Xalapa, Ver.- Sonriente y con los ojos húmedos por la satisfacción,
Silvia Susana Jácome, una mujer transgénero, expresó: “Dejé de ser un
fantasma”, luego de un proceso que inició de forma personal desde 1999 y
que está a punto de concluir en prácticamente días, para recibir su
nueva acta de nacimiento que la acredita como mujer.
Lo que sigue es hacer los cambios en el resto de su documentación,
pues lo que pudiera ser fácil para cualquiera, al tramitar una
credencial del INE, un título de licenciatura, un pasaporte, para las
mujeres y hombres trans, se convierte en una cuestión compleja, al no
tener un acta de nacimiento con un nombre que coincida con su identidad.
Hace tres semanas Silvia Susana se convirtió en una más de las 500
personas que hasta la fecha han realizado el trámite de rectificación
del sexo en el acta de nacimiento, el cuál hasta el momento sólo se
puede llevar a cabo en el Distrito Federal, gracias a la reforma que se
aprobó para la capital del país y que sin mayor trámite les permite
asumir de manera definitiva la identidad con la que desean vivir.
Apenas esta semana regresó del Distrito Federal, después de hacer el
trámite que le permite dejar de ser una mujer indocumentada en su propio
país, pues sus documentos oficiales aún aparecen con el nombre que le
impusieron al nacer y el cual para nada coincide con su identidad ni con
el sexo con el que ella se identifica.
Así se acaban tantas historias que a cualquiera le parecerían “chuscas” y
que a ella le han sido tan difíciles y en algunos casos dolorosas, como
a cualquier otra persona en su postura que ha enfrentado su vida
cotidiana con su identificación sexogenérica frenada por el nombre y la
fotografía de sus documentos oficiales.
“Ir a votar es difícil” dijo, pues al llegar a la casilla presentas
una credencial para votar en donde apareces en una foto con una imagen y
con un nombre que no coincide con la persona que eres en realidad y los
funcionarios de casilla observan y juzgan.
Esta situación también la enfrentan quienes con toda la educación y la
preparación para el trabajo llegan a buscar una vacante y se les niega,
pues se les discrimina porque su imagen no coincide con la identidad
oficial.
A unos días de que Silvia Susana reciba su acta de nacimiento oficial,
en donde su nombre es femenino y en el cuadro de sexo va escrita la
palabra “mujer”, ella misma recomienda a otras personas que antes de
iniciar el trámite vivan al menos un año y medio, de tiempo completo,
con la imagen con la que se identifican, para tener la seguridad de que
esto es lo que se quiere hacer.
La segunda fue la vencida
Silvia Susana intentó por primera vez el cambio de sexo en su
documentación oficial desde el 2012, sin embargo en ese momento la
disposición oficial exigía que se realizara tres peritajes, uno de ellos
psicológico y otro médico, con exámenes para conocer incluso su nivel
hormonal y acreditar que había llegado a cumplir con trámites civiles
como divorcios y otros.
Al iniciar ese trámite se encontró que además de costoso, era
complejo, pues requería mucho dinero para exámenes y vueltas a los
archivos del registro civil, pagos de derechos, visitas y cuestiones que
le dificultaban a cualquiera realizar este cambio de sexo en el acta de
nacimiento, al grado de que sólo 120 personas, originarias de todo el
país, pudieran hacer el trámite en la ciudad de México, único lugar en
la república donde se permite.
Sin embargo hace tres semanas se publicó una reforma, que simplificaba
los trámites y que permitía a su vez hacerlos de forma más rápida, por
lo cual en un segundo intento lo logró de manera casi inmediata y ahora
tiene una preacta en sus manos, quedando pendiente en los próximos días
de recibir su nueva acta oficial.
Para el momento en el que ella realizó el trámite –esta semana- ya se
contaban alrededor de 500 personas que lo habían iniciado también y
estaban a la espera de recibir el documento oficial que les permitía,
como a ella, dejar de ser fantasmas u hombres y mujeres indocumentadas
en su propio país.
Fuente: AVC/cna
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