Hasta hace un tiempo era conocido por Jovany Alcántar, pero tras un sueño, una convicción y tres cirugías plásticas, se transformó en Romina
Los Mochis, Sinaloa.- La vida la colocó en
el cuerpo de un hombre, aunque su mente, convicciones, deseos y anhelos
siempre fueron los de una mujer. Buscando lo que siempre quiso ser, Jovany tomó la decisión más importante de toda su vida: convertirse físicamente en Romina.
¿Cómo tomaste la decisión de convertirte en Romina?
Fue todo un proceso durante muchos años. Es algo que siempre supe, pero que me decidí a hacerlo cuando tuviera suficiente preparación y madurez mental para enfrentarme a lo que esto fuera a provocar; no fue fácil, pero cuando uno tiene la necesidad y las ganas de obtener algo, se hace todo por sobre todas las cosas. Gracias a Dios siempre he contado con el apoyo de mis padres.
¿Cómo comenzó el proceso de cambio?
En Estados Unidos empecé a asistir a un lugar donde dan todo tipo de apoyo a la comunidad LGBT (lésbico, gay, transgénero, bisexual); ahí tuve la información necesaria sobre el tema de hormonas. Inicié mi transición de varón a mujer después de una serie de estudios para darme la dosis correcta de hormonas y medicamentos para mi cuerpo. Las hormonas en poco tiempo hicieron efecto y de pies a cabeza empezaron a notarse los cambios: mi piel más suave, mi bello mucho más delgado, mis facciones en el rostro se suavizaron, mis pechos empezaron a desarrollarse y mi cuerpo se empezó a tornear de una manera más femenina. Aquí todo genial, ningún problema de discriminación ni cosas relacionadas. Luego de este tiempo regresé a Sinaloa y ahí fue donde me encontré con todo lo que en las demás chicas ya había visto: rechazo y discriminación tanto de "amigos" como de "familia" y uno que otro vecino. Nada me afectó porque ya estaba preparada para esto y sinceramente lo más importante para mi soy yo, mis padres y mi hermanita.
¿Recuerdas cuál fue tu primera cirugía plástica?...
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¿Recuerdas cuál fue tu primera cirugía plástica?
Lo primero que me hice fue aumento de glúteos y mis caderas para tener mi silueta femenina, fue aquí en USA y en total, incluyendo todo, gasté 4 mil 800 dólares.
¿Cuánto has invertido en cirugías plásticas?
Alrededor de 13 mil dólares.
¿Cuántas cirugías llevas?
¡¡¡Qué pregunta!!! No son muchas, hasta la fecha son 3: aumento de glúteos y mis caderas, lipoescultura y nariz.
¿A cuántas más te someterás?
Mi siguiente cirugía son mis pechos y quizá uno que otro detalle en mi rostro, pero nada extremo. Y seguir teniendo una buena alimentación, hacer ejercicio diario, vivir positiva y tratar de mantenerme bien equilibrada y feliz. Sé que seguro estas preguntándote y al igual que todos lo harían, "¿y tu reasignación de sexo?"; a eso te respondo con toda la sinceridad del mundo que de momento no me siento lista para hacerlo, es una decisión muy grande y de mucho impacto. No es igual que ponerte una prótesis o modificar tu nariz; es mutilar una parte de ti para convertirlo en algo nuevo y así como estoy de momento me siento cómoda. Quizá en un futuro, quizá no.
¿Qué sentías al vivir en el cuerpo de un hombre?...
Esa parte si fue muy difícil y lastimosa para mí. El que en mi infancia fuera el payaso de todos los niños; en kínder, primaria, me gritaran y ofendieran por ser diferente inconscientemente, porque yo en mi mente y corazón me sentía tan normal e igual que cualquier otro. Durante mi adolescencia otra parte bien difícil, porque es la etapa en la que los cambios tanto físicos como mentales se hacen presentes; yo ahí sabía que se suponía era un varón, pero no me sentía compatible con ellos, y aunque yo me sintiera mujer, no era igual que ellas. Fue todo un problemón mental. A pesar de eso siempre fui un alumno honorable y un amigo siempre fiel a quien me brindara su amistad. En preparatoria decidí irme a estudiar a Los Mochis huyendo de la gente ignorante de mi rancho... ¡jamás!, todo siguió igual: otro infierno con las mismas cosas y hasta más pesadas. Durante todo este tiempo tenía que fingir y fingir que era hombre, intentando caminar, hablar y hacer todo lo más masculino que se pudiera. Cuando entré a la universidad entendí que yo debía hacer mi vida tal cual yo la sentía y la quería. Hasta entonces empecé a vivir mejor, pero ahí apenas era el inicio de todo esto que hoy en día ves.
