lunes, 19 de diciembre de 2011

La transexualidad en China

Han pasado ya 28 años desde la primera operación de cambio de sexo en China, el caso de Zhang Kesha. Sin embargo, la transexualidad sigue catalogada como un desorden mental según las autoridades médicas del...

Chen, 24 años, no está muy preparada para la operación de reasignación de sexo, pero vive ya como una mujer a tiempo completo. Durante toda su vida, se ha sentido atrapada en un cuerpo de hombre.

Ya en la escuela pública, Chen se sentía diferente y los demás la consideraban débil y rara. “Las chicas pensaban que era rara, los profesores querían que fuera un machote y los chicos hacían toda clase de bromas sobre mí”, cuenta Chen, quien ahora trabaja en una corporación de aparatos médicos donde se siente algo más comprendida.

“A mi jefe no le preocupa la cuestión del género mientras haga bien mi trabajo”. Sin embargo, con los compañeros de trabajo es distinto. A menudo, algunas colegas la juzgan, pero Chen no deja que los comentarios a su alrededor la molesten. “Si no te importa, no the hace daño”, afirma.

Trabajando para informar

Chen también actúa como voluntaria en una web para transexuales que ofrece servicios culturales, educativos y legales para miembros de la comunidad LGBT. “Queremos proporcionar un lugar donde los transexuales puedan conocerse entre sí, aprender a protegerse y luchar por mejores recursos médicos para este grupo”, explica.

Han pasado ya 28 años desde la primera operación de cambio de sexo en China, el caso de Zhang Kesha. Sin embargo, la transexualidad sigue catalogada como un desorden mental según las autoridades médicas del país asiático. “Dicen que somos anormales y que la cirugía de cambio de sexo es la cura”, afirma Chen, quien se pregunta, siendo ese el caso, por qué el tratamiento no está más fácilmente disponible.

“No hay un número exacto sobre cuántas personas transgénero se han operado en China, porque ningún departamento lo cuenta”, explica.

Li Yinhe, célebre sexóloga, cuenta que, mientras que China sí ha eliminado la homosexualidad de la lista de desórdenes mentales, no está segura de que el país esté preparado para acabar con la misma discriminación contra los transexuales. “En China tenemos leyes que protegen a mujeres, niños y grupos étnicos, pero no hay leyes que protejan la orientación sexual de las personas. La sociedad aún necesita tiempo para considerar si puede protegerlos”.

Chen tuvo su “revelación” justo después del instituto, cuando viajó a Lhasa junto con su madre. Su primera compra fue una camiseta rosada de 39 yuanes. “Había estado deprimida durante tanto tiempo, necesitaba explotar. Cuando le dije a la vendedora que la compraba para mí, no paraban de reír”, recuerda. “Aunque me quedaba extraña, me sentí un paso más cerca de la chica que soy”.

Chen se encontró con la oposición de sus padres y tuvo la oportunidad de contarlo en cuatro ocasiones. Finalmente, lo contó, pero no lo tomaron bien. Chen sigue viviendo con ellos, pero apenas se comunican. “Después de contárselo, mi padre dejó de hablarme, y mi madre no paraba de llorar e intentar que cambiara”.

Ahora, cuando sus padres ven a su hijo salir de casa vestido de mujer, apenas hablan. “Evitamos tocar este tema sensible y estoy planeando mudarme fuera después del Festival de Primavera”, cuenta Chen.

Experiencia médica cuestionada

Zheng Xi, 28 años, llevó a cabo su operación de implante de pechos en mayo en Chengdú y marchará a Tailandia para otra operación en febrero. Zheng ha estado bajo un tratamiento de hormonas desde hace 18 meses.

Fue difícil encontrar un médico que le suministrara hormonas. Zheng supo sobre la transexualidad a través de una web y un foro chinos. Según los estándares médicos del país, una persona que solicite cirugía de cambio de sexo debe proporcionar una serie de documentos y permisos. Deben mostrar que no cuentan con antecedentes penales, un examen psiquiátrico y certificados de transexualidad que se obtienen tras un examen psicológico, así como permiso escrito de sus parientes.

Zheng no pudo convencer a los doctores del Hospital del Oeste en Sichuán para que realizaran la operación, ya que ningún cirujano quiso asumir la responsabilidad. Desde entonces, el hospital se ha convertido en uno de los pocos aprobados por el Ministerio de Sanidad para realizar operaciones de cambio de sexo.

Los estándares restringen la cirugía a 10 hospitales

Ante las dificultades para obtener aprobación en un hospital público, Zheng tuvo que empezar el tratamiento por su cuenta. “Fui a un hospital de cirugía estética y gasté 20 mil yuanes en unos implantes de pecho”, explica. Se trata de la única operación que pueden llevar a cabo los cirujanos plásticos de China.

Antes de la adopción de estándares médicos, muchos de estos cirujanos realizaban operaciones de cambio de sexo en clínicas privadas, pero muchas de esas operaciones resultaban “chapuzas”, según Chen. Tras la regulación en 2009, no más de 10 hospitales en toda China han sido autorizados a realizar dicha cirugía.

Zheng gastará 60 mil yuanes en cirugía en Tailandia, que incluyen una convalecencia de ma´s de tres semanas. “Tras una operacion de seis o siete horas, estaré en el hospital durante cuatro días y luego otros 20 en un hotel donde tendré a una enfermera que me acompañe, antes de regresar a China”.

Zheng cuenta que ha leído que en China puede realizarse la operación por sólo 20 mil yuanes, pero “es sólo un tipo terrible de castración”, añade.

Zheng vive con su novio, quien la apoya por completo, en Wuhan; se conocieron a través de un amigo y se enamoraron inmediatamente. “Él me quiere como chica” afirma.

El Ministerio de Sanidad permite a los transexuales cambiar el género en sus documentos de identidad, pero siguen sufriendo obstáculos para vivir libremente con su nuevo género. Zheng afirma que es difícil cambiar el género en los documentos obtenidos antes de la operación, pero quiere contratar a un abogado que le ayude a cambiar sus certificados académicos.

En Hong Kong, el gobierno permite también a los transexuales cambiar de género en sus documentos de identidad, pero no en los certificados de nacimiento. Esto impide a aquellos que hayan cambiado de sexo contraer matrimonio con un compañero del sexo opuesto, ya que, por certificado de nacimiento, son considerados del mismo género y el matrimonio homosexual no está legalizado en Hong Kong.

Este otoño, un juez hongkonés desestimó la apelación de una mujer transexual a la que se negó el derecho a casarse con su novio. El juez Andrew Cheung Kui-nung sentenció que permitir a la pareja casarse sería una contradicción de la prohibición de los matrimonios homosexuales en la región.

“La ley no me afecta, porque soy lesbiana”, dijo Joanne Leung, 48 años, quien cambió de sexo en 2005 mediante cirugía. En un extraño e imprevisto giro legal, el tribunal decidió permitir a Leung casarse con otra mujer porque había nacido hombre. (Global Times).


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