La ONG Nuevo Futuro Sirio readmitirá al enfermero al
que despidió por ser transexual. Daniel Román llevaba trabajando en la
organización dos años y medio, hasta que lo despidieron el pasado 15 de
agosto. El motivo que alegó la organización era "desobediencia". Sin
embargo, la realidad es que el trabajador comunicó a la dirección su
intención de cambiarse de sexo.
Ahora ha sido
readmitido, tras una denuncia interpuesta por UGT, la presión mediática
y, según reconoce el propio afectado, la participación activa de la
responsable de los temas de familia y menores del grupo socialista de la
Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, que este lunes mantuvo una reunión
con la máxima responsable de la organización. No obstante, aunque
volverá a la ONG en el mismo puesto y con las mismas condiciones, tendrá
que hacerlo en otro centro.
Según explica el joven,
de 25 años, cuando en noviembre de 2012 anunció a la dirección su
intención de cambiarse legalmente de sexo, los responsables del centro,
encargado de tutelar a menores de entre 10 y 17 años, comenzaron a
pedirle que solicitase la baja médica o una excedencia.
Consciente de su situación, el trabajador se puso en contacto tanto con
el sindicato UGT, como con Antonelli, que le recomendaron no aceptar
las propuestas de la ONG. "Tenía que defender su puesto de trabajo y su
dignidad como persona", afirmó a esta redacción Antonelli.
No obstante, la socialista lamenta que desde la Consejería de Asuntos
Sociales y el Instituto del Menor "nadie haya movido un dedo para
solucionar la situación". Todo ello, a pesar de que la ONG cuenta con
dos pisos tutelados, con nueve menores cada uno, por los que recibe cada
dos años más de 1,3 millones de euros de la Comunidad.
Así, de noviembre a agosto, tras más de nueve meses en los que Román se
sentía "con mil ojos encima, en una situación de mucha tensión", Nuevo
Futuro Sirio le despidió alegando "desobediencia y pérdida de
confianza", a pesar de que, según ha explicado la secretaria de
políticas sociales e igualdad de UGT Madrid, Ana Sánchez, "no cuenta con
ningún expediente".
Además, la ONG aseguraba también
que la condición del trabajador afectaba a los chicos, cuando este
asegura que “en ningún momento tuve problemas con ellos ni con los
compañeros”. “Los niños se han dado cuenta de los cambios físicos, pero
han sido capaces de quedarse con lo que no han podido algunos adultos:
la persona”, afirma. A este respecto, Antonelli ha asegurado que se
trata de una excusa que responde al "estigma de que la mera presencia de
una persona es algo perjudicial para los niños", cuando "los problemas
vienen de los mayores y de como podemos impregnarlos de prejuicios en
vez de inculcarles la diversidad y el respeto".
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