Es un tema delicado, mucha gente sufre. Pero su vida es como la de
cualquiera: estudian, trabajan (cuando les dejan), aman y se divierten.
El arte es una vía idónea para
mostrar al gran público esa normalidad que huye habitualmente de la transexualidad o la androginia, y varias exposiciones dan fe de ello.
La galería Camera Work de Berlín (Alemania) inauguró el 20 de octubre
Gender Studies (Estudios de género), una serie de retratos
que la fotógrafa francesa Bettina Rheims realizó a 25 personas. Comenzó como
una llamada en Facebook a aquellos que se sintieran "diferentes", que desde la infancia saben que pertenecen al sexo contrario, y también aquellos que optan por ser a la vez hombre y mujer.
Entre ellos se encuentras figuras conocidas como
el fotógrafo Kael T. Block, mostrando las cicatrices de las operaciones a las que se sometió para dejar de ser mujer. O el famoso
modelo internacional Andrej Pejic, que ha desfilado como hombre y también como mujer para firmas
Jean Paul Gaultier, Michalsky o la española Rosa Clará.
El objetivo de Bettina Rheims es facilitar el entendimiento de la transexualidad mostrando
la "flexibilidad sexual" como parte de la propia identidad.
También incluye las conversaciones que mantuvo por Skype con los
protagonistas de las imágenes. "Me impresionaron las palabras que usaban
y sus voces. Eran voces que no podían ser fingidas durante mucho
tiempo,
que cambiaban durante la conversación, volviendo a su naturaleza original".
Cuando hablas de transexualidad la gente solo piensa en mujeres y en prostitución, los chicos transexuales son invisibles En España, la transexualidad se asocia
con muchos tópicos negativos:
la prostitución, el exceso, la superficialidad...
En su esfuerzo por
mostrar otra realidad más cercana, íntima y cotidiana, el fotógrafo
Rafael Álvarez reunió en su exposición
Otrans Mujeres (
Asociación de Transexuales de Andalucía) unas mujeres atrevidas, elegantes, transgresoras, convencionales, divertidas y triunfadoras de su propia supervivencia.
Otrans Mujeres permite conocer a personas que han vivido rodeadas de mucha fealdad y brutalidad, y en cambio poseen
una gran belleza interior.
"En una sociedad en la que nos llega tanta información y todo funciona
rápido, tendemos a simplificarla y etiquetarla para poderla asimilar",
asegura la asociación. "No tenemos tiempo de analizar todo aquello que
sea complejo, y que se salga de los modelos establecidos, arrinconándolo
en los límites y clasificándolo de marginal".
Para luchar contra ello, cualquier técnica es válida, como la acuarela. Este es el caso de
Su delito: ser mujeres, de la pintora transexual
Marcela Zambrano Escobar; un homenaje a la valentía de mujeres transexuales que vivieron durante la dictadura.
En el campo de la pintura,
Claros del bosque, una serie que pronto se expondrá en Sevilla, crea, a partir del cuerpo humano,
situaciones de ambigüedad respecto a la belleza.
Para ello tomó como modelos a personas jóvenes, de unos 20 años, que
estaban cambiando de sexualidad y que no les ha importado posar,
idealizando su visión. "Hay que ir más allá de lo tradicional", afirma
su autor,
Rafael García Tejero.
"Hay que mirar nuevas posibilidades de lectura de todo lo que el ser
humano quiere representar, la posibilidad de que cada persona pueda
tener
una lectura sexual propia y personal sin condicionamientos rígidos de la sociedad".
"Cuando hablas de transexualidad la gente solo piensa en mujeres y en
prostitución, los chicos transexuales son invisibles" asegura
Sarai Montes, de la asociación vasca
Errespetuz.
Por eso hizo una serie fotográfica,
Visibilización de la transexualidad masculina, con el que quiso romper con esos dos estereotipos y mostrar a personas transexuales con
un enfoque de satisfacción, de alegría, de felicidad,
"para que quien venga detrás no piense que su vida va a ser un drama,
porque no lo va a ser; va a tener unos problemas evidentemente, por la
discriminación y que también tendrá que seguir unos tratamientos médicos
que son de por vida, pero en el día a día, nuestra vida no es un
drama".
Para ello reunió a un grupo de chicos que se prestó y se los llevó a
una casa rural para hacer las fotos en un ambiente de alegría, de
distensión y poder así transmitir esa sensación de
"soy feliz con mi vida".
La exposición ya ha viajado por el País Vasco, Murcia y Valencia. "Y la
gente ha entendido que las personas transexuales somos gente normal y
corriente", asegura su autora.