sábado, 3 de julio de 2010

Las personas transexuales, protagonistas de la fiesta




Los transexuales, protagonistas de la fiesta

03-07-2010 - Lucía de la Fuente - Fotografías: Gustavo San Miguel

‘Por la igualdad trans’. Es el lema de las fiestas del ‘Orgullo’ de este año, que insisten en la equiparación de derechos y oportunidades para todos, sea cual sea la identidad sexual de cada uno. Y es que, tal y como denuncian diversas asociaciones, la transexualidad sigue provocando situaciones discriminatorias en numerosos ámbitos.

La transexualidad en nuestro país ha visto varias modificaciones legales en los últimos años. La Ley de identidad de género aprobada en marzo de 2007 permite cambiar el nombre y el sexo en los documentos de identidad oficiales sin necesidad de someterse a una operación genital y sin procedimiento judicial. Esto supuso un avance en relación a la situación anterior, cuando era necesario el dictamen de un juez, que normalmente sólo lo daba cuando la cirugía se había producido. Eso sí, con la nueva normativa el solicitante debe acreditar que le ha sido diagnosticada disforia de género (disconformidad entre el sexo asignado al nacer y el percibido como propio) y haber recibido un tratamiento hormonal durante al menos dos años.

En mayo de ese mismo año se inauguró en Madrid la Unidad de Trastornos de Identidad de Género que quedó adscrita al Hospital Universitario Ramón y Cajal. Algunas asociaciones como el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) abogan por la retirada de la palabra "trastorno" del nombre de la unidad.

Y es que según la Clasificación Internacional de Enfermedades la transexualidad es una enfermedad catalogada dentro de los trastornos de la personalidad. Sobre este asunto, la Asociación Española de Transexuales Transexualia tiene una opinión definida: "La transexualidad tendría que dejar de ser una enfermedad pero si esto fuera así ya no te atenderían en un hospital ni se garantizarían unidades de género. Además podría haber personas con diagnóstico equivocado que padecieran algún trastorno mental", comenta su presidenta Noelia Mariani.

Porque si hay algo que es evidente es que cuando alguien decide someterse a una operación de cambio de sexo no puede tener dudas. "Estaríamos hablando de que una persona por el simple hecho de decir 'me siento mujer' ya podría operarse. No vamos a permitir que se produzcan cambios de sexo sin nigún control de tipo médico, estamos hartas de oír casos de personas que se han sometido a la cirujía y en verdad no lo necesitaban", afirma Mariani. No se trata únicamente del deseo de ser hombre o mujer sino de, por ejemplo, sentir desagrado hacia la erección o la menstruación, según sea el caso, de su sexo biológico.

Discriminación laboral
Dejando la cuestión puramente física a un lado, lo cierto es que a día de hoy las personas que deciden cambiar el sexo con el que nacieron se enfrentan a situaciones de discriminación que, según las presidenta de Transexualia, se acentúan en el ámbito laboral. "Todavía cuesta contratar a una persona transexual, por eso en la asociación hemos puesto en marcha un programa, en colaboración con la Comunidad de Madrid, de inserción socio laboral dirigido específicamente a la población transexual que incluye formación, capacitación y bolsa de empleo".

Para Mariani lo único que hace falta para conseguir la igualdad completa es tiempo, esfuerzo y trabajo, aunque lamenta que muchas veces salgan por televisión personajes frívolos "que tiran por la borda el trabajo hecho por la asociación en un año".

El caso de Alexia
Una de las últimas polémicas hechas públicas referentes a la transexualidad en nuestro país es el caso de la mujer transexual gallega Alexia Pardo, que ha denunciado al Estado español ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos al haber visto por sentencia mermadas las visitas a su hijo, de 13 años, desde que hace 8 años decidiera cambiar de sexo.

A instancias de la madre del menor, un informe psicológico la declaró "inestable". No obstante, Alexia alega que en ese momento estaba pasando por un divorcio y estaba deprimida, pero "fue exclusivamente un hecho puntual y tengo informes realizados por psicólogos clínicos que así lo demuestran". "Exijo un régimen de visitas abierto, para poder ver a mi hijo cuando me de la gana, como antes. Porque parece ser que vivimos en un país que no es consecuente con lo que dice y hay maltratadores que tienen derecho a más visita que yo", señala.




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