Aquí encontramos dos subgrupos. Los y las llamadas “transexuales primarias”, que son aquellos que desde que tuvieron uso de razón y adquirieron una identidad genérica, ésta fue una identidad “transpuesta”, por lo que podemos considerar que su identidad mayor fue la femenina en el caso de las “mujeres transexuales” y la masculina, en el caso de los “hombres transexuales”. Usualmente esta identidad se adquiere entre los tres y cuatro años de edad, tal vez más tarde, pero rara vez después de los diez años. Por otra parte, encontramos a las “transexuales secundarias”, que son aquellas cuya identidad de genero transpuesta se fue consolidando al paso de los años.
En el grupo “transexual” encontraremos que las personas tienen una profunda aversión por los órganos sexuales con los que nacieron en razón de que estos no coinciden con su “identidad de género”. Este sentimiento tiende a ser más pronunciado en las “transexuales primarias”. Cabe aclarar, que lo que conceptualmente hace a una persona transexual, no es el que se reasigne o no los órganos sexuales, sino el deseo de hacerlo y adecuar su cuerpo a su identidad. Algunos autores hablan de transexuales pre o post operados o incluso de no operables.
Desde una visión clínica, una persona nacida con un cuerpo masculino es considerada un hombre, y si esta persona se vive como mujer se habla entonces de un “hombre transexual” o de un caso de “transexualidad masculina”, colocando como principal criterio el sexo biológico. Desde una visón diferente, la de primar la “identidad de género”, por el contrario, se deberá decir que se trata de una “mujer transexual” y de un caso de “transexualidad femenina”, primando, como se ha dicho, el género sobre el sexo y la vivencia de la persona sobre la categoría biosocial.
Para evitar estas confusiones, es frecuente hablar de una “transexualidad de masculino a femenino” o “de femenino a masculino”, según el caso. En el ejemplo dado hablaríamos de “transexualidad de masculino a femenino”. Para “mujeres transexuales”, es decir de “masculino a femenino” puede anotarse así: en castellano “M a F” o “MtoF” en inglés. Para “hombres transexuales”, es decir de “femenino a masculino” puede anotarse así: “F a M” en español o así “FtoM” en inglés.
Para el caso de la preferencia sexual, con fines descriptivos, se considera recomendable utilizar una nomenclatura útil para todas las personas “transgénero”, pero que parece ser mucho más necesaria en el caso de las personas “transgénero” (como categoría especifica dentro de lo “transgenérico” en general) como en el caso de las personas “transexuales”. La nomenclatura clásica refiere a cuatro tipos de preferencia sexual conocidas: heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad y asexualidad. La nomenclatura más precisa para estos casos es la que refiere a la “ginofília” para la atracción hacía mujeres, la “androfilia” para la atracción hacía los hombres y “ambifilia” para atracción hacia hombres y mujeres.
En el caso de las personas transexuales, es posible encontrar cualquier tipo de preferencia sexual, incluso una asexualidad. Desde mi punto de vista, aun no esta claramente establecido cual es la preferencia mayoritaria y cual la minoritaria en las personas transexuales. Aunque teórica o lógicamente, se espera que en el caso de las “mujeres transexuales” sea mayoritaria la “androfilia”, tampoco debe ser tan minoritaria la preferencia de “ginofilia”, aunque en el caso de “hombres transexuales” si deben ser mínimos los casos de atracción “androfílica”.
O sea, que en términos donde se prime el sexo biológico original o de nacimiento, esto se vería como si se tratase, más bien, de una preferencia “homosexual”, puesto que, desde este punto de vista, una persona nacida biológicamente como “hombre” se sentiría atraído sexualmente hacia otro hombre y una persona biológicamente nacida como “mujer” se sentiría atraída sexualmente hacia otra mujer. La cosa cambia cuando lo que se hace primar es la “identidad de género” y no el “sexo”. Desde esta perspectiva, una persona nacida biológicamente como “hombre”, es una “mujer” en cuanto a su “identidad de género”, no teniendo una atracción “homosexual” por otro hombre sino que se considera que es una atracción “heterosexual", pues se trata de una “mujer transexual”.
