martes, 6 de noviembre de 2012

Argentina: Carolina Jacky, una mujer transexual que podría llegar a ser jueza federal

El 8 de Noviembre será un día de muchísima expectativa por el cacerolazo pautado contra el gobierno de Cristina Kirchner. Pero para Carolina Jacky tendrá una carga de tensión extra: esta abogada mendocina de 60 años, a la que en julio de 2010 la Justicia le autorizó una “reasignación de sexo” para pasar de hombre a mujer, recibirá el jueves los resultados del examen escrito que rindió el 17 de agosto, junto con otros 35 postulantes, para convertirse en miembro de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza. Un órgano judicial estratégico y de fuerte carga política para los gobiernos nacional y provincial, que tiene cuatro cargos vacantes tras la remoción de Luis Miret y Otilio Romano luego de que se comprobaran los vínculos de ambos con la última dictadura militar (ver aparte).


Jacky arrastra una historia personal fuerte: como Jorge, ejerció durante 30 años la profesión de abogado, mantuvo un estudio en sociedad con el dirigente radical Andrés Chirola Marín durante una década y hasta hizo una incursión en la política como candidato a gobernador de Mendoza en 1991. Pero cuando había pasado los 50 años, decidió que ya era hora de sacar afuera “algo que había llevado toda la vida”.

“No fue fácil esto. Yo sentía algo que primero era una fantasía, según creía. O una locura que tenía en la cabeza. A nadie se le pasó por la cabeza en mi casa que yo podía caer en esto y fue una sorpresa para todos, hasta para mí. Cuando llegó internet a mi vida, yo ya estaba en los 40 largos, investigué y me di cuenta de que lo que yo sentía les pasaba a otros además”, se confiesa ante UNO.

De allí en más lo que siguió fue un largo proceso, que finalizó en julio de 2010 con una sentencia judicial de los tribunales de Familia locales que, tras la intervención del Cuerpo Médico Forense, comprobó la existencia en Jacky de lo que se denomina “disforia de género”. Es decir, un desacuerdo entre el sexo biológico y el sexo psicológico.

“La Justicia reconoció, basada en los diagnósticos médicos, mi condición de mujer, autorizándome la rectificación de todos mis documentos y también la autorización para someterme a la cirugía de reasignación de sexo. ¿Si me operé? No, todavía no me hice la cirugía de reasignación de sexo. Tenía turno para agosto, pero justo coincidió con el examen y además tuve un problema coronario. Tenía turno para operarme en el hospital Gutiérrez de La Plata y seguramente lo haré el año próximo”, se esperanza quien, con mucho humor negro, llama “el muerto” a Jorge, el dueño de su antigua identidad.

Lo que siguió tras su ratificación como mujer fue la reconstrucción de su vida, comenzando una lucha por ser aceptada en su profesión y, entre otras cosas, patrocinar (antes de ser aprobada la Ley de Identidad de Género) a media docena de mendocinos que ya consiguieron que la Justicia los reconozca como mujeres. Ese trabajo fue quizá la plataforma para lanzarse a la aventura de intentar conseguir un lugar en la Justicia federal.

Un posible guiño K
Hace meses, cuando se hizo el llamado público para cubrir vacantes en la Cámara de Apelaciones, un alto dirigente mendocino con presencia en el Consejo de la Magistratura recibió el aliento de la diputada ultrakirchnerista Diana Conti, la que, interesada por el caso de Carolina Jacky, soltó el mensaje: “Dígale que cuando llamemos a concurso no deje de presentarse”.

Una posible designación de Jacky podría convertirse en una importante bandera para que el kirchnerismo agite su modelo de igualdad de género, entre otros. Su caso sería único en el país y uno de los pocos en el mundo, salvo un par de jueces de paz transexuales en Estados Unidos.

Pero para llegar al final del recorrido, la letrada trans debe superar varios escollos. Uno de los más fuertes es su falta de antecedentes en el ámbito judicial. Si bien la política juega fuerte a la hora de la designación de los magistrados, de hecho Cristina Kirchner tendrá la palabra final, pesan tanto los resultados de los exámenes como los pergaminos judiciales a la hora de una designación. Pero eso a Jacky parece no preocuparle. “Recorran los Tribunales Federales y pregunten por mí. Yo me sorprendo a veces: si fuera por la votación de los empleados, yo estaría en la Cámara. Me conocen desde hace mucho: los colegas, los empleados. Sé que no me favorecen mis antecedentes en cuanto a una carrera judicial, pero desde el punto de vista del conocimiento del derecho no me siento menos para ocupar el cargo. Tanto es así que entregué cuatro horas antes que todos el examen”.

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