Como subdirectora científica del Instituto Humbolt, en Colombia, es reconocida autoridad en la diversidad biológica del país. Pero además encarna la diversidad de género en su búsqueda de identidad como Brigitte, foto.
Tiempo/Actualización Diario Digital Transexual-. Eso afirma esta mujer transexual que se desempeña como subdirectora científica del Instituto Humboldt.
Es una estudiosa consagrada de la naturaleza y desde hace 15 años eligió dejar atrás a L. G. Baptiste para ser Brigitte.
Tras conversar con Brigitte, que es el nombre que espera que aparezca en su nueva cédula, quedan claras dos cosas.
La primera es que la naturaleza humana es tan diversa que no entiende de encasillamientos y de prejuicios culturales, pues nada es absoluto en la vida.
La segunda, es que la identidad de género y las manifestaciones de la sexualidad no las soporta la gramática española.
"No tengo lío con que me digan profesor o profesora, hombre o mujer, ya me liberé de eso", comenta Brigitte, quien con 46 años, es subdirectora científica del más reconocido centro de investigación del país en estudios del medio ambiente, el Instituto Humboldt.
Su nombre lo tomó hace 15 años de forma simbólica de Brigitte Bardot, diva francesa que fue ícono del amor libre en los sesenta.
Con más de 30 años "decidí afrontar que si uno no es lo que quiere, pierde sentido y se acumulan frustraciones y tristezas", comenta con tono capitalino.
Para entonces, con su identidad anterior ya se había graduado como bióloga de la Universidad Javeriana, donde también es profesor hace años, y alimentaba su pasión por la naturaleza.
Una vida dedicada a la biodiversidad
Brigitte, encontró en la academia un segundo refugio. Con su dedicación obtuvo una prestigiosa beca Fulbright con que viajó a Estados Unidos para hacer una maestría en Desarrollo y conservación tropical.
Ahora tiene en sus pendientes terminar la tesis de un doctorado en Ciencias Ambientales que estudió en España.
Mientras tanto, las líneas de investigación de Brigitte comprenden la ecología de paisajes culturales, el análisis de la transformación del territorio, y el uso y manejo de la biodiversidad.
Brigitté está al frente de buena parte de la agenda con que Colombia celebra en el 2010 el Año Internacional de la Diversidad Biológica, declarado por la Unesco.
Siempre fui 'nerdita', en parte por ese temor de reconocerme por muchos años como soy, pero al fin me quité la máscara, es una cuestión de honestidad, de ser yo-, concluye Brigitte que encontró en la literatura y la ciencia ficción un refugio porque "es el mundo de las posibilidades".
Más que una apariencia exótica, rasgos muy femeninos, medias de maya, falda corta, pelo rubio y un tatuaje de una sirena en su brazo izquierdo, Brigitte con su profundo conocimiento acalla cualquier juicio sobre su identidad sexual, sino que ha sido aceptada y reconocida por una universidad jesuita.
¿No ha generado alguna reacción su condición de género en medio de un mundo académico de tradición católica?
No ha faltado el que ponga el grito en el cielo, pero el rector no tiene objeción sobre mí. Además es una universidad humanista. A la larga, la academia termina siendo el mejor espacio donde se reconoce la diferencia y la búsqueda de alternativas personales.
Y eso lo dice aclarando que en Colombia con toda su violencia social no siempre es fácil que emerja Brigitte de la noche a la mañana. Salir a la luz pública fue un proceso gradual que continúa hoy como un aprendizaje diario.
Más en un mundo donde muchos no comprenden que ella pueda tener dos hijas pequeñas y una compañera sentimental que la ha aceptado como es.
Con su familia ha construido un camino propio: "Brigitte siempre ha vivido con ellas", dice con un cierto tono paternal.
No hay que ver al diferente como un bicho raro
Además su elección identitaria salida de los canones aceptados por la sociedad, guarda una estrecha relación con las investigaciones que ha realizado.
¿Qué tanto de esa diversidad que lleva dentro Brigitte encuentra en la naturaleza colombiana?
El cuerpo es una tierra con alma que envejece, tiene períodos de sequía, siempre hay un cambio constante. Nunca puede entenderse el cuerpo ni la Tierra como algo estático.
Este personaje que parece sacado como de una película de Almodóvar, aprendió a vivir en una sociedad de dominaciones y exclusiones.
También supo sobreponer a las categorías hombres y mujer que resultan inocuas para resolver la identidad de género, sin que se convierta en un escándalo asumirse como quiere.
¿Mientras la naturaleza no riñe con la diversidad, falta aceptar más la diversidad de pensamiento?
Sí, creo que a veces somos tan conservadores que tenemos miedo a aceptarlo. Persiste un pensamiento hegemónico, centralista y controlador que resta posibilidades.
Con todo, Brigitte se declara feliz de su condición personal y profesional. Para ella la diversidad no solo está en las miles de formas de vida que habitan los ecosistemas colombianos y registra en sus investigaciones, sino que la encarna en su propia vida como la mejor manera de encontrar caminos posibles para existir.
"No podemos -concluye- seguir viendo al diferente como un bicho raro. No hay necesidad de clasificar o discriminar para saber cómo vivir".
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