La condición transexual sigue siendo un tema polémico y complicado de entender.
De igual forma, es difícil explicarlo a la sociedad. Sin embargo, niños y niñas que viven esta situación tienen cada vez más clara su identidad y luchan, algunos junto a sus familias, por que se respete su esencia, aun si no concuerda con el cuerpo biológico con el que nacieron.
Mario Alberto Reyes
Era una fiesta infantil, los juegos inflables estaban atestados y los invitados reían y jugaban. Aurora
charlaba con otras mamás, intentaba disfrutar el momento, sin embargo,
cuando los acordes de aquella canción comenzaron a sonar, entró en
pánico y en sus adentros rogó: ¡que no lo haga! ¡que no lo haga! Volteó
hacia donde estaba Fabián, su hijo de seis años, y el mundo se le vino encima cuando lo vio moverse alegremente como la cantante Shakira.
De inmediato sintió las miradas del resto de los invitados, la
vergüenza le impidió moverse, cuando reaccionó corrió a regañarlo y se
fueron a casa. No era la primera vez que ocurría, en otra ocasión,
cuando el momento de romper la piñata había llegado, el pequeño corrió a
formarse… en la fila de las niñas. "¡No te formes ahí, tu eres un
niño!", le gritaba Aurora, para quien las fiestas y reuniones se
convirtieron en una pesadilla.
Inicialmente pensó que el pequeño lo hacía para enfadarla, ahora
recuerda que el comportamiento femenino siempre estuvo presente. "Cuando
tenía como tres años lo bañaba en una tina, a esa edad se ponía de pie,
tomaba la toalla, se envolvía con ella debajo de sus bracitos y decía
'¡mira mamá, mi vestido de princesa!', esa fue la primera chispa que
llamó mi atención".
Cuando salía con Jorge, su padre, Fabián no la pasaba mejor.
Una tarde en el cine, angustiado y furioso por las actitudes que creía
eran consecuencia de los mimos de Aurora, Jorge sacó a su hijo del
sanitario de las mujeres y lo obligó a orinar en un mingitorio. Incluso,
llegó a mostrarle "cierta pornografía" en aras de reafirmar la
"hombría" de su hijo.
Todas las noches, el pequeño era presa de intensos sudores y diuresis
nocturna que hacían a Aurora levantarse en dos ocasiones para cambiarle
las sábanas y ropas. Llegó a acondicionarle una cama en el sanitario
porque pensaba que su hijo "ya le había tomado la medida".
Lo que Aurora y Jorge ignoraban era que Fabián, a sus escasos seis
años, atravesaba por una etapa de intenso estrés generada por su
condición de transexualidad, misma que de acuerdo con Selma González
Serratos, académica del Programa Sexualidad Humana de la Facultad de
Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, se define como
"la condición de algunos seres humanos que se viven en un cuerpo que
les es extraño".
De acuerdo con la experta, la sensación y actitud persistentes de
comportarse de manera distinta al rol de género asignado –entendido como
el conjunto de conductas, tareas y responsabilidades que una sociedad
considera apropiadas para hombres o mujeres–, se deriva de una
incongruencia entre el sentir de la persona y el cuerpo con el que
nació.
"¿Dónde empieza o por qué se da la transexualidad?, nadie lo sabe.
Resulta absurdo preguntarnos eso porque estamos estereotipadamente
acostumbrados a decir que el azul es para hombres y el rosa, para
mujeres. No somos capaces de pensar en una formulación distinta. Se han
querido buscar sus orígenes pero eso sería como querer buscar los de la
heterosexualidad".
González Serratos subraya que en todo caso sería más fácil entender
que hay una diversidad de comportamientos, uno de ellos la
transexualidad, en el que ponerse ropas del otro género no constituye un
acto de excitación sexual, como podría suceder en el travestismo, sino
que responde a una necesidad emocional persistente.
En charla con Letra S, menciona que en el mundo
occidentalizado en el que prevalece el pensamiento judeo-cristiano, los
comportamientos no heterosexuales son rechazados y estigmatizados por no
cumplir con la finalidad primordial que para esta corriente de
pensamiento tiene la sexualidad: la reproducción.
