SI YO FUERA PERIODISTA ayudaría a que la sociedad no nos juzguen ni discriminen, a que nos conozcan como los seres humanos que somos; a que recuerden el mensaje de Cristo: “el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.
MI DRAMA. Yo, al ser una mujer transexual he vivido en carne propia, la discriminación y la transfobia (miedo a lo trans) desde mi niñez. Es por eso que ahora como estudiante de Derecho, conocedora de toda la normativa existente a favor de la igualdad y la no discriminación tales como: tratados internacionales de derechos humanos, Constitución de la República, Código Penal (delitos de odio); si mis derechos son vulnerados me convierto en heroína y hago respetar mis personalísimos derechos humanos, buscando hacer justicia como cuando en mi infancia lo hacía como la Mujer Maravilla.
Durante siglos y desde tiempos inmemoriales la discriminación por ser diferentes ha marcado la vida de muchos grupos humanos.
Lo fueron a su tiempo y aún persisten rezagos de discriminación contra las mujeres, los afrodescendientes, los indígenas, los pobres, quienes portan enfermedades, los discapacitados y particularmente los miembros del colectivo TLGB (Transexuales, Lesbianas, Gays y Bisexuales).
Muchos sectores de la sociedad influidos por arcaicas creencias sociales, políticas y sobretodo religiosas se ha constituido en juez y verdugo al excluir a todos aquellos que consideran que rompen los esquemas de lo “normal”, “correcto”, “moral” sin detenerse a analizar que el mundo ha ido y sigue evolucionando hacia una mentalidad de aceptación, tolerancia y respeto a los derechos de los seres humanos sin importar cual sea su condición.
Es inconcebible que mientras muchas personas luchan e incluso han llegado hasta a perder su vida por reivindicar y garantizar el respeto de nuestros derechos, y contando con instrumentos internacionales de derechos humanos así como también en nuestro país con una Constitución de avanzada y que garantiza el derecho a la igualdad; se sigan cometiendo actos discriminatorios día tras día, contra todas las personas que no son o viven como “se espera”.
Para nadie es desconocido el infantil cuento del “Patito Feo” de Hans Christian Andersen, en el cual se expone la realidad que llega a vivir cualquier persona que no es considerada “normal” dentro de lo que establece los cánones sociales.
Contra eso tenemos que luchar y gracias a diario EL NORTE por permitirnos exponer nuestra preocupación.
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