La inclusión social es una frase de moda. Políticos, gerentes, consultores, periodistas, todos hablan de esta idea y de la necesidad de que la misma pueda, muy pronto, ser una realidad en el país. Pero, ¿como pasar de la mera expresión a una cuestión concreta, a un acto de inclusión? ¿La sociedad paraguaya está realmente preparada para ser incluyente?
Conozcamos la historia de Yeny Lovera, la primera transexual en conseguir empleo en una institución del Estado, y elaboremos nuestras propias respuestas.
Yeny tiene 39 años, trabaja en la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN). Afirma, con orgullo, ser la primera transexual en conseguir trabajo en una entidad pública de nuestro país.
Gentilmente accedió a brindarnos detalles de su presente laboral, teniendo en cuenta que su situación, quiérase o no, es especial desde todo punto de vista.
Ella admite que las personas, en principio, la miraban raro, con sorpresa, y algunos hasta con una especie de temor, pero cuenta que todo eso pasó, y que hoy es normal para la gente.
Entiende el porqué de esas actitudes, pues nuestra población relaciona al transexual con la prostitución, aunque en su caso nunca existió la necesidad de trabajar en la calle.
Yeny asumió su homosexualidad a los 16 años, y está muy agradecida a su familia, ya que ellos no le dieron la espalda; al contrario, señala que sin ellos nunca hubiera podido vivir a pleno su condición sexual.
"Detrás de un homosexual (deberia decir, "una transexual" C.R.) hay una persona, y eso la sociedad no ve, todavía le cuesta. Ojalá que algún día superemos del todo la discriminación en Paraguay", reflexiona.
Un transexual es aquella persona cuyo cerebro se formó con los caracteres propios de un determinado género, pero sus órganos tienen caracteres de otro.
La transexualidad es imperceptible hasta que el propio individuo empieza a manifestar inconscientemente su personalidad, contraria a la del sexo que le tocó.
Vivir a partir de ello requiere una gran fuerza mental, pues son muchos los sinsabores que las actitudes discriminatorias presentan día a día.
Este sencillo ejemplo nos demuestra que los discursos sobre inclusión social, tan comunes hoy, tienen, lejos de la política y esos menesteres, verdaderos casos de lucha, sacrificio y esperanza.
Puede ser realidad, pero solo quienes lo viven a diario saben lo difícil que resulta.
Gentilmente accedió a brindarnos detalles de su presente laboral, teniendo en cuenta que su situación, quiérase o no, es especial desde todo punto de vista.
Ella admite que las personas, en principio, la miraban raro, con sorpresa, y algunos hasta con una especie de temor, pero cuenta que todo eso pasó, y que hoy es normal para la gente.
Entiende el porqué de esas actitudes, pues nuestra población relaciona al transexual con la prostitución, aunque en su caso nunca existió la necesidad de trabajar en la calle.
Yeny asumió su homosexualidad a los 16 años, y está muy agradecida a su familia, ya que ellos no le dieron la espalda; al contrario, señala que sin ellos nunca hubiera podido vivir a pleno su condición sexual.
"Detrás de un homosexual (deberia decir, "una transexual" C.R.) hay una persona, y eso la sociedad no ve, todavía le cuesta. Ojalá que algún día superemos del todo la discriminación en Paraguay", reflexiona.
Un transexual es aquella persona cuyo cerebro se formó con los caracteres propios de un determinado género, pero sus órganos tienen caracteres de otro.
La transexualidad es imperceptible hasta que el propio individuo empieza a manifestar inconscientemente su personalidad, contraria a la del sexo que le tocó.
Vivir a partir de ello requiere una gran fuerza mental, pues son muchos los sinsabores que las actitudes discriminatorias presentan día a día.
Este sencillo ejemplo nos demuestra que los discursos sobre inclusión social, tan comunes hoy, tienen, lejos de la política y esos menesteres, verdaderos casos de lucha, sacrificio y esperanza.
Puede ser realidad, pero solo quienes lo viven a diario saben lo difícil que resulta.
18 de Marzo de 2011 16:46
COMENTARIO:
!! Suscribo con letras de oro todo lo que se manifiesta en este escrito!! :
1. Una persona transexual es aquella cuyo cerebro se formó con los carácteres propios de un género, pero sus organos (las otras partes de su cuerpo) tienen caracteres de otro.
¿Porque? !!Vaya usted a saber!!, lo cierto es que ESA ES UNA REALIDAD y de nada vale negarlo, ocultarlo, criticarlo, denigrarlo, invisibilizarlo. Esta ahi. !!Estamos aquí, existimos y punto!!.
2. La transexualidad es imperceptible hasta que el propio individuo empieza a manifestar inconscientemente su personalidad, contraria a la del sexo que le toco.
¿Por que en algunos casos la transexualidad se manifiesta tempranamente y en otros casos, tarda tanto?
!!Aún no lo sabemos!! pero eso no niega que existamos, !!simplemente es así!!. Y se trata de una PERSONALIDAD INTEGRAL. No solo es una cuestión de relaciones o preferencias sexuales. Es cuestión de percepción, ideas, formas de pensar, sentimientos y maneras de enfocar, asumir la realidad, la vida, nuestra vida.
3. Vivir a partir de ello requiere una gran fierza mental, pùes son muchos los sinsabores que las actitudes discriminatorias presentan día a día.
Ser transexual NO es una decisión voluntaria o arbitraria, !!tarde o temprano se impone con la fuerza de la naturaleza!!. Frente a ello nos resistimos, nos negamos a asumirlo, nos lamentamos, nos apenamos, nos culpabilizamos, pero como "eso" esta ahí y no se va ir, terminamos asumiendo esa realidad y de ahi decimos, con valentía, con decisión, ser nosotras mismas.
!!Si la gente supiera que antes de dar la batalla para que la sociedad nos acepte, hemos tenido que dar, antes, una dura batalla contra nosotras mismas para poder auto-aceptarnos, sabrían que esto no es un "capricho", menos un "lecho de rosas", y mucho menos aún, un "devaneo erótico-sexual" !!
Si existe la llamada "Disforia de género", es decir, una "patología" (una "enfermedad"), ésta no se origina ni en nosotras, ni es producto de nuestra condición transexual, sino proviene del maltrato, de la intolerancia y de la discriminación, de una sociedad y una cultura machista que niega nuestra existencia.
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