Los
pasados 4 y 5 de julio se celebró en Madrid, organizado por la UTIG
(Unidad de Identidad de Género) de la Comunidad de Madrid el 2º Congreso Europeo de Transexualidad, que reunió a
especialistas médicos relacionados de una forma u otra con los procesos
de reasignación. Un evento que según ha podido saber dosmanzanas ha
causado gran malestar en algunos colectivos trans, y en concreto en
Conjuntos Difusos-Autonomía Trans, al haberse desarrollado al margen de
las propias personas transexuales.
Pablo Vergara, representante del colectivo Conjuntos Difusos-Autonomía Trans, argumentaba dicho malestar en una entrada publicada en su blog. “No me importaría que se organizasen unas jornadas sobre efectos de las terapias hormonales, o sobre técnicas quirúrgicas. Serían buenas, e incluso necesarias. Sin embargo de lo que se va a hablar aquí no va a ser de medicina”, expresaba el activista. “Se va a hablar de nuestras identidades, de las identidades de las personas trans que no podremos estar allí. Se van a establecer criterios de medida sobre nuestras vidas para decidir quien será susceptible de ser ‘reasignado’ por los médicos, porque claro, son ellos quienes tienen el poder de reasignarnos. Se va a hablar de ‘éxito’ del tratamiento, no en términos de la máxima consecución de los objetivos del tratamiento (es decir, que los cambios obtenidos sean los que el usuario deseaba obtener) sin efectos secundarios, sino en términos de ‘no arrepentimiento’, asunción correcta de los roles de género del sexo ‘deseado’ o ‘sentido’, superación del test de la vida real, etc.”, continuaba.
Vergara se mostraba especialmente crítico con la perspectiva patologizante desde la cual se organizan estas reuniones (simbolizada en este caso por el mantenimiento de la “T” en el acrónimo “UTIG”, originalmente “Unidad de Trastornos de Identidad de Género”) y en concreto con el hecho de que se siga manteniendo entre muchos de los especialistas la exigencia de cirugía genital y esterilización, que considera discriminatoria y vejatoria. “Los días 4 y 5 de julio habrá en Madrid una reunión de las personas vivas que más daño han hecho y están haciendo a las personas transexuales, en las que tratarán de relegitimar sus posturas brutales intentando perpetuar un modelo de atención que está diseñado para impedir el libre desarrollo de la personalidad de las personas trans, y para beneficiarles a ellos”, escribía Vergara.
Pablo Vergara ha denunciado que además del congreso propiamente dicho el día 6 por la mañana tuvieron lugar las denominadas “III Jornadas de Transexualidad Madrileña”, a las que según explica no se permitió inscribirse a su colectivo. Vergara asegura haber recibido un correo electrónico en el que se les dijo que el aforo estaba ya completo, cuando a otra persona que se apuntó más tarde si se le dijo que podía ir, y cuando más tarde sí se les permitió inscribirse de manera individual sin problema alguno. El activista relaciona lo sucedido con el hecho de que uno de los organizadores del evento fuera el doctor Antonio Becerra, de la UTIG de la Comunidad de Madrid. “Después de todo, Conjuntos Difusos se inscribió como asociación para dar cobertura jurídica a una reclamación presentada ante el Defensor del Pueblo por una vulneración de los derechos humanos de una de sus pacientes, que es la copresidenta de la asociación”, afirma Vergara, que llega a hablar de discriminación al contar lo sucedido.
Según el programa oficial, sí que participaron en estas jornadas de forma activa representantes de otros colectivos, como el Área Trans de la FELGTB, Transexualia y Fundación Triángulo.
Pablo Vergara, representante del colectivo Conjuntos Difusos-Autonomía Trans, argumentaba dicho malestar en una entrada publicada en su blog. “No me importaría que se organizasen unas jornadas sobre efectos de las terapias hormonales, o sobre técnicas quirúrgicas. Serían buenas, e incluso necesarias. Sin embargo de lo que se va a hablar aquí no va a ser de medicina”, expresaba el activista. “Se va a hablar de nuestras identidades, de las identidades de las personas trans que no podremos estar allí. Se van a establecer criterios de medida sobre nuestras vidas para decidir quien será susceptible de ser ‘reasignado’ por los médicos, porque claro, son ellos quienes tienen el poder de reasignarnos. Se va a hablar de ‘éxito’ del tratamiento, no en términos de la máxima consecución de los objetivos del tratamiento (es decir, que los cambios obtenidos sean los que el usuario deseaba obtener) sin efectos secundarios, sino en términos de ‘no arrepentimiento’, asunción correcta de los roles de género del sexo ‘deseado’ o ‘sentido’, superación del test de la vida real, etc.”, continuaba.
Vergara se mostraba especialmente crítico con la perspectiva patologizante desde la cual se organizan estas reuniones (simbolizada en este caso por el mantenimiento de la “T” en el acrónimo “UTIG”, originalmente “Unidad de Trastornos de Identidad de Género”) y en concreto con el hecho de que se siga manteniendo entre muchos de los especialistas la exigencia de cirugía genital y esterilización, que considera discriminatoria y vejatoria. “Los días 4 y 5 de julio habrá en Madrid una reunión de las personas vivas que más daño han hecho y están haciendo a las personas transexuales, en las que tratarán de relegitimar sus posturas brutales intentando perpetuar un modelo de atención que está diseñado para impedir el libre desarrollo de la personalidad de las personas trans, y para beneficiarles a ellos”, escribía Vergara.
Pablo Vergara ha denunciado que además del congreso propiamente dicho el día 6 por la mañana tuvieron lugar las denominadas “III Jornadas de Transexualidad Madrileña”, a las que según explica no se permitió inscribirse a su colectivo. Vergara asegura haber recibido un correo electrónico en el que se les dijo que el aforo estaba ya completo, cuando a otra persona que se apuntó más tarde si se le dijo que podía ir, y cuando más tarde sí se les permitió inscribirse de manera individual sin problema alguno. El activista relaciona lo sucedido con el hecho de que uno de los organizadores del evento fuera el doctor Antonio Becerra, de la UTIG de la Comunidad de Madrid. “Después de todo, Conjuntos Difusos se inscribió como asociación para dar cobertura jurídica a una reclamación presentada ante el Defensor del Pueblo por una vulneración de los derechos humanos de una de sus pacientes, que es la copresidenta de la asociación”, afirma Vergara, que llega a hablar de discriminación al contar lo sucedido.
Según el programa oficial, sí que participaron en estas jornadas de forma activa representantes de otros colectivos, como el Área Trans de la FELGTB, Transexualia y Fundación Triángulo.
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