Lo más importante es romper con una errónea idea común de pensar que las mujeres y hombres transexuales, tienden a ser exclusivamente “heterosexuales”. Y quizás más importante es empezar a reconocer la legitimidad, sin ningún tipo de menoscabo para su condición de mujer y de su “identidad femenina”, el que una “mujer transexual” se siente atraída sexualmente por una “mujer biológica” u otra “mujer transexual”.
Tengo la impresión de que la mayoría de la gente tiene una percepción completamente equivocada de lo que es ser una persona transexual, en este caso, de una “mujer transexual”. Se tiende a pensar que es una actitud voluntaria o arbitrariamente decidida por la persona. Por otro lado, se le ve como una persona que opta por esa condición con fines meramente eróticos o declaramente sexuales. Nada más equivocado. Basta reflexionar sobre su vida antes de proceder a una cirugía de resignación de sexo. Y sobre todo, no se reflexiona su situación después que ésta se ha efectuado. Considero que es desde el segundo “paradigma” el que mejor describe esa trayectoria de vida.
Desde esa perspectiva, dentro de las personas transgénero (globalmente considerados) las personas transexuales son las más intensamente afligidas. Sienten fuertemente que son, o deberían de ser, del género físico opuesto al género en el cual nacieron y vivieron su infancia. Realmente sienten que el cuerpo con el que nacieron no coincide con sus sentimientos interiores de género ni con la imagen de quienes son o quienes desean ser, ni tampoco están cómodos con el papel de género que, basado en este cuerpo, la sociedad espera que desempeñen .
La mayoría están dolorosamente conscientes de la incongruencia de su género desde su muy temprana niñez. La mayoría de personas no visualizan los sentimientos profundos y las pasiones que conducen a un adolescente transexual (en este caso, un transexual Mujer a Hombre) a cruzar la línea divisoria de género. Las alegrías que sienten cuando son aceptados y encuentran el amor al otro lado, así como el terror y las humillaciones que les esperan si alguna vez se descubre su condición.
Desde muy jóvenes, el comportamiento de esconder los genitales les permite experimentar una sensualidad femenina muy común en jóvenes chicas trans. En cuanto se hacen mayores y empiezan a masculinizarse por efecto de la testosterona, llega el momento en el cual ya no pueden esconder, de ellos mismos ni de otros, los efectos de la terrible transformación que sus cuerpos están forzados a sufrir. A partir de este momento muchos experimentan una intensa ansiedad y angustia emocional. Así, mucha gente transexual se siente casi claustrofóbicamente atrapada y destinada a vivir el resto de su vida "encarcelada en un cuerpo equivocado" a menos que puedan corregir la situación con hormonas sexuales, cirugía de reasignación de sexo y una transición física completa.
El mayor ahelo de una "mujer transexual" es vivir su vidas en el género correcto, no sólo en lo social sino en sus vidas íntimas también - y dentro del cuerpo idóneo para sus sentimientos internos de género. Esto significa, modificar su cuerpo e integrarse al mundo social como toda mujer normal, enamorarse, casarse y conformar una familia.Muchas "mujeres transexuales" prefieren no identificarse como "transexuales" sino como simplemente como "mujeres" y otras que han logrado integrarse como a la sociedad, viven con el permanente temor de ser puestas en evidencia.
Se considera que existen ahora modernos y dramáticos avances en medicina y cirugía que han posibilitado una corrección completa de los conflictos de género de transexuales intensas. De ello hablaremos cuando tratemos el tema de las “transiciones”.
(Fotos de transexuales famosas: Lili Elbe (Alemania), Christine Jorgensen (EE.UU.), Coccinelle (Francia), Bibi Andersen (España), Candis Cayne (EE.UU.), Kelli Van De Veer (Holanda), Tista (India), Chen Lili (China; Haruna Ai (Japón), Jin Xing (China) y Harisu (Japón)
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