Madonna tenia 39 años. Pese a su vida no precisamente fácil (su madre la abandonó a ella y a sus dos hermanos, uno de ellos ya fallecido y el otro en prisión) era una mujer alegre y vital, al parecer muy conocida en el ambiente de la noche de Aracaju. “Era muy divertida, una persona feliz, a la que le encantaba bailar y hacer bromas, nunca hizo daño a nadie”, se lamentaba una de sus vecinas, Maria Livia Vieira, aunque otros vecinos reconocen que no a todos les gustaba.
En la madrugada del viernes 19, en pleno centro de Aracaju, Madonna fue apedreada por unos desconocidos, que armados de adoquines le produjeron graves heridas. Fue trasladada con vida al hospital pero el martes 23 fallecía como consecuencia del traumatismo craneal.
Las mujeres transexuales son probablemente el grupo más vulnerable dentro del colectivo LGTB, especialmente en América Latina. Una región que en los últimos años ve acelerarse el reconocimiento jurídico de las personas LGTB pero en el que la realidad social va, en ocasiones, muy por detrás.
El caso de Brasil es paradigmático: allí se celebra el Orgullo de São Paulo, uno de los más multitudinarios del mundo; se reconocen avanzados derechos a las parejas del mismo sexo; se discute incluso el reconocimiento del matrimonio igualitario (varias parejas ya están legalmente casadas, de hecho, gracias a diversos pronunciamientos judiciales) pero al mismo tiempo se producen cada año decenas de asesinatos de personas LGTB, sobre todo mujeres transexuales, ya sea por a manos de clientes del trabajo sexual (que muchas de ellas se ven abocadas a ejercer) o simplemente por puro odio tránsfobo.
(Tomado de página de dosmanzanas.com)
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