¿De qué manera cambió tu vida la transformación de tu cuerpo?
No tienes idea; fue lo máximo, una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, fue un renacer literal, para mí dejar atrás mi cuerpo y vida de varón fue liberarme de todo peso, dolor y angustia; me sentí liberada y completamente feliz, pero otro de las consecuencias al transformarme tristemente fue el rechazo en muchos lugares. Si se refiere a lo laboral, me cerraron muchas puertas; en lo social, dejé de asistir a muchos lugares, no por pena, fue porque el acoso y miradas eran peor que si fuera una delincuente. Cabe mencionar que todo eso fue en Sinaloa porque aquí en USA jamás he tenido una mala experiencia por ser quien soy.
¿Ha sido doloroso?
Naturalmente la etapa postoperatoria es molesta y dolorosa, pero son sueños realizados y eso aminora cualquier dolor.
¿Estás satisfecha con tu nueva imagen?
Completamente. Soñaba con convertirme en Romina.
¿Te has topado con homofobia por parte de los cirujanos?
Nunca, al contrario, han sido muy profesionales y humanitarios (en Estados Unidos).
¿Has recibido críticas por tu decisión?
Sí, muchas, pero la gente criticona siempre estará a la orden del día y dispuesta a dar sus opiniones casi siempre fuera de lugar.
¿No extrañas a Jovany?
No, en esencia soy la misma persona, sólo modifiqué mi físico para hacerlo coincidir con mi interior; mis ideales, valores y principios son los mismos y, a final de cuentas, Jovany sólo es el nombre con el que me registraron al nacer.
¿Te has arrepentido de algo que hayas hecho en tu cambio de imagen?
No. Sólo de haber tomado la decisión de teñirme el cabello de rojo; jajaja un poquito de humor.
¿Cómo era tu autoestima antes y después del cambio?
Antes era muy baja, muy inseguro, con miedo a la mayoría de mis acciones y muy poco valor hacia mí misma. Ahora, mi autoestima está en el lugar exacto; me amo a mi misma, tengo total confianza en mí y mis acciones, tomo mis decisiones sin miedo alguno y difícilmente me veo doblada por algo.
¿Qué te falta para sentirte mujer en todos los sentidos?
Una mujer siempre he sido, aunque mi físico no coincidiera con mi interior. Hoy en día te puedo decir que no me hace falta nada para decir con total orgullo que soy una mujer, aunque tenga la etiqueta social de transgénero, pero eso no es nada que me quite el sueño.
¿Recomiendas someterse a estos procedimientos?
Independientemente de tu preferencia e identidad sexual, si tu deseo es someterte a alguna cirugía, lo recomendable es pensarlo más de una vez, consultarlo con tu familia o personas cercanas a ti y lo más importante, con cirujanos certificados. Siendo muy consciente y si de corazón lo deseas, hazlo, pero nunca hagas cosas que dañen tu cuerpo e incluso tu autoestima; la finalidad de esto es sentirte mejor.
No hablamos de preferencias sino de seres humanos
Nosotros como sociedad, no es algo tan aceptable, pero no es algo tan frecuente tampoco. Las sociedades cada día están más abiertas a las diferentes preferencias que tiene cada individuo, pero siguen siendo un porcentaje pequeño. Sí se tendría que luchar y pensar un poquito mejor con las minorías, todos sus derechos que necesitan y protegerlos. Muchas veces hay este miedo o este temor de lo que no son, pero al final del día no estamos hablando de una preferencia, estamos hablando de un ser humano. Entonces, eso es lo importante. Siempre va a haber críticas y cuando uno está en ese tipo de circunstancia, uno se acostumbra a ese tipo de situaciones. Pero aquí el punto referencial no es si me aceptas o no me aceptas, sino yo aceptarme y sentirme a gusto.
