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Castilla y León es la primera comunidad autónoma que cubre voluntariamente los tratamientos de transexualidad sin necesidad de ley autonómica o de fallo judicial.
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Un año de negociación entre Fundación Triángulo y el SaCyL culmina con el acuerdo que restaura los derechos sanitarios de las personas transexuales en Castilla y León.
Tras un año de negociaciones entre el área trans de la Fundación
Triángulo y responsables del Sacyl, Castilla León se suma a las
comunidades que ofrecerán tratamiento integral a la identidad de género.
Hasta ahora, sólo las CCAA que acordaron aumentar la cartera de
servicios por ley (Madrid, Cataluña, Andalucía, País Vasco, Extremadura,
Navarra) y las que fueron obligadas por la Justicia a cubrir el
tratamiento por sentencia de tribunales superiores (Asturias, Galicia…)
ofrecían un tratamiento integral a la identidad de género, si bien
existen notables diferencias en los niveles y formas de asistencia. Con
el acuerdo publicado por el Sacyl y notificado a los centros de salud,
Castilla y León se suma voluntariamente a las CCAA que entienden que la
actual redacción de la ley de SS implica la atención íntegra de las
personas transexuales en igualdad con el resto de la población, aunque
no exista mención expresa en el catálogo general de servicios.
“Es un acuerdo que restaura una deuda de igualdad y de dignidad” señala Marina Sáenz, responsable del área trans de FT. “Un acuerdo que evitará el sufrimiento y ayudará a disminuir la marginación que sufrimos las personas transexuales en esta comunidad” en palabras de Lunara Santamaría, Coordinadora regional del área trans de Fundación Triángulo en Castilla y León.
En los términos del protocolo para la atención a la identidad de género, las personas trans de Castilla y León podrán solicitar atención médica a la identidad de género a sus médicos de cabecera, que les derivarán a los servicios de salud mental y endocrinología más cercanos, que actuarán asesorados por la unidad de referencia, o bien solicitar derivación voluntaria a la unidad de referencia establecida en Valladolid con el fin de recibir atención por especialistas en la materia.
La atención en salud mental se concibe no como un proceso de “diagnóstico de admisión” sino como un proceso de acompañamiento y refuerzo ante los retos sociales que afronta la persona trans en su manifestación de identidad. Aunque el protocolo menciona por referencia al CIE y DSM V el llamado “test de la vida real”, aclara que no es elemento del diagnóstico o criterio de elegibilidad y que no se puede exigir un itinerario único u obligado en la manifestación de identidad de género, siendo cada persona la que según sus circunstancias sociales y familiares elige la forma y los tiempos en los que expresa su identidad.
El protocolo, ampara además a los menores de edad sin exclusiones ofreciendo una vía específica de tratamiento para estos casos.
El protocolo compromete las operaciones “menores” de adaptación a la identidad de género manifestada en centro de proximidad ubicado en la comunidad y las cirugías de reasignación genital mediante derivación a centro de referencia en el que existan medios y experiencia en la materia, si bien, por fallo de última hora en la coordinación con el País vasco, aún queda por fijar que centro efectuará este tipo de operaciones, previsiblemente, la Unidad de género de Madrid.
“Queda por rematar el mecanismo de derivación a Madrid o a otra comunidad pero ya existe un compromiso firme de atención que acaba con la situación irregular que hemos vivido los últimos quince años, durante los que se comenzaba el tratamiento hormonal, se establecía la necesidad de la cirugía y se abandonaba al paciente a su suerte, lo que ha provocado que más del 70 % de las personas transexuales de esta comunidad terminaran abandonándola por la dificultad de integración social y la ausencia de tratamiento especializado” señala Marina Sáenz. “Confío en que esto funcione con normalidad y nos ayude a disminuir la discriminación, la transfobia y el sufrimiento personal que muchas sufrimos en carne propia” declara Lunara Santamaría.
En la actualidad existen unas 42 personas transexuales en los listados del SaCyL de las que aproximadamente siete son menores de edad, o adolescentes, siendo esta última categoría la que crece a ritmo vivo, pues la mejora de las situaciones sociales está haciendo que se manifiesten y se detecten a los menores trans con mayor facilidad y en edad cada vez más temprana.
“Es un acuerdo que restaura una deuda de igualdad y de dignidad” señala Marina Sáenz, responsable del área trans de FT. “Un acuerdo que evitará el sufrimiento y ayudará a disminuir la marginación que sufrimos las personas transexuales en esta comunidad” en palabras de Lunara Santamaría, Coordinadora regional del área trans de Fundación Triángulo en Castilla y León.
En los términos del protocolo para la atención a la identidad de género, las personas trans de Castilla y León podrán solicitar atención médica a la identidad de género a sus médicos de cabecera, que les derivarán a los servicios de salud mental y endocrinología más cercanos, que actuarán asesorados por la unidad de referencia, o bien solicitar derivación voluntaria a la unidad de referencia establecida en Valladolid con el fin de recibir atención por especialistas en la materia.
La atención en salud mental se concibe no como un proceso de “diagnóstico de admisión” sino como un proceso de acompañamiento y refuerzo ante los retos sociales que afronta la persona trans en su manifestación de identidad. Aunque el protocolo menciona por referencia al CIE y DSM V el llamado “test de la vida real”, aclara que no es elemento del diagnóstico o criterio de elegibilidad y que no se puede exigir un itinerario único u obligado en la manifestación de identidad de género, siendo cada persona la que según sus circunstancias sociales y familiares elige la forma y los tiempos en los que expresa su identidad.
El protocolo, ampara además a los menores de edad sin exclusiones ofreciendo una vía específica de tratamiento para estos casos.
El protocolo compromete las operaciones “menores” de adaptación a la identidad de género manifestada en centro de proximidad ubicado en la comunidad y las cirugías de reasignación genital mediante derivación a centro de referencia en el que existan medios y experiencia en la materia, si bien, por fallo de última hora en la coordinación con el País vasco, aún queda por fijar que centro efectuará este tipo de operaciones, previsiblemente, la Unidad de género de Madrid.
“Queda por rematar el mecanismo de derivación a Madrid o a otra comunidad pero ya existe un compromiso firme de atención que acaba con la situación irregular que hemos vivido los últimos quince años, durante los que se comenzaba el tratamiento hormonal, se establecía la necesidad de la cirugía y se abandonaba al paciente a su suerte, lo que ha provocado que más del 70 % de las personas transexuales de esta comunidad terminaran abandonándola por la dificultad de integración social y la ausencia de tratamiento especializado” señala Marina Sáenz. “Confío en que esto funcione con normalidad y nos ayude a disminuir la discriminación, la transfobia y el sufrimiento personal que muchas sufrimos en carne propia” declara Lunara Santamaría.
En la actualidad existen unas 42 personas transexuales en los listados del SaCyL de las que aproximadamente siete son menores de edad, o adolescentes, siendo esta última categoría la que crece a ritmo vivo, pues la mejora de las situaciones sociales está haciendo que se manifiesten y se detecten a los menores trans con mayor facilidad y en edad cada vez más temprana.
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