Para Juan Luis Álvarez-Gayou, director del Instituto Mexicano de
Sexología, tampoco hay causas conocidas de la transexualidad, definida
esta como "la discordancia entre la identidad de género –percepción
psicológica de sentirse hombre o mujer–, y el cuerpo", aunado a que
socialmente prevalece la confusión.
"Mucha gente cree que los transexuales son homosexuales, pero sabemos que las personas trans en su mayoría son heterosexuales desde su identidad; si se sienten mujeres, les atraen los hombres, y si se sienten hombres, les atraen las mujeres. Hay una proporción baja de homosexuales o bisexuales". "Te dije que como a mi papá"
En las playas de Veracruz, el calor era intenso y Verónica no deseaba
otra cosa que jugar con las olas. Liliana, su madre, sacaba de la maleta
el traje de baño, pero apenas lo vio, la pequeña en ese entonces de
siete años dijo que no se lo pondría y que se metería al agua "con el
puro short".
"Pero, ¿cómo vas a hacer eso?", preguntó Liliana visiblemente
sorprendida. Intentó obligarla pero fue en vano. "¡Respétame!", exclamó
Verónica apoyada por su padre, para quien era importante no forzarla a
hacer cosas que no quería.
Más tarde, caminando por el malecón del puerto, la familia se topó con un vendedor de collares. Tras mirarlos detenidamente, Verónica preguntó: "¿Me puedes comprar ese con la letra E?". "Esa no es tu inicial, tu letra es la V", soltó Liliana. La pequeña se le acercó y le susurró al oído: "¿Te puedo decir un secreto? Yo quiero que me digas Erick".
Estupefacta, Liliana no dijo ni sí ni no, simplemente no compró el
dije. Regresaron al Distrito Federal donde Verónica insistía en que su
mamá la llamara "Erick", Liliana cedió pero sólo en el ámbito privado;
de repente lo olvidaba, ocasionando el enojo de la pequeña.
Meses atrás, Liliana había sentido lo que define como otra "bandeja de
agua fría" cuando tras mucha insistencia y previa advertencia ("quiero
que me metas la máquina como a mi papá"), accedió a cortar el cabello a
su hija.
"Le puse una película para que estuviera en paz, cuando escuchó la máquina y la sintió sobre su cabeza se emocionó mucho, sin embargo, cuando terminé y la puse frente al espejo, con un tono muy serio me dijo: 'Mamá, me has decepcionado'. Totalmente sorprendida pregunté: ¿por qué? 'Porque yo te dije cortito… te dije que como a mi papá'". Varias cosas había permitido Liliana a su hija: no usar vestidos, solamente pantalones, traer el cabello corto como su papá, no usar diadema, comprarse dijes con calaveras y huesos cruzados al centro, usar zapatos de niño, incluso, después de vanos intentos porque no lo hiciera, referirse a sí misma en términos masculinos. "Con tantas 'señales' pensé que mi hija era lesbiana. Lo había imaginado y mi esposo y yo estábamos dispuestos a aceptarlo". Un día, mientras charlaban, Verónica dijo: "¿Sabes qué, mamá?, quiero que me compres ropa interior como la de mi papá". "¡Fue cuando ardió Troya!", recuerda Liliana, quien tras ese suceso comenzó a buscar información. "Ya había permitido varias cosas y eso superaba mi capacidad de entendimiento".
Infancia trans, sector oculto
Datos arrojados en 2001 por la Asociación Mundial de Profesionales
para la Salud Transgenérica y Transexual, señalaron la existencia de una
mujer transexual por cada 11 mil 900 varones y de un hombre transexual
por cada 30 mil 400 mujeres. Para expertos como Álvarez-Gayou hay una
persona trans por cada 35 mil nacidas con vida, lo que indicaría que en
México, según su perspectiva, viven entre 6 mil y 7 mil personas con
esta condición. No obstante, para otros como Selma González Serratos, no
hay estadísticas confiables debido a la dificultad que conlleva
entrevistar a las personas y a que se hace necesario diagnosticar con
una gran precisión.
