La irunesa de 43 años, no ha conseguido su objetivo de ascender el pico Lenin, pero asegura que la experiencia le ha servido para superarse a sí misma
La expedición formada por siete hombres y una mujer, atravesó más de 9.000 kilómetros para llegar a su objetivo, y aunque la experiencia fue dura, Sonia la califica como “inigualable”. Para esta irunesa de 43 años, que desde hace un año encara el duro proceso de reasignación de sexo, este es un paso más en su lucha por ser la primera mujer abiertamente transexual en coronar la cima de un ocho mil.
“No he perdió un dedo por tomar una decisión acertada”
Sonia asegura que el proceso de aclimatación ocupo casi todo el tiempo de la expedición, ya que tuvieron que permanecer durante 17 días entre los 3.600 metros del campo base, y los 6.140 del campo 3. “No hubo problemas de mal de altura y todos nos adaptamos a la perfección”. Así, el 5 de agosto lograron la cima del Radelznaya de 6.150 metros, “también llamado premio de consolación para los que no pueden hallar la cima del Lenin”, confiesa Sonia.
La irunesa asegura que también hubo momentos duros, “los últimos días de cumbre nos vimos inmersos en un frente de nevadas y un fortísimo viento que llego a arrancar cuatro tiendas”. “Después de una noche terrible y sin poder dormir salimos temprano, pero el viento no cesaba y decidimos retirarnos cuatro personas, yo con un dedo parcialmente congelado, que por suerte lo recuperé por tomar una decisión acertada”. “Mis compañeros lograron la cima del Lenin dos días después, jugándose el tipo”.
Con cierta melancolía Sonia confiesa que “ya no tuvimos más oportunidades, se nos acabó el tiempo y tuvimos que regresar a casa, con gran tristeza por no poder lograr mi objetivo”. “Era mi primera expedición y al menos me queda la satisfacción de que conseguí un seis mil”. “Este es parte del proyecto que persigo de ir acumulando experiencias en las más altas montañas para acometer mi gran sueño de ser la primera transexual en lograr una montaña de más de 8.000 metros, el Cho Oyu de 8.200 metros”.
El próximo año Sonia tendrá que terminar de cumplir muchos sueños y el principal es acabar con su proceso de reasignación de sexo y enfrentarse a las tres operaciones que le quedan pendientes. La irunesa asegura que si esto le deja con fuerzas , intentara hacer cumbre en otoño de 2012, “sino el próximo, que la montaña no se va a mover, lo importante es ir bien preparada”.
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