- ¿Por qué es importante la lucha por la despatologización de la transexualidad?
Considerar la transexualidad una enfermedad mental (trastorno de la identidad de género o disforia de género), no solamente es erróneo y obsoleto, sino que perpetúa la discriminación y el estigma de las personas transexuales, condicionando la atención que desde la medicina se presta a las personas transexuales, desde una perspectiva patologizante y “psiquiatrica”. Su despatologización cambiará la atención sanitaria, predominando la autonomía personal y considerando la identidad de género un derecho fundamental.
- ¿Qué objetivos perseguís?
La igualdad en todos los ámbitos para las personas transexuales, salud, educación y trabajo.
- ¿Cómo trabajáis para conseguirlo?
Desde la acción política y social, en éste sentido hemos trasladado a los políticos y a la sociedad, la necesidad de un marco jurídico que garantice los derechos y la no discriminación de las personas transexuales, que se concretará en una Ley Integral de Transexualidad, de reconocimiento de los derechos y la no discriminación por identidad de género.
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ATA ha enviado una carta a la Consejería de Salud de Andalucía, ¿qué exigís en ese documento?
El derecho una Sanidad Pública y Universal que nos iguale con el resto de la ciudadanía. Para que esto sea un hecho real, demandamos que se descentralice la atención, las personas transexuales no somos enfermas de "enfermedades raras" (que necesitan que se les paguen los desplazamientos a las "unidades de referencia"), sino una población muy escasa en número, y que NO necesita "especialistas": cualquier psicólogo, o endocrino está facultado para tratarnos, y las cirugías, cuando son necesarias, están ya dentro de los programas de formación de todos los cirujanos plásticos y reparadores de todos y cada uno de los hospitales públicos de la Comunidad Autónoma Andaluza. Ello ayudará a combatir el estigma, la desigualdad de trato y normalizará la atención a las personas transexuales.
- Y a la ciudadanía, ¿qué le solicitaríais?
Que entiendan que la igualdad o es para todos, o no es igualdad.
- La UTIG (Unidad de Transexualidad e Identidad de Género) del Hospital Carlos Haya de Málaga es la primera Unidad de atención a Transexuales en España. ¿Cuál es su situación actual?
La UTIG de Andalucía fue la pionera en atender desde la Sanidad Pública a las personas transexuales, pero el contexto y las necesidades de las personas transexuales han cambiado. Existe una atención excesivamente “psiquiatrica”, alargando la primera fase de la atención (valoración psicológica) de forma habitual en nueve meses un año e incluso más de dos años.
Utilizan unos test de valoración vejatorios, sexistas y que atentan contra la intimidad e integridad moral de las personas, vulnerando los principios de igualdad que garantizan la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Con esta práctica hacen que abandonen la unidad más del 25%, que se ven abocados a la auto hormonación o a recurrir a la atención privada.
Los que logran soportar esta primera fase y son diagnosticados para ser tratados hormonalmente, se enfrentan de nuevo a unos largos plazos de tiempo hasta ser intervenidos quirúrgicamente de las necesidades concretas de cada persona. De nuevo las interminables esperas provocan el hartazgo de muchas personas, que hacen que abandonen la unidad para ser intervenidos por lo privado.
Es por ello que el modelo de atención “patologizante”, hace que la psicología lejos de ayudar, guiar o dar herramientas para afrontar el rechazo social, anula el derecho a la autonomía personal, invade la intimidad, vulnera derechos constitucionales y se otorga el papel de “policías del genero”.
- ¿Y la de las personas que acuden a esa unidad? ¿Se sienten protegidas/respaldadas?
En parte he contestado con la anterior pregunta, pero apuntar que el miedo a no ser atendido/a y la ignorancia de los derechos que como usuarias/os nos protegen y garantizan una atención, llevan a la no reclamación de muchas personas.
El único respaldo con el que cuentan las personas transexuales, es la Asociación de Transexuales de Andalucía, que recoge las quejas que usuarias/os y familiares, ello nos revela el “mal trato” y la desigualdad en la atención que reciben, dando fundamento y razón a la demanda de una atención igualitaria, descentralizada y no patologizante.
*Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía (A.T.A.)
Considerar la transexualidad una enfermedad mental (trastorno de la identidad de género o disforia de género), no solamente es erróneo y obsoleto, sino que perpetúa la discriminación y el estigma de las personas transexuales, condicionando la atención que desde la medicina se presta a las personas transexuales, desde una perspectiva patologizante y “psiquiatrica”. Su despatologización cambiará la atención sanitaria, predominando la autonomía personal y considerando la identidad de género un derecho fundamental.
- ¿Qué objetivos perseguís?
La igualdad en todos los ámbitos para las personas transexuales, salud, educación y trabajo.
- ¿Cómo trabajáis para conseguirlo?
Desde la acción política y social, en éste sentido hemos trasladado a los políticos y a la sociedad, la necesidad de un marco jurídico que garantice los derechos y la no discriminación de las personas transexuales, que se concretará en una Ley Integral de Transexualidad, de reconocimiento de los derechos y la no discriminación por identidad de género.
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ATA ha enviado una carta a la Consejería de Salud de Andalucía, ¿qué exigís en ese documento?
El derecho una Sanidad Pública y Universal que nos iguale con el resto de la ciudadanía. Para que esto sea un hecho real, demandamos que se descentralice la atención, las personas transexuales no somos enfermas de "enfermedades raras" (que necesitan que se les paguen los desplazamientos a las "unidades de referencia"), sino una población muy escasa en número, y que NO necesita "especialistas": cualquier psicólogo, o endocrino está facultado para tratarnos, y las cirugías, cuando son necesarias, están ya dentro de los programas de formación de todos los cirujanos plásticos y reparadores de todos y cada uno de los hospitales públicos de la Comunidad Autónoma Andaluza. Ello ayudará a combatir el estigma, la desigualdad de trato y normalizará la atención a las personas transexuales.
- Y a la ciudadanía, ¿qué le solicitaríais?
Que entiendan que la igualdad o es para todos, o no es igualdad.
- La UTIG (Unidad de Transexualidad e Identidad de Género) del Hospital Carlos Haya de Málaga es la primera Unidad de atención a Transexuales en España. ¿Cuál es su situación actual?
La UTIG de Andalucía fue la pionera en atender desde la Sanidad Pública a las personas transexuales, pero el contexto y las necesidades de las personas transexuales han cambiado. Existe una atención excesivamente “psiquiatrica”, alargando la primera fase de la atención (valoración psicológica) de forma habitual en nueve meses un año e incluso más de dos años.
Utilizan unos test de valoración vejatorios, sexistas y que atentan contra la intimidad e integridad moral de las personas, vulnerando los principios de igualdad que garantizan la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Con esta práctica hacen que abandonen la unidad más del 25%, que se ven abocados a la auto hormonación o a recurrir a la atención privada.
Los que logran soportar esta primera fase y son diagnosticados para ser tratados hormonalmente, se enfrentan de nuevo a unos largos plazos de tiempo hasta ser intervenidos quirúrgicamente de las necesidades concretas de cada persona. De nuevo las interminables esperas provocan el hartazgo de muchas personas, que hacen que abandonen la unidad para ser intervenidos por lo privado.
Es por ello que el modelo de atención “patologizante”, hace que la psicología lejos de ayudar, guiar o dar herramientas para afrontar el rechazo social, anula el derecho a la autonomía personal, invade la intimidad, vulnera derechos constitucionales y se otorga el papel de “policías del genero”.
- ¿Y la de las personas que acuden a esa unidad? ¿Se sienten protegidas/respaldadas?
En parte he contestado con la anterior pregunta, pero apuntar que el miedo a no ser atendido/a y la ignorancia de los derechos que como usuarias/os nos protegen y garantizan una atención, llevan a la no reclamación de muchas personas.
El único respaldo con el que cuentan las personas transexuales, es la Asociación de Transexuales de Andalucía, que recoge las quejas que usuarias/os y familiares, ello nos revela el “mal trato” y la desigualdad en la atención que reciben, dando fundamento y razón a la demanda de una atención igualitaria, descentralizada y no patologizante.
*Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía (A.T.A.)
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