Añade que el sector de niñas y niños trans está oculto porque está
dentro de la familia, en tanto que los adultos se mueven en un espacio
social donde tienen que identificarse para buscar un empleo o realizar
trámites. Subraya que más allá de la identidad genérica de cualquier
niño o niña, lo verdaderamente importante es que se sientan aceptados y
queridos, pues eso les traerá salud mental, emocional y sexual.
Para activistas como Gloria Hazel Davenport, el tema de la
transexualidad en niños y niñas es un tabú, pues los padres y madres ven
rotas las expectativas que crean sobre la vida de éstos desde su
nacimiento.
"Para los padres, sobre todo para el varón, es difícil presenciar el
nacimiento de una persona que no cumple con las visiones de un liderazgo
heteronormativo. Todos los papás quieren tener hijos machos, líderes,
si esto no pasa, la masculinidad del padre queda herida, la persona más
afectada en esto no es el padre, sino la niña o el niño trans, quienes
primero deben enfrentar su confusión interna".
Espacios de "emergencia social"
Luego de pasar por diversos consultorios y de enfrentar el
desconocimiento que prevalece sobre transexualidad en algunos psicólogos
y sexólogos, Aurora y Liliana encontraron apoyo en la asociación civil
"Familias por la Diversidad", misma que se encarga de promover el
respeto a las personas de la diversidad sexual.
Eva Alcántara, especialista en temas de asignación sexual e identidad de género en la infancia, menciona que los grupos de apoyo cumplen una función importante porque ofrecen un lugar alternativo al que generalmente ocupan los infantes trans y sus familias, que es el lugar del desprestigio, enfermedad, locura, anormalidad y monstruosidad.
Sin embargo, para la también investigadora de la Universidad Autónoma
Metropolitana, estos espacios no solucionan el problema de por qué los
infantes no pueden ser vistos sin ser estereotipados en lo femenino o lo
masculino. "No debemos minimizar el trabajo de estos grupos porque los
cambios sociales llevan mucho tiempo, en este momento cumplen una cierta
función, de emergencia social".
Convencida de que todo infante tiene derecho a vivir una niñez plena
en la que pueda expresarse tal cual es, Alcántara Zavala plantea que el
problema de la aceptación de este sector poblacional está relacionado
con lo que define como "síntoma social", es decir, con la rígida
concepción que se tiene de lo que es masculino y lo que es femenino.
"La solución tiene que ver con que todos nos hagamos responsables de
esa circunstancia y no exijamos que un infante sea quien cambie para que
embone en el sistema social".
"Tiré toda la ropa del niño que nunca tuve"
Actualmente, la situación de Aurora y Liliana es distinta, se sienten
satisfechas con lo aprendido en el grupo. Las pesadillas y diuresis
nocturnas de Fabián quedaron atrás desde que su madre le permitió ser
Ana; y Verónica se siente mejor desde que le dejan ser José Luis. Ambas
lograron inscribirlos en una escuela donde sólo el director y sus
maestras saben su condición. Están dispuestas a apoyarlos en todo,
incluso en el proceso de hormonación, aunque, aseveran, "es demasiado
pronto para eso".
Para Eva Alcántara el reto social consiste en lograr no condicionar el
cariño a niños y niñas con base en patrones estereotipados, a la vez
que se pregunta qué tan feliz puede ser un niño cuando la única
alternativa que le han propuesto es pasarlo al otro sexo.
En tanto, Liliana y su esposo organizaron una fiesta familiar y
proyectaron un video para explicar la situación de su hijo. Cuando
terminó, el ambiente se tensó, alguien comenzó a aplaudir y de inmediato
todos lo imitaron. La situación de Aurora ha sido más complicada, sin
el apoyo de su esposo y familiares asegura convencida: "¡Ya no quiero
esconderme! ¡Ni mi hija ni yo somos delincuentes!
Hoy mi hija tiene una
calidad de vida excelente, se comporta como cualquier niña. Tiré toda la
ropa del niño que nunca tuve y la apoyaré para que sea feliz!".
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martes, 12 de febrero de 2013
Construir el género: La transexualidad en la niñez (*)
Etiquetas:
Mujer Transexual,
Mujer Transgénero,
Transexualidad
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