¿Cómo tomaste la decisión de convertirte en Romina?
Fue todo un proceso durante muchos años. Es algo que siempre supe, pero que me decidí a hacerlo cuando tuviera suficiente preparación y madurez mental para enfrentarme a lo que esto fuera a provocar; no fue fácil, pero cuando uno tiene la necesidad y las ganas de obtener algo, se hace todo por sobre todas las cosas. Gracias a Dios siempre he contado con el apoyo de mis padres.
¿Cómo comenzó el proceso de cambio?
En Estados Unidos empecé a asistir a un lugar donde dan todo tipo de apoyo a la comunidad LGBT (lésbico, gay, transgénero, bisexual); ahí tuve la información necesaria sobre el tema de hormonas. Inicié mi transición de varón a mujer después de una serie de estudios para darme la dosis correcta de hormonas y medicamentos para mi cuerpo. Las hormonas en poco tiempo hicieron efecto y de pies a cabeza empezaron a notarse los cambios: mi piel más suave, mi bello mucho más delgado, mis facciones en el rostro se suavizaron, mis pechos empezaron a desarrollarse y mi cuerpo se empezó a tornear de una manera más femenina. Aquí todo genial, ningún problema de discriminación ni cosas relacionadas. Luego de este tiempo regresé a Sinaloa y ahí fue donde me encontré con todo lo que en las demás chicas ya había visto: rechazo y discriminación tanto de "amigos" como de "familia" y uno que otro vecino. Nada me afectó porque ya estaba preparada para esto y sinceramente lo más importante para mi soy yo, mis padres y mi hermanita.
¿Recuerdas cuál fue tu primera cirugía plástica?...
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¿Recuerdas cuál fue tu primera cirugía plástica?
Lo primero que me hice fue aumento de glúteos y mis caderas para tener mi silueta femenina, fue aquí en USA y en total, incluyendo todo, gasté 4 mil 800 dólares.
¿Cuánto has invertido en cirugías plásticas?
Alrededor de 13 mil dólares.
¿Cuántas cirugías llevas?
¡¡¡Qué pregunta!!! No son muchas, hasta la fecha son 3: aumento de glúteos y mis caderas, lipoescultura y nariz.
¿A cuántas más te someterás?
Mi siguiente cirugía son mis pechos y quizá uno que otro detalle en mi rostro, pero nada extremo. Y seguir teniendo una buena alimentación, hacer ejercicio diario, vivir positiva y tratar de mantenerme bien equilibrada y feliz. Sé que seguro estas preguntándote y al igual que todos lo harían, "¿y tu reasignación de sexo?"; a eso te respondo con toda la sinceridad del mundo que de momento no me siento lista para hacerlo, es una decisión muy grande y de mucho impacto. No es igual que ponerte una prótesis o modificar tu nariz; es mutilar una parte de ti para convertirlo en algo nuevo y así como estoy de momento me siento cómoda. Quizá en un futuro, quizá no.
¿Qué sentías al vivir en el cuerpo de un hombre?...
Esa parte si fue muy difícil y lastimosa para mí. El que en mi infancia fuera el payaso de todos los niños; en kínder, primaria, me gritaran y ofendieran por ser diferente inconscientemente, porque yo en mi mente y corazón me sentía tan normal e igual que cualquier otro. Durante mi adolescencia otra parte bien difícil, porque es la etapa en la que los cambios tanto físicos como mentales se hacen presentes; yo ahí sabía que se suponía era un varón, pero no me sentía compatible con ellos, y aunque yo me sintiera mujer, no era igual que ellas. Fue todo un problemón mental. A pesar de eso siempre fui un alumno honorable y un amigo siempre fiel a quien me brindara su amistad. En preparatoria decidí irme a estudiar a Los Mochis huyendo de la gente ignorante de mi rancho... ¡jamás!, todo siguió igual: otro infierno con las mismas cosas y hasta más pesadas. Durante todo este tiempo tenía que fingir y fingir que era hombre, intentando caminar, hablar y hacer todo lo más masculino que se pudiera. Cuando entré a la universidad entendí que yo debía hacer mi vida tal cual yo la sentía y la quería. Hasta entonces empecé a vivir mejor, pero ahí apenas era el inicio de todo esto que hoy en día ves.
