RIO DE JANEIRO (AP). Desfilar por
las pasarelas luciendo tan solo una diminuta bikini es una experiencia
fuerte incluso para las modelos veteranas, pero para Felipa Tavares es
algo directamente aterrador.
Esta morena de 1,80 metros (seis
pies) es parte de un pequeño pero creciente grupo de modelos
transgéneros, sirenas de piernas largas y pómulos altos que nacieron
hombres y que están haciendo olas aquí, en París y en otras capitales de
la moda.
Si bien irrumpieron en el modelaje local hace apenas
dos años, las "transmodelos" se están haciendo notar en un mundo
dominado por rubias explosivas como Gisele Bundchen. Su prominencia
refleja una profunda transformación en la sociedad brasileña, que ha
suavizado las actitudes machistas que la caracterizaban a medida que los
gays conquistan más derechos legales.
"Estamos en el siglo XXI y hay más tolerancia en el aire. En Brasil ahora tenemos alcaldes gay, legisladores gay",
manifestó Sergio Mattos, director de la agencia de modelaje de 40 Graus
Models en Río de Janeiro. "¿Por qué no podemos tener transmodelos? El
mundo está evolucionando y la discriminación, afortunadamente, está
convirtiéndose en algo del pasado".
Mattos, ex director de las
modelos de Elite en Brasil, quien descubrió a Bundchen cuando tenía 14
años y a otras modelos top como Ana Beatriz Barros e Isabeli Fontana,
dice que comenzó a trabajar con las transmodelos casi de casualidad.
Mattos
le estaba dando un curso de dos días a Tavares sin conocer su historia.
Impresionado con sus mechones negros y sus ojos de gamo, le ofreció
incorporarla al grupo de 200 modelos que representa.
"Recién cuando vi su nombre de nacimiento en su identificación me di cuenta de que no había nacido mujer",
comentó Mattos. "Me dije, `al diablo con todo, démosle una
oportunidad'". Tavares se llama Felipe y usa la versión femenina de ese
nombre.
Con sus rasgos angulosos y su silueta alargada, Tavares,
de 26 años, asegura que siempre soñó con ser modelo. Pero se crió como
hombre en el estado del interior de Minas Gerais, lejos de las
metrópolis costeras como Río y Sao Paulo, y sintió que era un sueño
inalcanzable.
"Siempre supe quién era, desde que tengo memoria.
De niño me sentía incómodo usando ropas de hombre. Nunca jugué al fútbol
y siempre quería estar con las niñas, jugando a las muñecas o luciendo
ropas de mujer", expresó Tavares. Ya bien entrado en la adolescencia,
gracias a la internet, se informó del fenómeno de la transexualidad y
empezó a usar hormonas con miras a hacerse mujer.
Las hormonas
rellenaron sus caderas y le dieron pequeños senos. Tratamientos con
rayos láser eliminaron su barba. Un cabello largo cuidadosamente
arreglado le ayuda a disimular una pronunciada nuez.
"Desconocidos
comenzaron a acercarse en la calle y yo me asustaba mucho porque
pensaba que me querían hacer mal por ser transexual", relató. "Pero lo único que querían era decirme que debería ser modelo".
Tavares
está ahorrando los 15.000 dólares que necesita para la operación de
cambio de sexo que le permitirá tener genitales femeninos. Ello, no
obstante, no le impide lucir minúsculas bikinis en avisos publicitarios.
Desfilar por las pasarelas en traje de baño, sin embargo, es algo que
la asusta.
"Las bikinis son tan pequeñas que la idea de usar una
en un desfile, con todas las luces, las cámaras y la gente que te mira,
mete miedo", confesó.
Carol Marra, otra transgénero de 25 años
representada por Mattos, armó tremendo revuelo en mayo cuando desfiló en
traje de baño durante la semana de la moda de Río. La morena de 1,78
metros (seis pies once), quien admite haberse hecho implantes de senos y
una rinoplastia para arreglar su nariz, dice que se someterá a una
operación de cambio de sexo el mes que viene.
