(Tegucigalpa) - La condena de un oficial de policía por el ataque a puñaladas contra una mujer transgénero mientras se encontraba fuera de servicio es una gran victoria para la justicia y la igualdad de derechos en Honduras, Human Rights Watch y la Red Lésbica Cattrachas, una organización de derechos de las lesbianas de Honduras, señalaron hoy. Las dos organizaciones asistieron al juicio en calidad de observadores.
"Este fue un crimen alimentado por el odio; las 17 puñaladas dan fe de ello", dijo Juliana Cano Nieto, investigadora del Programa de Lesbianas, Gays, Personas Bisexuales y Transgénero de Human Rights Watch. "A pesar de las amenazas e intimidaciones, éste es un ejemplo de la integridad y el valor de todas las personas involucradas en el caso que promovieron la justicia".
Estos ataques rara vez llevan a una investigación o a una acción judicial en Honduras.
"La gran pregunta es si este juicio será el comienzo de otros procesos en contra de individuos que cometen crímenes de odio contra los las personas transgénero, lesbianas, gays y bisexuales, dijo Cano Nieto.
El hecho de que la decisión del tribunal no abordara cuestiones de discriminación, a pesar de que la fiscalía presentó pruebas de homofobia y transfobia como motivos del ataque, fue una debilidad en la resolución del caso contra Borjas, dijo Human Rights Watch. El tribunal tampoco aceptó los argumentos de la fiscalía para que la pena se incrementara por el componente de homofobia.
Adicionalmente, la mayoría de las personas en la corte trataron a Nohelia y a una testigo transgénero con aparente desdén, y sólo el fiscal y una de las tres juezas se refirió a ellas utilizando su nombre elegido.
"La corte debe ser aplaudida por considerar que se cometió un delito grave, pero esperamos el día en que los tribunales entiendan la plenitud de odio detrás del crimen", dijo Indyra Mendoza, directora de la Red Lésbica Cattrachas. "Todavía tenemos un largo camino por recorrer para asegurar que el sistema de justicia comprenda y aborde de forma adecuada la orientación sexual e identidad de género".
Contexto
En la noche del 17 de diciembre de 2008, Nohelia, una trabajadora sexual en Tegulcigalpa, se negó a prestarle servicios sexuales a Borjas. La noche siguiente, Borjas regresó en un coche con otros dos hombres. De acuerdo con las pruebas presentadas en el juicio, Borjas apuñaló a Nohelia en el cuello cuando ésta se acercó al coche sin saber quién estaba dentro. Luego, los dos hombres la arrastraron al interior del coche y se dirigieron a las afueras de la capital, donde Borjas la apuñaló en los brazos, la espalda y en el frente de su cuerpo.
Nohelia logró escapar por la ventana del coche, y un carro que pasaba por allí la recogió y la llevó al hospital. Nohelia tiene una cicatriz permanente en su garganta y otras varias en los brazos.
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