En una reciente entrevista para la televisión brasileña, la modelo transexual Lea T. declaró que “quienes desean a las personas trans son varones heterosexuales que generalmente están casados”.
Más allá de los mitos y preconceptos, se ha escrito muy poco sobre el tema. Cuando los medios hablamos de personas trans, ya sean transgéneros o travestis, nos referimos a las leyes de género, o a las operaciones de cambio de sexo, pero casi nunca a sus vínculos y mucho menos a sus amantes.
Pensando en los hombres casados que Lea menciona, la información que logramos rastrear y que a continuación compartimos se refiere más bien a los hombres que eligen tener sexo con mujeres trans en estado de prostitución.
Un interesante artículo del psicoanalista Juan Carlos Volnovich, publicado en 2006 en el diario Página 12, advierte que intentar delinear el perfil de las personas que consumen cualquier tipo de prostitución es complejo, dado que son seres “anónimos” e “invisibles”. No obstante, el autor sostiene que “todo varón homo o heterosexual, en cuanto ha dejado de ser niño, es un potencial cliente”.
Volnovich cita además un estudio realizado por la asociación francesa Mouvement du Nid que concluye que la mayoría de los varones que consumen prostitución tienen entre 35 y 50 años y son casados o viven en pareja. Además, el 55% de ellos tiene uno o más hijos.
El estudio, realizado sobre la base de entrevistas a varones que consumen o han consumido alguna vez algún tipo de prostitución, postula cinco motivaciones, que si bien no se refieren exclusivamente a los clientes de mujeres trans, los incluye:
1) La mayoría de los clientes habituales y ocasionales explican su debilidad por las prostitutas en función de su timidez, del temor a las mujeres o por otras inhibiciones.
2) Los entrevistados desconfían, temen y odian a las mujeres, a partir de experiencias conyugales desastrosas o divorcios controversiales.
3) Hay varones que justifican su consumo porque sus mujeres los someten a una vida sexual insatisfactoria.
4) Otros acuden a la prostitución para poder tener sexo sin las complicaciones y responsabilidades que puedan devenir de un vínculo estable.
5) Finalmente, están los varones impulsivos y compulsivos que son adictos a este tipo de encuentros fáciles e inmediatos.
No obstante este estudio y las reflexiones de Volnovich, hay otra posibilidad que debemos contemplar y que surge del sentido común. ¿Qué puede encontrar un varón consumidor en una mujer trans, y particularmente en una travesti femenina, que no puedan ofrecerle las mujeres heterosexuales en situación de prostitución? Definitivamente, la posibilidad de ser penetrado.
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