Hoy 15 de marzo se celebra el Día Internacional contra la brutalidad policial.
Al respeto Amnistía Internacional (AI) ha informado de “la persistencia
de graves abusos, incluida la violencia en razón del género que
equivale a tortura y malos tratos, por parte de la policía contra
lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero. Los abusos
denunciados van desde la utilización de un lenguaje insultante,
sexualmente explícito, y las amenazas hasta las palizas continuadas y la violación”.
No
en vano fueron los abusos y la brutalidad policial los que
desencadenaron los disturbios de Stonewall, en New York en el verano de
1962, punto de inflexión de la lucha por los derechos del colectivo LGBT
que hoy se recuerda en medio planeta bajo el título del Orgullo Gay.
Estas celebraciones deben servir para recordar que la brutalidad policial se ceba especialmente con la comunidad LGBT, las personas transgénero -como también lo hace con miembros de minorías étnicas o raciales, personas sin hogar y profesionales del sexo- para recordar que medio siglo después hay un Stonewall nuestro de cada día.
Estas celebraciones deben servir para recordar que la brutalidad policial se ceba especialmente con la comunidad LGBT, las personas transgénero -como también lo hace con miembros de minorías étnicas o raciales, personas sin hogar y profesionales del sexo- para recordar que medio siglo después hay un Stonewall nuestro de cada día.
Esta
violenta expresión del Estado totalitario resucita cuando un grupo de
Mossos d’Esquadra ‘reducen’ hasta la asfixia letal a Juan Andrés
Benítez, empresario gay del barrio del Raval de Barcelona o cuando la
policía da una paliza a un joven gay en las celebraciones del Mardi
Grass Es un abuso que se reproduce de Sidney a Moscú y que se recubre de
legalidad en los países que se dotan de legislación homófona.
El informe de AI “Stonewall. Seguir exigiendo respeto” muestra
que las personas LGBT que no se adaptan a las normas de género
tradicionales, “especialmente por su aspecto o forma de presentarse,
tienen más probabilidades de ser elegidas como víctimas de insultos,
malos tratos y abusos sexuales. También muestra que las personas
transgénero son el grupo que más sufre, con diferencia, la persecución
de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”.
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