Y
es que reivindicar sus derechos a partir de la visibilización de su
identidad travesti o transgénero supone transitar un camino mucho más
dificultoso.
"Yo recién a los 28 años me hice auténticamente Daniela como adulta, y ahí entendí cómo era la reivindicación de la comunidad trans. Tuve una etapa muy fea en la que me encontré con una sociedad que no se da cuenta que sos trans y a vos te queda cómodo que no te vean. Entonces entrás en esa heteronormalidad, igual que cuando era chica, para ser algo que no era", contó a Télam.
"Y entonces de vuelta dije: estoy perdiendo mi esencia. Había dado un paso enorme de Daniel a Daniela, pero internamente algo me hacia ruido otra vez porque yo tampoco era eso. Y es ahí cuando empecé con mi parte activista, y sin querer volví a la secundaria, a los derechos, a todo", concluyó.
"Yo recién a los 28 años me hice auténticamente Daniela como adulta, y ahí entendí cómo era la reivindicación de la comunidad trans. Tuve una etapa muy fea en la que me encontré con una sociedad que no se da cuenta que sos trans y a vos te queda cómodo que no te vean. Entonces entrás en esa heteronormalidad, igual que cuando era chica, para ser algo que no era", contó a Télam.
"Y entonces de vuelta dije: estoy perdiendo mi esencia. Había dado un paso enorme de Daniel a Daniela, pero internamente algo me hacia ruido otra vez porque yo tampoco era eso. Y es ahí cuando empecé con mi parte activista, y sin querer volví a la secundaria, a los derechos, a todo", concluyó.
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