Se presenta en el parlamento andaluz la Ley Integral sobre Transexualidad, que va a permitir la despatologización y la no discriminación de las personas transexuales. Esta ley estaba dentro del pliego de condiciones de Izquierda Unida para formar gobierno y sitúa a Andalucía como la región más avanzada de Europa en el tratamiento jurídico de las personas transexuales.
En su enunciado ya asume el concepto de género como un constructo social: “La
definición del sexo-género de una persona va mucho más allá de la
apreciación visual de sus órganos genitales externos en el momento del
nacimiento… no es un concepto puramente biológico, sino, sobre todo,
psicosocial”. (*)
Además se ha exigido la importancia de que sea
una Ley Integral, que luego pueda desarrollarse en distintas
legislaciones paralelas, para atajar la discriminación que sufren
socialmente las personas trans.
Hasta el momento, regidos por la ley de ámbito nacional, las
personas transexuales dependían de la opinión de un psiquiatra para
poder operarse. “El proceso se hacía penoso y complicado pues el
cuestionario planteaba cuestiones tan absurdas como preguntar si
prefieres ser bombero o bailarina. Si la respuesta fuera bombero, el
cuestionario te identificaba como de género masculino dijera la persona
lo que dijera, sin respetar su autonomía y decisión.
Otras preguntas en
el cuestionario es si se prefiere usar falda o pantalón”, nos explica
Daniel González, coordinador de Aleas Andalucía, uno de los responsables
de que el proyecto legislativo llegue al parlamento andaluz. “El test
en sí mismo es patologizante”.
La Ley integral evita este proceso,
siendo las propias personas quienes deciden si se operan o no sin
necesidad de ser clasificado como una enfermedad mental. La
homosexualidad se despatologizó en 1990, hasta entonces también era
considerada una enfermedad.
Además prevé descentralizar ya que hasta ahora todas las consultas y
operaciones las llevaba la UTIG, Unidad de Trastornos de Identidad de
Género, de Málaga, con 10 médicos para toda Andalucía, la primera
específica creada en España. La descentralización es básica para las
transexuales andaluzas puesto que cualquier prueba médica, como un
análisis de sangre para ver los niveles de hierro, debía ser analizada
en la UTIG, no en el centro de atención primaria más cercano.
También se
considerarán las operaciones de transexuales mujeres dentro del propio
ámbito ginecológico, puesto que retirar el sistema reproductivo femenino
es una operación que no necesita de doctores especialistas en
transexualidad. La Junta asume que los procesos se produzcan dentro de
la sanidad pública, rompiendo la brecha existente entre quienes podían
pagar las operaciones en clínicas privadas y por lo tanto no pasaban por
todos estos requisitos.
Otro de los avances es que la Junta de Andalucía se compromete a
respetar la identidad de género emitiendo una acreditación propia para
que tanto en los centros de salud, como en colegios u otros organismos
públicos dependientes de la misma se pueda nombra e identificar a esa
persona por el nombre que elija, sin que sea condición la operación
completa, tal y como establece la Ley de 2007 de ámbito estatal, donde
sí presenta este requisito como indispensable para cambiar el nombre en
el Registro Civil.
La transexualidad en menores también es tratada dentro de la Ley. Los
menores, aunque no se pueden operar hasta los 18 años o que un juez así
lo decida, podrán acceder a retardantes hormonales para que no
desarrollen los cambios físicos durante la pubertad. Esta medicación es
reversible, por lo que se podrá abandonar en cualquier momento que la
persona, en acuerdo con sus padres o tutores, así lo decida.
También se hace hincapié en que se incluyan a las personas
transexuales en los planes de empleabilidad de la Junta, porque en la
actualidad cerca del 54% de las transexuales se encuentran en desempleo y
con dificultades para encontrar trabajo digno por causas
discriminatorias.
Para Daniel González lo más interesante del proceso ha sido llevar la
voz de los propios colectivos, ATA entre ellos, que la Ley refleje sus
exigencias y que hayan participado en el redactado de las mismas, aunque
el proceso ha llevado más de un año.
Con esta Ley, la Junta adaptaría la normativa comunitaria del 12 de diciembre de 2012.
Se presenta el jueves 16 de enero y tras su tramitación y la
elaboración de enmiendas para ampliar alguno de los conceptos de la Ley,
es probable que vea la luz a finales de primavera de este mismo año.
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(*) Nota: El articulista comete un grave error al señalar que la Ley enuncia el concepto de género como un "construccto social". No lo es. El énero no se construye a voluntad y deseo de la persona. Loq ue si se desea y se tiene la firme voluntad, es de defenderlo y no renunciar a él. Aquí, por psicosocial se refiere a la personalidad integral de la persona y no sólo a su cuerpo. Lo que hace es superar el reduccionismo machista y patologizante de identificar "género" con "genitales", cuando de lo que se trata es de todo lo contrario: el reconocimiento y visibilidad de las personas que muestran una definida identidad de genero, independientemente de los genitales con que nacieron.
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