martes, 8 de mayo de 2012

Mujer transexual gana lucha para vestir ropa de mujer en una cárcel de Costa Rica.

D. Ávila Ulloa nació hombre, pero desde muy temprana edad se sintió mujer.

Es más, lo sintió con tanta intensidad que optó por cambiar su nombre a Sherlyn Tatiana, y vestir ropa femenina con joyas y maquillaje.

Si sus papás no pudieron cambiar esta orientación, mucho menos lo iban a lograr los custodios del centro penitenciario La Reforma, donde Ávila ingresó en marzo del 2011 por el delito de tráfico de drogas.

Sin embargo, según relata el presidiario, de 22 años, cuando intentó asistir a clases para terminar sétimo año, los funcionarios le negaron la salida del módulo.

“Me decían que si quería salir a la escuela, tenía que vestir como hombre y me devolvían. Algunas veces por las ganas de estudiar, me transformaba”, lamentó el transexual, oriundo de Siquirres, Limón.

“La discriminación en La Reforma fue muy fuerte: no lo ven a uno como hombre ni mujer, sino como un animal”, aseguró Ávila.

Esta situación le motivó a interponer un recurso de amparo ante la Sala Constitucional en agosto, el cual los magistrados declararon con lugar el 30 de marzo del 2012.

Además, el voto le ordena a la directora del centro penitenciario tomar medidas para que Ávila pueda vestir “como mujer o de la forma en que él considere, siempre y cuando tal vestimenta no sea evidentemente escandalosa o se demuestre mediante acto motivado que con ello alteró el orden o la seguridad del centro penal”.

La oficina de prensa del Ministerio de Justicia y Paz indicó que las autoridades de La Reforma no se referirían al tema puesto que aún no han recibido la notificación, y por respeto al reo.

Otra realidad. Desde octubre, Ávila obtuvo un traslado a la cárcel de San Rafael, a unos dos kilómetros de La Reforma. Según indica, allí se topó con más apertura hacia su orientación sexual y vestimenta.

Para la entrevista con La Nación, incluso utilizaba jeans tallados, una blusa estampada, botas negras, una cartera café y el pelo –con high lights rubios– recogido a la mitad.

Pese a ello, celebró la resolución y aseguró que “es un orgullo porque queda como antecedente para otras personas que están en la misma condición”. De hecho, aseguró que en La Reforma había otros tres travestis y en San Rafael son cinco.

El presidente del Movimiento Diversidad, Marco Castillo, expresó su satisfacción con la resolución de los magistrados.

“Es un pequeño paso en el reconocimiento social a los derechos de la diversidad sexual. El hecho de que se le permita a una persona vestir como se sienta mejor, es un derecho humano que se había estado violando en los centros penitenciarios”, aseguró Castillo.

Hoy, Ávila trabaja en las oficinas de la cárcel, participa en reuniones de Narcóticos Ánónimos, estudia y es cantante en el grupo musical del centro penal de San Rafael, que se llama Expresión.

Dentro de seis meses, espera obtener libertad condicional para continuar con sus estudios en belleza y estética. Además, aspira a ser cantante en su propia grupo.



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