Ayer se cumplió un mes del brutal asesinato de Johana, mujer transexual, estilista de 36 años, y Débora Correa, ayudante de albañilería de 45, dos transexuales que fueron masacradas a golpes el 22 de octubre en el barrio Abdón Calderón de Machala.
Diario Opinión-. Reclamar el esclarecimiento los crímenes y levantar una vez más la voz contra la intolerancia y el odio a las personas con una opción sexual diferente fueron los objetivos de la movilización protagonizada la mañana de ayer en la capital orense, que culminó con un plantón frente a las dependencias de la Fiscalía.
La marcha congregó a miembros de la Red Trans de El Oro, que agrupa a travestis, transgéneros y transexuales (TTT), la asociación que agrupa a las trabajadores sexuales, el Movimiento de Mujeres (MMO), el colectivo Diverso Ecuador de Guayaquil y familiares de las personas asesinadas.
Los manifestantes, ataviados con atuendos de color rosado, recorrieron las calles enarbolando sendos retratos de Johana y Débora, profiriendo consignas y portando pancartas con leyendas alusivas a sus reivindicaciones.
“Derechos sí, transfobia no”, coreaban acompasadamente, mientras otros tocaban pitos para llamar la atención de la ciudadanía. “Basta ya a los crímenes de odio”. “Ser trans no mata, la transfobia sí”, rezaban los textos de dos carteles.
Las proclamas arreciaron al llegar a las instalaciones del ministerio público, a cuyo titular los dirigentes de las agrupaciones encabezados por la coordinadora de la Red Trans, Karen Paz, entregaron un manifiesto.
“El pasado miércoles ya protagonizamos una plantonera similar frente a la fiscalía general en Quito. El fiscal subrogante se comprometió a tomar cartas en el asunto para que los crímenes no queden en la impunidad”, manifestó Paz.
En los primeros 6 meses de 2010, fueron documentados en el mundo 93 casos de asesinatos de personas trans, uno cada dos días. En los dos últimos años y medio, sumaron 426. Más de 70 países persiguen aún a los homosexuales y ocho los condenan a muerte.
En sucesivas ocasiones, la Red Trans ha denunciado públicamente la marginación psicológica y social a la que se somete en El Oro a las personas por su condición sexual, que deriva en no pocas ocasiones en hechos de violencia, agresiones y maltrato.
La discriminación - social e incluso familiar-, la exclusión y la homofobia son sin duda los principales problemas que debe enfrentar la población GLBT (gay, lesbiana, bisexual y transgénero), aunque sus derechos se encuentran reconocidos por las leyes.
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