Marra estudió
periodismo y trabajó como reportera de un canal de televisión local
antes de que su estilo andrógeno le abriese las puertas al mundo de la
moda.
"Los fotógrafos con los que trabajaba siempre me decían
`tú debes ser modelo, déjame tomarte unas fotos'. Pero era muy tímida y
no quería estar frente a una cámara", cuenta Marra, oriunda
también de Minas Gerais. Finalmente aceptó posar para un amigo, indicó, y
esas fotos dieron lugar a una carrera de modelaje que comenzó hace un
año y medio.
Su éxito fue fenomenal. Trabaja en numerosas
publicidades, tuvo sonadas participaciones en las semanas de la moda de
Río y Sao Paulo, y posó casi desnuda para la revista de hombres Trip.
De
todos modos, ser transgénero en Brasil sique teniendo sus riesgos,
según Marra, quien dijo que no le dan trabajos muchas veces porque la
gente piensa que puede no ser bien visto. Unas escenas fotografiadas en
una farmacia fueron descartadas porque a último momento el cliente pensó
que podría no caer bien el que haya contratado a un transgénero, afirmó
la modelo.
Toni Reis, director de ABGLT, agrupación que defiende
los derechos de gays, lesbianas y transgéneros, declaró que el hecho de
que las "transmodelos" tengan éxito no quiere decir que los
transgéneros y los transexuales ya no enfrenten obstáculos.
Resaltó
que a pesar de la fama que tiene Brasil de país tolerante con los
transgéneros, en lo que va del año fueron asesinados 114 transexuales.
Se cree que Brasil y Tailandia son los países con la población "trans"
más grande.
"Esta gente fue asesinada de forma horrenda, apuñalada 40 veces, decapitada con machetes",
dijo Reis. "No fueron la víctima típica de la violencia cotidiana, de
robos a mano armada y cosas por el estilo. Son víctimas de la
homofobia".
"Dentro de la comunidad gay, los transexuales siguen siendo el grupo más vulnerable", agregó.
De
todos modos, el movimiento a favor de los derechos de los gays ha
logrado grandes progresos en Brasil, el país católico más grande del
mundo. En un fallo del 2011, la Corte Suprema aprobó las uniones civiles
entre personas de un mismo sexo, aunque no el matrimonio.
Los
transgéneros brasileños se apuntaron una gran victoria cuando casi la
totalidad de los 26 estados aprobaron que se le exija a los maestros que
llamen a los alumnos por el nombre que ellos prefieren y no por el que
aparece en sus documentos.
En el mundo de la moda, la imagen
andrógina y la ambivalencia de género han estado en boga desde la década
de 1970, en que David Bowie fue su abanderado. Pero la popularidad de
las transmodelos se comenzó a gestar hace un par de años, en el 2010,
cuando Lea T. alcanzó el estrellato internacional como musa de la
renombrada casa de modas Givenchy de París. Nacida hombre, hija del
futbolista Leandro Cerezo, Lea T. apareció el año pasado en la tapa de
la revista de modas británica Love, besando apasionadamente a la
supermodelo Kate Moss.
Su fama internacional despejó el camino
para que las transgénero fuesen aceptadas por la prensa y la sociedad en
general, más allá de la industria de la moda.
El año pasado el
popular reality show Gran Hermano de Brasil admitió por primera vez a
una transgénero, una peluquera que resultó eliminada en la primera
ronda. Una transgénero compitió también en el concurso Miss Bumbum, que
premia al mejor trasero. Y se está hablando de que TV Globo, la cadena
más grande de Brasil, podría incorporar pronto un personaje transgénero a
una de sus novelas más vistas.
La transmodelo Marra dijo que podría empezar a tomar clases de actuación, por si se presenta una oportunidad.
"Esto de la moda es algo efímero, un día está y el otro no", expresó. "Espero que esto de las transmodelos no sea una moda pasajera, que descarten la próxima temporada".
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