Mari Paz Argüera y su hija Adriana Turuelo, foto superior, tienen aparentemente motivos suficientes para recibir ayuda social pero ni el Ayuntamiento de Valencia ni la Generalitat les dan respuesta a la pesadilla en que viven.
Levante/Diario Digital Transexual-. Tremenda historia, en la calle y sin posibilidad siquiera de poder dormir juntas en un albergue, ya que a su hija la consideran un hombre porque no tiene cambiado su DNI. Pero no solo eso, son tan pobres que la mujer transexual no tiene absolutamente ningún medio económico para poder iniciar su proceso de reasignación de sexo, a lo máximo que llega es a tener dos pechos de goma espuma como único tesoro
La madre, de 43 años, ha sido durante años una mujer maltratada por su marido y su hija "una mujer encerrada en un cuerpo de hombre" desde hace 24 años. La crisis las dejó primero sin trabajo y el pasado 2 de marzo sin vivienda y el ayuntamiento sólo les ofrece el recurso del albergue municipal. El problema es que en los centros de acogida no las dejan dormir juntas porque en el DNI de Adriana pone Juan Daniel. La joven todavía no ha iniciado el proceso de cambio de sexo por falta de recursos económicos. La ropa, el pelo y dos prótesis de quita y pon que "me regalaron unas amigas" son el único cambio físico que puede permitirse. A su precaria situación económica y personal se suma ahora la "humillación y la vejación" a la que les someten en los albergues que no dan más opción a Adriana que compartir dormitorio y cuarto de baño con los hombres. Madre e hija se niegan a que las separen y prefieren la calle. Las últimas noches las han pasado en la Estación de Autobuses. "El ayuntamiento se gasta millones en fiestas y eventos mientras nos deja a las personas necesitadas en la calle", lamenta Mari Paz.
Los servicios sociales las han citado para el 15 de marzo para estudiar su caso. Hasta entonces y ante la falta de flexibilidad de las normas de los albergues seguirán durmiendo en la calle. "Me parece increíble que no comprendan mi situación", destaca Adriana. Fuentes de la Casa de la Caridad, uno de los centros que trabaja con el ayuntamiento y que Mari Paz y su hija dicen haber visitado, negaron ayer haber atendido a las dos mujeres. Apuntaron que esa "casuística [en alusión a un transexual] se ha dado en alguna ocasión y se ha resuelto en acuerdo con los usuarios". El albergue explicaron tiene habitaciones para familias. Mari Paz, que se trasladó hace seis años a Valencia huyendo de su marido maltratador, ha trabajado cuidando a ancianos en residencias y la hija, como teleoperadora. Madre e hija confían en encontrar un techo temporal hasta que les salga trabajo.
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