!!Por Dios!!
Por fin encontré un video que, a traves de una entrevista a la activista trans ANGIE RUEDA, expresa muy claramente los sentimientos de aquellas mujeres transexuales y/o transgéneras que afrontamos nuestra condición cuando no somos tan "jovencitas".
En efecto, muchas mujeres, como en mi caso, terminamos recien por nombrar nuestro verdadero género como es debido, a una edad un poco "madura".
Y eso pasa generalmente, cuando ya nos enamoramos y hasta estamos casadas con otra mujer no transexual; cuando hemos ya procreado a seres maravillosos, a los que amamos por sobre todas las cosas; y cuando hemos hecho una gran parte de nuestra vida social y pública, mostrando una imagen que no se corresponde con nuestro genéro, ni con nuestros sentimientos.
!!Cuantas de nosotras confundimos, durante tanto tiempo, nuestros sentimientos femeninos de mujer con el travestismo!!
Pero cuando salimos de nuestra ignorancia, cuando leemos y conversamos con tantas chicas en internet, cuando conocemos la historia de otras mujeres transexuales, cuando comparamos las experiencias y los sentimientos, recién podemos entender, comprender, reconocer y llamar por su nombre, a lo que ya estaba ahí hace tiempo.
En ese momento, !!todo un mundo se nos abre por delante!! Pero !!que difícil se nos hace transitarlo!!
Por mi parte, yo les diría a todos, sobre todo a nuestras parejas, a nuestros hijos, a nuestros familiares y amigos, tres cosas:
1. Comprensión. Nuestra feminidad, nuestro ser mujer, no es un capricho, si tal fuera, no nos expondríamos al sufrimiento que puede significar que nos alejen de nuestros hijos.
2. Aceptación. Nuestra condición de personas con un género (mujer) que supuestamente no corresponde al sexo biológico o genético (hombre), no es de ahora. Es cierto que quizás, númericamente, siempre fuimos y seremos una minoría, pero existimos desde los inicios de nuestra especie humana. La transexualidad no es una enfemedad ni un trastorno de nuestra identidad sexual. Simplemente es una condición humana más.
3. Respeto. No merecemos discriminación, segregación, burla, desprecio ni mucho menos la muerte, por ser simplemente quienes realmente somos, y mucho menos cuando con valentia, decidimos ser honestas y sinceras con nosotras mismas y con los demás.
En fin cuando decidimos dejar de sufrir, y llorar, calladas en cualquier rincón oscuro de nuestra habitación.
Por fin encontré un video que, a traves de una entrevista a la activista trans ANGIE RUEDA, expresa muy claramente los sentimientos de aquellas mujeres transexuales y/o transgéneras que afrontamos nuestra condición cuando no somos tan "jovencitas".
En efecto, muchas mujeres, como en mi caso, terminamos recien por nombrar nuestro verdadero género como es debido, a una edad un poco "madura".
Y eso pasa generalmente, cuando ya nos enamoramos y hasta estamos casadas con otra mujer no transexual; cuando hemos ya procreado a seres maravillosos, a los que amamos por sobre todas las cosas; y cuando hemos hecho una gran parte de nuestra vida social y pública, mostrando una imagen que no se corresponde con nuestro genéro, ni con nuestros sentimientos.
!!Cuantas de nosotras confundimos, durante tanto tiempo, nuestros sentimientos femeninos de mujer con el travestismo!!
Pero cuando salimos de nuestra ignorancia, cuando leemos y conversamos con tantas chicas en internet, cuando conocemos la historia de otras mujeres transexuales, cuando comparamos las experiencias y los sentimientos, recién podemos entender, comprender, reconocer y llamar por su nombre, a lo que ya estaba ahí hace tiempo.
En ese momento, !!todo un mundo se nos abre por delante!! Pero !!que difícil se nos hace transitarlo!!
Por mi parte, yo les diría a todos, sobre todo a nuestras parejas, a nuestros hijos, a nuestros familiares y amigos, tres cosas:
1. Comprensión. Nuestra feminidad, nuestro ser mujer, no es un capricho, si tal fuera, no nos expondríamos al sufrimiento que puede significar que nos alejen de nuestros hijos.
2. Aceptación. Nuestra condición de personas con un género (mujer) que supuestamente no corresponde al sexo biológico o genético (hombre), no es de ahora. Es cierto que quizás, númericamente, siempre fuimos y seremos una minoría, pero existimos desde los inicios de nuestra especie humana. La transexualidad no es una enfemedad ni un trastorno de nuestra identidad sexual. Simplemente es una condición humana más.
3. Respeto. No merecemos discriminación, segregación, burla, desprecio ni mucho menos la muerte, por ser simplemente quienes realmente somos, y mucho menos cuando con valentia, decidimos ser honestas y sinceras con nosotras mismas y con los demás.
En fin cuando decidimos dejar de sufrir, y llorar, calladas en cualquier rincón oscuro de nuestra habitación.
!!NO DEJEN DE VER Y ESCUCHAR ESTA ENTREVISTA!!
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