Las lesbianas y los hombres transgénero de raza negra en los municipios y las zonas rurales de Sudáfrica se enfrentan a un clima abrumador de discriminación y violencia a pesar de la protección que se les prometió en la Constitución del país, Human Rights Watch señaló en un informe publicado esta semana.
09/12/2011 | El informe de 93 páginas, “‘We’ll Show You You’re a Woman’: Violence and Discrimination Against Black Lesbians and Transgender Men” (“‘Te demostraremos que eres mujer’: Violencia y discriminación contra lesbianas y hombres transgénero de raza negra”), se basa en más de 120 entrevistas llevadas a cabo en seis provincias. Human Rights Watch descubrió que las lesbianas y los hombres transgénero se enfrentan diariamente a una discriminación y violencia generalizada, tanto por parte de particulares como de funcionarios gubernamentales. Los abusadores de personas que se sabe o se asume son lesbianas, bisexuales o transgénero actúan con casi total impunidad, Human Rights Watch concluyó.
"La amenaza de violencia que domina las vidas de las lesbianas, mujeres bisexuales, y hombres transgénero, especialmente en las zonas más pobres y no urbanas es increíble", dijo Nath Dipika, investigadora del programa de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) de Human Rights Watch. "Sudáfrica, al frente de la lucha por la igualdad jurídica sobre temas LGBT a nivel internacional, está desesperadamente fallando internamente a las personas lesbianas y transgénero en su vida cotidiana".
El informe revela una ignorancia generalizada acerca de las lesbianas y los hombres transgénero y los prejuicios profundamente arraigados contra la inconformidad sexual y de género. Casi todos los entrevistados por Human Rights Watch afirmaron vivir con el temor de un asalto sexual.
"Había visto a mis amigas lesbianas venir a casa y habló sobre la forma en que todas nos vestimos como hombres", dijo Dumisani (pseudónimo), de 22 años de edad, a Human Rights Watch. "Me arrastró hasta los arbustos. No había nadie alrededor. Me dijo que me quitara los pantalones. Yo me negaba pero él me golpeaba. Me violó hasta altas horas de la noche. ... Vi al tipo después de eso, también. Una semana después me enteré de que había violado a otra chica. Fue arrestado, pero salió tres días después y la golpeó tan severamente, que estuvo en el hospital durante tres semanas. Me sentí aterrorizada".
Casi todas las personas entrevistadas por Human Rights Watch dijeron que eran reacias a acudir a la policía para pedir protección o reportar crímenes. De los pocos casos de violencia sexual o física contra las lesbianas que han sido procesados, la importancia de la orientación fue reconocida en uno solo.
En muchos casos, los entrevistados dijeron que la policía no respondió adecuadamente cuando los entrevistados buscaron justicia, e incluso agravaron el dolor del abuso inicial. Prácticamente todos los entrevistados que trataron de denunciar violencia física o sexual ante la policía enfrentaron burlas, acoso y victimización secundaria por parte del personal policial.
Human Rights Watch descubrió la existencia de cuestiones discriminatorias aunadas a la violencia física y sexual y la falta de reparación. Las personas entrevistadas dijeron que habían sido objeto de discriminación en el ámbito de la educación y el empleo y servicios denegados. Las lesbianas y los transexuales que no siguen las pautas convencionales de vestimenta y apariencia y que sufren la falta de apoyo familiar son especialmente vulnerables al abuso y la discriminación.
Las leyes y políticas existentes sobre orientación sexual no han logrado proteger a las personas o proporcionarles reparación. La policía, los fiscales y los tribunales necesitan priorizar de manera más efectiva la implementación de esas leyes y políticas, dijo Human Rights Watch.
Si bien el informe documenta la vulnerabilidad de las lesbianas y los hombres transgénero, en particular, su tratamiento es parte de un problema más amplio y crónico de la violencia de género en Sudáfrica, Human Rights Watch señaló.
El informe presenta las recomendaciones:
A los Servicios Policiacos de Sudáfrica: Desglosar por motivos los datos sobre la violencia física y sexual por para dar seguimiento a los incidentes de violencia homofóbica y transfóbica.
A las Autoridad Fiscal Nacional: Garantizar que todos los casos de violencia sexual y física contra las mujeres y las personas transgénero sean llevados a juicio de una manera oportuna, y que los fiscales den prioridad a los casos que involucren delitos sexuales.
Al Departamento de Educación: Establecer sistemas de vigilancia para garantizar la aplicación efectiva de políticas de no discriminación, como una línea telefónica gratuita para que los estudiantes denuncien discriminación y abuso verbal, físico y sexual por parte de los maestros y otras autoridades escolares.
"Los derechos legales son importantes y pueden dan fuerza, pero no tienen sentido frente al abuso, la intimidación y la violencia de género que las personas de género o expresión sexual poco convencionales enfrentan diariamente", dijo Nath. "El trabajo del gobierno no termina con la aprobación de una legislación que proteja los derechos, sino que también tiene que garantizar que las leyes se traduzcan en derechos sustantivos para todos, incluso para los grupos e individuos más marginados".
Testimonios de víctimas (todos los nombres que aparecen en este comunicado así como en el informe referido son seudónimos):
"Caminaba de regreso del club. Cuatro hombres me violaron. Yo gritaba. Ellos me dijeron, 'Nosotros sólo queremos demostrarte que eres una mujer". Pensé que era mi culpa. Pensé que tal vez yo los provoqué al decir abiertamente [que] era lesbiana. Eso es todo el asunto. Ellos creen que las mujeres [sólo] deben estar con hombres". -Puleng, 23 años de edad
"Otro hombre que conocí en la escuela me dijo: 'Si yo tuviera un grupo de hombres, te sacaría de tu casa y te llevaría al Cruce [una concurrida intersección en el municipio de Katlehong] para violarte y matarte'". -Katlego, 21 años de edad
"En las paradas de taxi, hay un constante abuso verbal. Ellos dicen, '¿Cómo te satisfaces con un dedo y lengua? Necesitas es un pene. Una vez un hombre se sacó sus partes íntimas y me dijo: 'Esto es lo que necesitas". ... Dicen que no quieren a Sodoma y Gomorra". -Vicki, 35 años de edad
"Mi madre vino a la escuela para quejarse. Habló con el director acerca de lo sucedido con [otro alumno] que me llamó stabane [literalmente, una persona con dos órganos sexuales y un concepto despectivo para homosexuales]. Ella no le dijo que soy lesbiana. El director dijo: "No hay tal cosa como un stabane. Dios no hizo stabanes. Los stabanes no irán al cielo". Los profesores también dicen estas cosas. Una maestra dijo que si ella diera a luz a un stabane, lo mataría. Trató de sacarme de su clase porque no quería enseñar una stabane". -Tanesha, 13 años de edad
"Cuando eres lesbiana ... no puedes ir a la policía. Hay una lesbiana mayor que yo que fue violada. Su caso no fue tomado en serio. Alguien me va a violar porque soy lesbiana. Me dan ganas de quedarme encerrada. ... Mi amiga permanece sola, todo el mundo lo sabe. Claro que [los hombres del vecindario] están planeando algo. Sólo que el día todavía no ha llegado". -Nombeko, de 18 años
"Todos pensaban que tenía demonios, que Satanás se había apoderado de mí. Yo no me entendía a mí misma. La iglesia ... me hizo aceptar a Jesús. Dijeron que yo he sido demonizada, pero que ahora ya estaba a salvo. Me obligaron a tener un novio. Cada vez que me tocaba sentía miedo". -Tendai, 28 años de edad
Fuente: Human Rights Watch