El doctor Juan José Cabrera, docente de Farmacología en la Universidad de El Salvador, y la doctora Luz de María Parada ganaron una mención honorífica al concursar en el Premio Nacional de Medicina Doctor Edmundo Vásquez 2010. Ambos participaron con una tesis elaborada en el Máster en Servicios Integrales de Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad de El Salvador.
El premio fue concedido el pasado agosto por el informe: "Prácticas de feminización y sus manifestaciones en la salud en transgénero de la zona metropolitana de San Salvador", elaborado entre noviembre y febrero de 2009.
Según el informe un transgénero es quien vive bajo otro género, pero no busca una cirugía de reasignación de sexo porque no quiere o porque no tiene acceso a ella. Por ello usan tratamientos como la hormonización.
Existen tres hormonas principales: las de la mujer son el estrógeno y los progestágenos. Éstas se producen a la mitad del ciclo menstrual para preparar el cuerpo para la gestación. La hormona masculina es la testosterona.
Los productos con hormonas han sido creados clínicamente para preparar el cuerpo, como pastillas anticonceptivas.
Los transgénero los consumen en cantidades enormes y esto les produce no solo efectos secundarios, sino también intoxicación, dolor de cabeza extremo (migrañas), problemas visuales, hipertensión y dolor abdominal.
En El Salvador no existe un tratamiento médico por lo que recurren a prácticas que ponen en riesgo su salud, con el fin de satisfacer su necesidad de identidad.
Los doctores investigaron mediante entrevistas a una muestra de esta población para conocer los métodos de feminización: "Cuando estábamos formulando el proyecto también se conocieron otras prácticas que los transgénero ejercían, (aunque) dijeron que no pero también se inyectaron, algunas personas se mutilan, se pueden hacer cualquier otra cosa, por eso nuestro proyecto salió del tema y ya no era solo la práctica hormonal, sino también otras prácticas para feminizarse", explicó Cabrera.
Durante la investigación encontraron más de 160 metodologías de aplicarse los hormonales, que después se agruparon en 20, entre las 81 personas entrevistadas.
"La característica de la población que se hormona es que consume grandes cantidades de hormonas y se detiene durante un tiempo para superar los síntomas que le provoca el fuerte consumo.
Hay algunas que se toman una pastilla cada día, había otras que se tomaban una caja en una sola toma, o a la semana, etc.", detalló el doctor Cabrera.
Sin embargo, no todos los procesos tuvieron efectos feminizantes. Como se explica en la investigación, los progestágenos, si solo se usa esta hormona, pueden producir dentro del cuerpo testosterona, lo que provoca una masculinización en lugar de una feminización.
En El Salvador, no hay transexuales (aquellos que han logrado su cambio de sexo). Cabrera expone: "No hay nadie que tenga acceso a la parte operativa de los genitales para decir que ya ha transferido al otro sexo. Y un 20 por ciento lo denominamos transgénero travesti que eran más que todo cuando iban a visitar a sus familias a los pueblos, cuando van a la tienda o cuando van a un lugar concurrido público se visten como hombres".
Este grupo, con el objetivo de tener un aspecto femenino, también utiliza aceite mineral para agrandar los senos (las mamas) y potenciar el volumen de las caderas. Este aceite lo compran en cualquier farmacia y su uso es para preparar medicinas y cocinar.
Algunas personas han tenido reacciones alérgicas y dolores.
"Fueron una de cada tres las personas que lo usaron, hubo algunas que se ponían hasta un litro en una sesión en varias inyecciones alrededor de la mama, es sorprendente la forma valiente en que se lo ponen. Es una etnopráctica, práctica no médica, solo dos de ellas se lo ponen en las caderas para resaltarlas", expresó el médico.
Uno de los objetivos principales de la investigación es dar a conocer que la población no ha tenido acceso a los servicios de salud y que incluso ha sido discriminada por parte médicos que las echaban de la consulta.
El doctor Cabrera espera que el haber ganado el premio implique un cambio en las políticas de salud y que "el ministerio retome el estudio y vea la necesidad de la atención de esa población".
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