Sea desde la perspectiva del primer “paradigma”, como un posible caso fallido en la socialización e interiorización subjetiva del género, o en la perspectiva del segundo “paradigma”, como una posible falla ocurrida en las etapas tempranas de la gestación, por lo cual nacen niños con un sexo neurológico y una identidad de género innata opuesta a la que indican sus genes y sus genitales, no hay duda de que en algunos casos desde muy temprano y otros, muy posteriormente, existen personas que habiendo nacido como varones, cuentan con sentimientos genéricos y la identidad genérica de mujeres.
Pretendo hacer visible una "situación", "condición" o "identidad", muy particular, que lastimosamente, por ahora, no tiene un nombre propio, por lo que generalmente, conlleva a una gran confusión. Se les suele denominar “transgénero” aludiendo a un caso específico, pero repitiendo de manera literal el término “transgénero” que alude a un concepto englobalizador de varias categorías. Esta es una propuesta de indagación a partir de mi propia experiencia personal, pero que espero exprese la de otras personas, es más, tengo la sospecha de que es la experiencia de una gran mayoría de personas con una “identidad de genero femenina”.
Con ese propósito, realizó una lectura si se quiere relativamente arbitraria de ámbos "paradigmas". Por un lado, retendré la idea de Alejandra Zuñiga en cuanto que se trata de una “categoría específica y particular” pero ubicada dentro de lo “transgénero”. No asi su idea de que se trata de una categoría “intermedia”, “mezclada” y hasta “ambigua”, entre dos únicos géneros posibles: hombre y mujer, pues aquí vuelve a aparecer oculto la dicotomía que reducce la determinación del género por el sexo.
Por otro lado, asumiré la idea de la autora de los artículos correspondientes a la página de Lynn Conway, acerca de que la “identidad de género femenino” o de mujer, no se reduce a las personas denominadas “transexuales”, sino que existen personas con distintos grados de esa “afectación transgenérica”. Puede que las personas transexuales sean quizás las más afectadas, pero en todo caso, no serían las únicas: ¿cuales son los otros casos de “afectación transgenérica”? No así la idea, aun no demostrable (aunque yo no tengo ningún tipo de prejucio o premedita negación de esa idea) de que tal “efecto transgenérico” se encuentre predeterminado, física y biológicamente por aquel problema prenatal. En síntesis, deseo hace visible a la “mujer transgénero”. Veamos si puedo lograrlo.
En la sección denominada “TRANSGENERO” de la página de Lynn Conway, se menciona que el “efecto transgenérico” sucede quizás en uno de cada 200 o 400 nacimientos y que quizás, en uno de cada 50 niños, el "efecto transgenérico" está presente en cierto grado pero es menos pronunciado- y esto ocurre tanto en chicos como en chicas. Todos estos niños son vistos como normales y por ello serán educados de acuerdo a los criterios de género que, se supone, les corresponde según su sexo biológico.
Para un sector de estos niños, como hemos visto antes, ser educados en el género equivocado va a causarles una profunda Disforia de Género y una profunda angustia mental a medida que van creciendo, como es caso de las personas "transexuales" (TS), siendo estas las más intensamente afectados dentro los transgénero (TG). Para otro sector de estos niños, lo más probable es que puedan haber nacidos con sentimientos, formas de ver las cosas, de relacionarse con los demás y ciertas sensibilidades, las que en la sociedad y en la cultura en la que se desenvuelven, han sido adscritas como sensibilidades”, supuestamente propias e inherentes al “género” opuesto al suyo.