¿De qué manera cambió tu vida la transformación de tu cuerpo?
No tienes idea; fue lo máximo, una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, fue un renacer literal, para mí dejar atrás mi cuerpo y vida de varón fue liberarme de todo peso, dolor y angustia; me sentí liberada y completamente feliz, pero otro de las consecuencias al transformarme tristemente fue el rechazo en muchos lugares. Si se refiere a lo laboral, me cerraron muchas puertas; en lo social, dejé de asistir a muchos lugares, no por pena, fue porque el acoso y miradas eran peor que si fuera una delincuente. Cabe mencionar que todo eso fue en Sinaloa porque aquí en USA jamás he tenido una mala experiencia por ser quien soy.
¿Ha sido doloroso?
Naturalmente la etapa postoperatoria es molesta y dolorosa, pero son sueños realizados y eso aminora cualquier dolor.
¿Estás satisfecha con tu nueva imagen?
Completamente. Soñaba con convertirme en Romina.
¿Te has topado con homofobia por parte de los cirujanos?
Nunca, al contrario, han sido muy profesionales y humanitarios (en Estados Unidos).
¿Has recibido críticas por tu decisión?
Sí, muchas, pero la gente criticona siempre estará a la orden del día y dispuesta a dar sus opiniones casi siempre fuera de lugar.
¿No extrañas a Jovany?
No, en esencia soy la misma persona, sólo modifiqué mi físico para hacerlo coincidir con mi interior; mis ideales, valores y principios son los mismos y, a final de cuentas, Jovany sólo es el nombre con el que me registraron al nacer.
¿Te has arrepentido de algo que hayas hecho en tu cambio de imagen?
No. Sólo de haber tomado la decisión de teñirme el cabello de rojo; jajaja un poquito de humor.
¿Cómo era tu autoestima antes y después del cambio?
Antes era muy baja, muy inseguro, con miedo a la mayoría de mis acciones y muy poco valor hacia mí misma. Ahora, mi autoestima está en el lugar exacto; me amo a mi misma, tengo total confianza en mí y mis acciones, tomo mis decisiones sin miedo alguno y difícilmente me veo doblada por algo.
¿Qué te falta para sentirte mujer en todos los sentidos?
Una mujer siempre he sido, aunque mi físico no coincidiera con mi interior. Hoy en día te puedo decir que no me hace falta nada para decir con total orgullo que soy una mujer, aunque tenga la etiqueta social de transgénero, pero eso no es nada que me quite el sueño.
¿Recomiendas someterse a estos procedimientos?
Independientemente de tu preferencia e identidad sexual, si tu deseo es someterte a alguna cirugía, lo recomendable es pensarlo más de una vez, consultarlo con tu familia o personas cercanas a ti y lo más importante, con cirujanos certificados. Siendo muy consciente y si de corazón lo deseas, hazlo, pero nunca hagas cosas que dañen tu cuerpo e incluso tu autoestima; la finalidad de esto es sentirte mejor.
No hablamos de preferencias sino de seres humanos
Nosotros como sociedad, no es algo tan aceptable, pero no es algo tan frecuente tampoco. Las sociedades cada día están más abiertas a las diferentes preferencias que tiene cada individuo, pero siguen siendo un porcentaje pequeño. Sí se tendría que luchar y pensar un poquito mejor con las minorías, todos sus derechos que necesitan y protegerlos. Muchas veces hay este miedo o este temor de lo que no son, pero al final del día no estamos hablando de una preferencia, estamos hablando de un ser humano. Entonces, eso es lo importante. Siempre va a haber críticas y cuando uno está en ese tipo de circunstancia, uno se acostumbra a ese tipo de situaciones. Pero aquí el punto referencial no es si me aceptas o no me aceptas, sino yo aceptarme y sentirme a gusto.
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