policía Aeroportuaria “reconocer y respetar a las personas de acuerdo a la identidad adoptada”. La orden alcanza tanto a las personas que hacen trámites en las oficinas de la fuerza como a los empleados, incluso si la identidad autopercibida todavía no coincide con el documento de identidad. La resolución incluye “la ropa, el uniforme y el uso de baños y vestuarios”.
El 5 de diciembre, cuando se publicó la orden del día de la Policía Federal, Micaela fue a tramitar las credenciales nuevas. Ahora en su identificación como policía y el carnet de la obra social figura su nombre verdadero.
Además de la resolución sobre la identidad, Garré ordenó crear los Centros Integrales de Género en cada una de las fuerzas a su cargo. “Van a funcionar –explicó una fuente del ministerio– bajo las órbitas de las direcciones de personal. Van a atender la situación de la mujer y las condiciones de trabajo de hombres y mujeres dentro de cada fuerza. Y, con la resolución de identidad de género, también le asignamos la función de acompañar la transformación cuando se hace dentro de la fuerza, y cuando la transformación ya haya sucedido, acompañar la identificación de acuerdo a la autopercepción de la persona.”
La propia Micaela va a trabajar en una de esas oficinas
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