La mayoría de estos dos sectores de niños transgénero, tendrán severos problemas de adaptación personal al obligárseles a seguir un rol genérico estricto. Quizas para el primer grupo, desde muy temprano, esos sentimientos son claramente orientados hacia lo femenino. Pero el otro grupo de niños, no será claramente conciente de esos “sentimientos” y “sensibilidades” que hacen parte de su personalidad, aunque por lo general, se sentiran a sí mismos como medio “raros” con respecto a los demás niños. En ámbos casos, esos sentimientos y sensibilidades, pueden ser auto-reprimidas por estos mismos niños por que reciben la idea de padres, amigos, profesores y compañeros de escuela, que el poseerlas sólo puede significar que son “homosexuales”. Esta posibilidad asume un carácter “terrorífico”, debido a los prejuicios machistas que imperan en la sociedad y que refieren a éstos como “maricones” y que por definición, son “cobardes”, “traidores”, “inmorales” y “pecadores”.
Ellos se verán obligados a comportarse siguiendo las normas sociales de lo que es ser “un hombre”, o sea, “un macho”. Pero eso, de ninguna manera les evita graves problemas de adaptación que, en esas condiciones, se manifiestan no abiertamente como problemas de género, sino como serios “problemas de conducta” individual y social, de alcoholismo, drogadicción, agresividad, violencia, de timidez, de inmadurez, etc., lo que hace que en su juventud, sean “inmaduros” para manejar sus relaciones de enamoramiento y hasta noviazgo con sus parejas, chicas biológicas.
Algunos jóvenes, quizás intentarán "convertirse en gays" y de ser aceptados en la comunidad masculina “gay”, cuando en la realidad esto raramente funciona. Los hombres “gay” buscan hombres como parejas, no personas cuya “identidad de género” es femenina. La última cosa en el mundo en la que podría convertirse un joven HaM es en un hombre “gay”, quien es, en lo relativo a su masculinidad y a sus partes masculinas, ¡incluso más que el hombre promedio. Quizás puedan refugiarse en la idea de ser “gay pasivos”. Otros jóvenes transgénero quizás encuentren maneras secretas para travestirse con ropa de chica como una manera de explorar y disfrutar sus sentimientos, frecuentemente lo harán desde mucho antes de la pubertad. La necesidad de mantener un absoluto secreto acerca de su travestismo, son en general una fuente de tremenda angustia, ansiedad y depresión para estos chicos.
En todos estos casos en que las personas son educados bajo los criterios de una idea de género que esta en contraposición a su propia personalidad integral, buscaran pues relacionarse con mujeres biológicas, pero se avergonzarán y se sentirán tan humillados por sus tendencias femeninas que van a esconder esos "terribles y secretos deseos" a todo el mundo, y sobre todo, incluso a ellos mismos durante un largo, largo tiempo. Pero en términos generales, son obligados a "actuar" un rol que les cercena la integridad de sus sentimientos y sobre todo esas sensibilidades consideradas socialmente como “femeninas”.
Se ha dicho que el nombre para la forma intensa de aquellos sentimientos reconocidos desde temprano por la persona como “femeninos”, es la Disforia de Género, una profunda ansiedad que sienten las personas obligadas a vivir en el género equivocado. Para otras personas, el “travestismo” puede significar una forma de expresión de sus sentimientos transgénero, la mayoría de las veces, sin tener conciencia de ello. Cuando se práctica un travestismo completo y frecuente, se ira tomando conciencia de sus “sentimientos” y “sensibilidades” hasta re-descubrirse así mismas como “personalidades femeninas” integrales.
A diferencia de la persona “travestiste” que no pierde su identidad de genero masculino, la persona “transgenero” reconoce que porta una “identidad de género” opuesta a su sexo físico o biológico, esto es, una identidad de genero femenino. La autora de la página de Lynn Conway señala que es muy común en nuestros días que jóvenes TG inicialmente se piensen a si mismos como varones travestis y sean atraídos a esa escena, pero sólo cuando ha pasado el tiempo, se dan cuenta que no solamente están interesados en el travestismo por la auto excitación sensual sino que “hay algo mas que eso”. Y sintiendo que no son como la mayoría de los varones travestis en cuanto a la “identidad de género”, empiezan a confrontar su real situación. Una vez que se esta conciente de lo que realmente se es, se abandona el ambiente travesti y se intenta entrar en interacción con orientadores especialistas en género y grupos de apoyo TG.
