Stacy: “Esto es algo que ni con golpes va a cambiar, somos mujeres en cuerpo de hombre”
Última actualización: 23 DE ABRIL DE 2013 09:58 | por Carlos Hernández
Stacy Alejandra Araujo
forma parte de las 2,700 personas que pertenecen a la comunidad
transexual salvadoreña y que la semana pasada tuvieron acceso al informe
sobre la situación de los Derechos Humanos de las Mujeres Trans en El
Salvador, el cual fue presentado por el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD) y la Procuraduría para la Defensa de los
Derechos Humanos (PDDH).
A criterio de Araujo,
quien además es presidenta de la Asociación Salvadoreña de Mujeres
Travestis y Transgénero (ASTRANS), el documento revela lo poco que se ha
avanzado en la elaboración de políticas para la inclusión de este
sector, con el resto de la sociedad salvadoreña.
Stacy confiesa que se
siente identificada con los problemas económicos, sociales y jurídicos
que se exponen en el informe, ya que a sus 15 años “lo vivió en carne
propia” cuando sus padres la expulsaron de casa porque ya no soportaron
la “vergüenza” de su condición.
La historia de un “trans”
Stacy relata lo
difícil que ha sido para ella crecer en una sociedad que margina la
homosexualidad y confiesta que su experiencia es un ejemplo de lo que
enfrentan a diario cientos de jóvenes.
El dolor que causó en
su etapa infantil, los desprecios y castigos propinados por su familia y
compañeros de escuela, producto a su orientación sexual, no impidieron
que a sus 13 años refirmara su condición.
“Cuando yo nací le
dijeron a mi mamá que había tenido un hermoso varón. Pero yo siempre me
he sentido una mujer. A mis parientes les daba pena salir de la calle
conmigo hasta el punto que me echaron de la casa y fue cuando tuve que
recurrir al trabajo sexual”, confiesa.
Narra que durante dos
años tuvo que sufrir la experiencia de formar parte del 85% de mujeres
trans que recurren a esta forma de vida, no porque quieran sino porque
debido a su condición se les hace muy difícil encontrar trabajo.
“Eso fue traumatizante
porque no era algo que a mí me gustaba y tuve que prostituirme por
necesidad. No me daban trabajo primero por mi edad, segundo por mis
estudios y tercero por mi identidad de género”, agrega.
Recuerda que ese
periodo fue difícil, porque al igual que el 45.8% de este sector de la
sociedad, sufrió atentados contra su seguridad física.
Además relata que hubo
clientes que trataron de propasarse al punto que tuvo que defenderse,
lo que causó en dos ocasiones su detención.
“La primera vez me
detuvieron por problemas con un cliente y la segunda por portar arma
blanca. Era necesario porque una está expuesta a muchos problemas en la
calle, sobre todo en los sectores de la Roosevelt donde normalmente
trabajaba”, confiesa Araujo.
Pasado algún tiempo,
su madre llegó a las calles para pedirle que regresara a su casa ubicada
en la colonia El Paraíso, de San Salvador.
Stacy consiguió
completar el bachillerato nocturno en el Instituto Arce de San Salvador,
lo que le ha permitido superarse y formar parte del reducido 3% del
sector trans que ha logrado obtener un nivel superior de estudio.
Satisfecha, sostiene
que ha cursado cuarto año de Licenciatura en Lenguas Modernas en la
Universidad de El Salvador, y además cuenta con varios diplomados en
cosmetología, que le han permitido obtener un trabajo en un salón de
belleza.
Al contarario de su madre, su papá -un ex policía de Hacienda- nunca ha podido aceptar la orientación sexual de Stacy.
“Me castigó en varias
ocasiones, pero esto es algo que ni con golpes ni con mandarnos al
psicólogo va a cambiar, porque somos mujeres en cuerpo de hombre”,
explica.
Sus familiares han
aceptando poco a poco su estilo de vida, prueba de ello que aún se
encuentra con su familia a pesar que lleva un año con una pareja
estable.
Entre sus metas, Araujo se ha propuesto estudiar leyes, porque siempre quiso ser abogada y ser un ejemplo en su comunidad.
Protección jurídica
El informe que fue
presentado por la PDDH y el PNUD, expone la situación de los derechos
humanos de las mujeres trans de El Salvador, y muestra los avances
acontecidos, las barreras que interfieren con el cumplimiento de los
derechos y las brechas que precisan de atención urgente.
El documento busca
proponer acciones para abordar las problemáticas que afectan la
población transexual y las bases necesarias para fortalecer los
mecanismos de protección jurídica.
En la introducción del
Informe, el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar
Humberto Luna, plantea que “a la fecha el Estado salvadoreño, a través
de diversos tratados internacionales ha reconocido y expresado su
compromiso de establecer una verdadera democracia basada en condiciones
jurídicas para la auténtica igualdad de oportunidades, además del
ejercicio pleno y efectivo de los derechos humanos y libertades
fundamentales, que por su misma naturaleza no plantean exclusión alguna,
para la población de mujeres transexuales y transgéneros ni para los
hombres trans, mujeres lesbianas, hombres gay, personas bisexuales e
intersexuales”.
La PDDH informó que
desde el Órgano Ejecutivo del Estado se han reconocido estos hechos y se
han desplegado acciones políticas para contrarrestarlos, destacándose
la creación de la Dirección de Diversidad Sexual en el seno de la
Secretaría de Inclusión Social.
Asimismo se ha
conformado la Mesa Permanente sobre los derechos humanos de la Población
LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transgénero), que está integrada por la
Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, organizaciones de
sociedad civil y población LGBT.
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