Pero su voz seguía delatándola. Cuando hablaba por teléfono las personas le decían señor.
Por eso Hatch acudió a la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro (UNCG por sus siglas en inglés), donde varios especialistas en la voz le enseñan a las personas transgénero la forma de hablar como las personas del sexo en el que se han transformado o se están transformando.
"Para mí no hay nada peor que ver a alguien vestido como mujer, una mujer hermosa y que al abrir su boca suene como un marinero, es muy desalentador para la gente", dijo Hatch, de 57 años.
Hatch, ex quiropráctico de Florida, tomó clases privadas en la universidad, donde aprendió a proyectar su voz desde el frente de su boca, en vez de su garganta o su pecho, para sonar más femenina.
"La voz es, digamos, el 50% del cambio", dijo Hatch.
Cada semestre, especialistas del habla de la Escuela de Salud y Comportamiento Humano de la UNCG enseñan a unos ocho transexuales formas para mejorar su voz en un programa que comenzó hace 12 años, dijo Dean Celia Hooper, que impartió las clases de voz para transgénero durante cinco años hasta que se convirtió en decana en 2008.
Las clases para transgéneros, o personas que desean vivir como el sexo opuesto al de su nacimiento ya sea adoptando sus atuendos y comportamientos o con tratamientos y cirugías, son una pequeña parte de los trabajos que realiza el centro del habla y la audición de la UNCG. Las clases se concentran mucho en el tono, pero los clientes también aprenden sobre el volumen, la calidad de la voz y el movimiento, especialmente facial y los gestos.
Las mujeres usan más adjetivos y gesticulan más con las manos, además de que usan más su rostro para expresar sus sentimientos, dijo Hooper. Por eso en una de las actividades de las clases los alumnos describen piezas de arte.
"Las mujeres dicen 'Esa es una foto hermosa, hay un río caudaloso...' y realmente hablan mucho al describir", dijo Hooper. "Los hombres sólo dicen 'hay una casa y un coche', pero las mujeres agregan 'es una casa que se ve fabulosa'''.
Otro de los aspectos que se revisan es el movimiento del cuerpo. Por ejemplo las diferencias dependiendo de lo que los estudiantes llevan puesto.
"Algo que les decimos es que si nunca han usado tacones, quizá a los 40 y a los 50 años no es un buen momento para comenzar", dijo Hooper. "También se pueden comprar zapatos lindos sin tacones, ¿así que para qué complicarse la vida haciendo eso? , especialmente si eres grande, o un poco gordito, y tienes huesos igualmente grandes, los tacones no son para ti".
Hatch dijo que su vida como gay, pues vivió como homosexual durante 10 años, le hizo necesitar ayuda únicamente con el tono de su voz. Así que sus lecciones se concentraron en pasar de su voz neutral a una más femenina.
"Es mi voz natural, pero estoy empleando una mecánica diferente", dijo Hatch. "Es quizá una de las cosas más difíciles de hacer pues es muy fácil regresar al hábito que uno tenía al hablar".
Aunque nadie sabe cuántas personas son transgéneras, los expertos estiman que podrían ser entre un 0,25% y 1% de la población, dijo Mara Keisling, directora ejecutiva del Centro Nacional para la Igualdad de los Transgéneros.
No todas las personas transgéneras se realizan cirugías para cambiar de sexo y algunas pueden vivir como su sexo adoptado todo el tiempo o temporalmente. Algunos no tienen dinero para las cirugías y otros temen las implicaciones sociales de cambiar de sexo. Son diferentes de los travestis, que disfrutan usar la ropa del sexo opuesto, pero no quieren cambiar de sexo.
Otras instituciones como la Universidad George Washington y el College of Saint Rose en Albany, Nueva York, ofrecen programas similares.
Los estudiantes de la UNCG asisten a una clase de dos horas cada semana durante un semestre y algunos toman sus clases un segundo semestre.
La voz es un problema más grave para los hombres que se convierten en mujeres que para las mujeres que se convierten en hombres, pues la testosterona hace que su voz se haga más grave de forma natural.
Los especialistas del habla evalúan la voz de cada persona para determinar qué tan alto o que tan grave pueden llegar y les ofrecen varios tonos para que traten de igualarlos.
"Revisamos la voz, la fluidez, revisamos el lenguaje que usan, todas las características diferentes del habla", dijo Hooper. "Y les decimos esto es lo que hacen las mujeres, eso es lo que hacen los hombres (...) Es algo muy subjetivo. Así que hablamos de eso, les preguntamos cómo quieren sonar", agregó.
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