Cuando de esta manera la persona encuentra algún grado de paz interior y autoaceptación, ella puede continuar por ese camino. Y al igual que las personas transexuales, por lo general, estas personas transgéneros decidirán adecuar tanto su físico y como su rol social, a dicha identidad de genero femenina. Es por eso que se habla de un proceso de “feminización”. Para ello, puede efectuar cambios sociales adoptando permanentemente la vestimenta del género que desea y cambios físicos tomando hormonas, realizándose operaciones o cirugías en partes especificas de su cuerpo, aunque en términos generales, no les atrae ni tampoco deciden, someterse a una cirugía de reasignación (CRS) para modificar sus genitales originales, alcanzando de esta manera, una “transición” que la autora de la página de Lynn Conway llama “transición transgénero”.
En la actualidad esta “transición transgénero” es efectuada anualmente por muchas personas que ahora viven con el género en el que se sienten más a gusto, sin importar modificar sus genitales. Ciertamente, supongo que se puede dar el caso de “mujeres transgénero” que deciden efectuar una cirugía de reasignación de sexo (CRS) pero en tal caso, pasarían a ser “transexuales secundarias”, lo cual es completamente válido y muy legitimo, a condición, creo yo, que en el transcurso de su trayectoria de vida, hayan desarrollado una profunda y verdadera Disforia de Genero. Pero, así como en el caso de las personas transexuales, que pueden ser definidas como “mujeres transexuales”, así mismo, esas personas transgénero pueden ser definidas como “mujeres transgénero”, pues lo fundamental aquí, no es lo físico, no son los genitales, sino la “identidad de género”, y ésta es una “identidad femenina”.
En lo que concierne a la preferencia sexual, he señalado que para esta identidad, la nomenclatura más precisa es la que refiere a la “ginofília” (atracción hacía mujeres), la “androfilia” (atracción hacía los hombres) y “ambifilia” (atracción hacia hombres y mujeres). En el caso de las personas “transgénero”, es también posible encontrar cualquier tipo de preferencia sexual, incluyendo la asexualidad. Al igual como señale para el caso de las personas “transexuales”, creo que aun no esta claramente establecido cual es la preferencia mayoritaria y cual la minoritaria, aunque tengo la sospecha que tanto la “ginofilia” como la “ambifilia” son ligeramente mayoritarias que la “androfilia”. Igualmente, es importante romper con la idea prejuiciosa de la existencia de relaciones “homosexuales” y reconocer la legitimidad, sin ningún tipo de menoscabo para su condición de mujer y de su “identidad femenina”, el que una “mujer transgénero” se siente atraída sexualmente por una “mujer biológica”, una “mujer transexual” u otra “mujer transgénero”.
Las trayectorias de las “mujeres transgénero” varían en cuanto a forma de una manera considerable de persona a persona, dependiendo de muchos factores que incluyen no tanto la intensidad de su condición, si no la del ritmo y los métodos iniciales para expresar su condición “descubierta”, la misma que está en intima relación con los obstáculos y limitaciones sociales y familiares que cuentan en su vida cotidiana, pues como vimos, la mayoría de ellos fueron obligados a vivir gran parte de esa vida como varones, creyendo tener una identidad masculina, y sobre todo, esforzándose por lograr una “performance” masculina normal, con lo cual, intentaban ocultarse, inconcientemente, sus propios “sentimientos” y “sensibilidades” que les son innatos, pero que la sociedad y la cultura, se los atribuyo solo a las personas del sexo opuesto.
A manera de resumen, se diría que en tanto identidad especifica, las “mujeres transgénero” se diferencian de las personas “fetichistas de prendas femeninas” y de las personas “travestistas”, en que la utilización de vestimenta femenina pasa a un segundo plano y la “identidad de género femenino” descubierta, pasa a constituirse en lo fundamental, pues es la que ahora define a la integridad de su personalidad. Al mismo tiempo, si bien comparte con la identidad “transexual” esa identidad transpuesta o cruzada, no desarrolla una Disforia de Genero que le lleve a plantearse, de manera obsesiva y como fundamental, el modificar sus genitales originales.
