Acceder a los servicios de salud como otros ciudadanos es una de las aspiraciones del colectivo transgénero de Estados Unidos, una minoría casi olvidada en el sistema sanitario que reclama atención.
Para intentar mejorar las provisiones de la Ley de
Cuidado de Salud Accesible (ACA, en inglés) de 2010, conocida como
"Obamacare", el pasado mes de julio la congresista hispana Lucille
Roybal-Allard presentó el proyecto de ley de Equidad y Responsabilidad
Sanitaria (HEAA, en inglés), que busca eliminar las disparidades
raciales, de origen y género, y que afectan especialmente a las
minorías.
Según datos del National Gay and Lesbian Task Force,
actualmente sólo 8 estados y el Distrito de Columbia cuentan con
políticas para proteger a la población transgénero frente a situaciones
de discriminación en el cuidado de la salud.
"Demasiadas personas transgénero en todo el país siguen
enfrentando discriminación al intentar acceder a la atención médica
básica y necesaria", dijo a Efe Kylar Broudus, director del Proyecto de
Derechos Civiles para la Comunidad Transgénero, del National Gay and
Lesbian Task Force.
Broudus destacó que mientras que la Ley de Cuidado de
Salud aumentó el acceso a la atención médica a millones de
estadounidenses, en la actualidad no hay leyes federales que protejan a
personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT) de la
discriminación en el sistema sanitario.
Arianna Lint es parte del colectivo transgénero
(integrado por unas 700.000 personas en el país, según The Williams
Institute de UCLA), y asegura que no tiene las mismas oportunidades que
el resto de ciudadanos para acceder al cuidado de salud.
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Lint
llegó a Estados Unidos en el año 2002, huyendo de la discriminación que
sufría como homosexual en su natal Lima, capital de Perú.
"Yo sabía que en el cuerpo de ese muchacho que estudiaba
leyes había una mujer, por eso vine al país de las libertades para
serlo", dijo Lint en una entrevista con Efe, en la que reconoció que
pasó por mucho dolor y discriminación durante el proceso.
"Pero pude hacer mi tránsito y utilizar mis
conocimientos para conseguir un trabajo digno que me diera un seguro de
salud", explicó Lint, actualmente directora de Transgender Services, una
organización sin ánimo de lucro que ayuda a los miembros de esta
minoría en su proceso de adaptación a la sociedad tras su cambio de
género.
Si bien ella cuenta con un seguro médico, afirma que solo el 2 % de la población transgénero tiene un trabajo digno y que la gran mayoría no tiene posiciones fijas que le permitan acceder a un seguro médico.
"Pero aún teniendo seguro, estamos a merced de la
interpretación de la ley que haga la compañía de seguros, que se guía
por si eres hombre o mujer en los papeles y te niega servicios que como
transgénero necesitas, como exámenes de próstata o pecho", aclaró.
Por eso, Arianna se unió a otras organizaciones para dar
a conocer la situación de una minoría que sufre todo tipo de
discriminaciones desde tempranas edades y que ahora pide que sea tratada
como el resto de la población.
"Nosotros no pedimos más de lo que tiene el resto, solo
queremos que se nos atienda igual que a otros ciudadanos del país y no
se nos deje a merced de las compañías de seguros o de los servicios, que no saben en qué categoría ponernos", enfatizó.
Por su parte, Broudus resaltó que "nadie debe ser
rechazado por doctores, enfermeras o proveedores de atención médica
simplemente por ser quienes son o por la persona que aman".
El activista hizo un llamado al presidente Obama para
que se amplíen las protecciones contra la discriminación y que el
Congreso apruebe la Ley de Equidad y Responsabilidad en el Cuidado de
Salud (HEAA).
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