Así de contundente se explicó ayer Maribel Ibáñez, la primera transexual castellonense en cambiar su DNI, ya en el año 2007, ante el medio centenar de alumnos de la Universitat Jaume I, en la charla que ofreció ayer en el vestíbulo de la facultad de Humanidades, dentro de los actos de celebración del Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia.
“La sociedad tiene que cambiar, que entienda a los transexuales. Seguimos viviendo como podemos. Hasta ahora hemos recibido muchas veces agresiones, patadas, etc. Yo misma --explicaba a su auditorio--, cuando estaba recién operada, fui agredida, recibí patadas y solo pensaba en no caer al suelo y sobre todo, que mis hijos no pudieran ver la escena desde la ventana”, recordaba Ibáñez.
“En Castellón somos varias las que estamos en esta situación, pero yo doy la cara, porque la sociedad tiene que avanzar conforme convives con ella y si no salimos, no nos conoce”, señaló.
Maribel hizo un repaso del trabajo que le costó llevar a cabo su transformismo, poniéndose como ejemplo de los pasos que debe realizar una persona que quiera y necesite el cambio de sexo, porque “la prueba de la transexualidad es muy importante, ya que determina si la persona tiene solo adoración por lo femenino, como ocurre en la adolescencia en que gusta vestirse de mujer, o bien es transexual”.
La última etapa que se pasa, explicó Maribel Ibáñez a los alumnos, es la visita al endocrino, quien medica al paciente con un tratamiento. “Es fundamental que se lleve a cabo un estricto control médico y se siga al pie de la letra. Yo me lo salté y me hice daño en el hígado y riñones”, relató. Asimismo, instó a “no jugar” con la silicona, ya que “el tema de las prótesis es muy complicado y el sistema de la silicona líquida te deforma”, matizó Maribel Ibáñez, quien concluyó: “Una cosa es el género al nacer y otra, el sexo. Eso está aún por ver”.
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