1 comentario:
Nada tiene que ver con tu blog, pero es la única manera que tengo de conectarme contigo.
Hola Cris
Agradezco tus comentarios.
Sorry, pero no participo del grupo de Gaby Gay, pero me suena MUUUUY conocida. Me gustaría participar.
Las palabras que dejé en tu blog responden a tu manera de pensar y, a tu manera de expresarte. Me pareces una persona muy inteligente, con formación universitaria (no me digas que hiciste copiar y pegar, porque me muero). Aunque en algunas cositas disiento con vos, por ejemplo, en tú última entrada (en principio) haces referencias a características sexuales que ningún humano poseemos de nacimiento (a menos que se trate de hermafroditismo).
El humano nace —en la mayoría de los casos— como lo que es: varón o mujer. Luego la familia y la sociedad lo forman de acuerdo a su entorno y apetencias particulares. Dentro de mi ignorancia, creo que el sexo neurológico (en bebes o niños muy pequeños) no existe y, cada uno nos vamos formando con mayores o menos compulsiones. Éstas, cuando ya no son soportables, a temprana o mediana edad te llevan a determinar el genero sexual que deseas definir. Aún así nunca, nadie, puede definirse como absolutamente hombre o mujer (juego de hormonas, je). Menos aún los hombres, que poseen un nivel mucho más alto de hormonas femeninas que las mujeres poseen de hormonas masculinas.
Otro tema:
A pesar que hace años (poco mas de 20) que me interconecto. Siempre defenestre los foros o –como los llaman ahora, Blogs-, hasta que me di cuenta, hace un par de meses, que allí podría encontrar gente con mis mismas inquietudes.
Como tú sabes, es muy difícil hacer comentarios en el blog; siempre nos estamos cuidando de que alguien descubra (o al menos sospeche) quienes en realidad somos.
Como comento en mi Blog, soy Bisexual. Nací y viví en la ciudad de Bs As. hasta mis 39 años, y para mas datos, muchos años viví en el epicentro gay de la ciudad (a 2 cuadras de Santa Fe y Pueyrredón); tengo muchísimos amig@s, con l@s cuales no tengo ningún problema.
Es más: hoy puedo salir totalmente montada y caminar por Santa Fe desde Coronel hasta Rodríguez Peña sin ningún problema.
El tema es que estoy viviendo (y ganando mucho dinero) en un mediocre pueblito del interior de la República Argentina; encima un pueblo que arrastra una cultura de ser durante muchos años una sede muy importante del ejército y -el resto- son estancieros.
Entonces ¿Qué podes esperar de un pueblo de milicos, estancieros y curas?
Pero… putos, maricas, travestis, crosss… hay en todos lados y “aquí” estoy comenzando a conocer quien es quién.
Con respecto a mí… no tengo ninguna duda. Me defino como Bi (hace cerca de 3 años que no que veo un pene ¡estoy como loc@!).
Pero, en este pueblo, si haces algo más o menos destacado o innovador, enseguida vienen los medios a reportearte, por lo cual a los 6 meses de estar acá ya era una “persona pública”, entonces no puedo hacer nada. (Salgo x TV al menos cada 2 meses, y por radio una o dos veces al mes).
Lo único para mencionar es que salgo con dos chicas (mujeres bio); una de 21 y otra de 39 y ¡ninguna tiene problema con la otra! (Esto es la cultura del Interior…, bueeehh)
Como chisme, poco antes de las fiestas me agarré un pedo 4x4, obviamente, al día siguiente el tema era el pedo que se agarró "el profesor" (tengo +/- 2500 alumnos) y “digamos que soy el Director de la escuela", aunque no es una escuela formal. Imagina como extraño Bs. As.
Te mando muchos saludos, lo mejor para vos, y que continuemos la comunicación.
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