Shelby Cole
The Texas Tribune | 2014-03-02 | 23:03
Austin— Joey Ovalle, un estudiante transgénero de 22 años de la Universidad de Texas en Austin, ha tomado la decisión de vivir su vida como un hombre. Pero su licencia de manejar, la cual porta su nombre legal y no ha sido actualizada para coincidir con su nueva identidad, aún le ocasiona incomodidad en cierto tipo de contextos –como en las casillas para votar.
“Imagínense que la casilla para votar se encuentra en silencio”, dijo. “Si comienzo a explicar que soy transgénero, razón por la que no me parezco a la foto de mi identificación, todas las personas a mi alrededor me escucharán. De repente se siente como si todos me estuvieran señalando”.
La Ley de Identificación del Votante de Texas, la cual fue proclamada en el 2011 y que será puesta a prueba mañana en las elecciones primarias, representa un obstáculo adicional para los electores transgénero, cuyos defensores temen que sean disuadidos de acudir a las casillas. Lisa Scheps, gerente de operaciones de Equality Texas, un grupo defensor de la LGBT, se refirió a la ley como “abiertamente discriminatoria” debido a que las personas transgénero enfrentan más obstáculos para obtener una identificación con fotografía emitida por el Gobierno que muestre puntualmente su nombre y género.
El determinar discrepancias en una identificación se deja a la discreción de los funcionarios de casilla, quienes son capacitados a nivel del condado con material proporcionado por la secretaría estatal de Texas, misma que supervisa las elecciones estatales. Alicia Pierce, una portavoz de la secretaría, dijo que no existía ningún reglamento que aplique a los electores transgénero en el material de capacitación, pero los funcionarios de casilla hacen uso de su mejor juicio y se les enseña a fallar a favor del votante.
“Lo que se les enseña a los funcionarios de casilla es observar la totalidad de las circunstancias, y esto no sólo aplica a las personas transgénero; esto aplica en todos los casos”, dijo Pierce.
Para cambiar su género y nombre legal en su licencia de manejar, Ovalle –quien se sometió a una doble mastectomía en diciembre– tendrá que presentar al Departamento de Seguridad Pública una orden de la Corte para probar que cambió de sexo. Este tipo de cirugía, la cual es muy costosa y rara vez es cubierta por las compañías de seguros, no es asequible para la mayoría de la comunidad transgénero, cuya tasa de desempleo es dos veces mayor a la de la población general, de acuerdo con un reporte del 2011 del Centro Nacional para la Igualdad Trasngénero y la Fuerza Táctica Nacional Gay y Lesbiana. Según el reporte, 47 por ciento de los transgéneros texanos reportaron haber sido abusados verbalmente y sido tratados con poco respeto en lugares públicos, incluyendo oficinas gubernamentales.
“Sin importar que todo coincida en sus identificaciones, las personas transgénero tienen miedo de siquiera ir a votar, debido a que sienten que tienen que lidiar con todo esto para probar que su identidad es válida”, dijo Schaps. “Tienen miedo de lo que las personas puedan decir”.
No hay datos disponibles sobre el número de personas transgénero que la Ley de Identificación del Votante podría llegar a afectar. El último censo, en el 2010, no incluía un rubro para los participantes en el que se identificaran como transgéneros. Pero en un estudio del 2012, hecho por el Instituto Williams en la escuela de Derecho de UCLA, se estimó que más de 25 mil electores transgénero vivían en nueve estados con estrictas leyes de identificación.
Pierce dijo que en las elecciones de noviembre del 2013, la primera vez que las leyes de identificación del votante entraron en efecto a nivel estatal, la secretaría estatal no recibió reportes de que a alguien se le impidiera votar por problemas relacionados con su identificación.
Los funcionarios electorales de algunos de los 10 condados con una mayor densidad poblacional del estado dijeron que hubo pocas instancias en las que los electores no pudieron emitir su voto o tuvieron que emitir votos provisionales debido a que había dudas sobre sus identificaciones –pero que a miles de votantes se les requirió que firmaran declaraciones afirmando su identidad antes de votar.
Ovalle dijo que él no está seguro que vaya a suceder la próxima vez que acuda a votar, pero aún siente que es su obligación el ir a emitir su voto.
Las personas transgénero son más visibles ahora en la sociedad que antes, y no nos vamos a ir a ninguna parte”, dijo. “es por eso que tenemos que votar.”
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