domingo, 21 de noviembre de 2010

Comunidad transgénero de Los Angeles hace un acto de reflexión


Hasta que pudo aceptar su secreto, es que comenzó a vivir. Lo que desconocía Betty Jiménez ahora de 52 y seropositiva, era que lo más difícil apenas comenzaba.

Jiménez, de origen salvadoreño, relata que una vez que "salió del closet", el rechazo no fue de su familia sino de la sociedad.

"Pasé por muchas agresiones", relata. "Hombres que me golpeaban, me humillaban o amenazaban y comencé a pensar que eso era normal en personas como yo".

La constante violencia, la incomprensión social y la inestabilidad emocional, la llevaron a cometer errores que ahora dice, "son parte del aprendizaje cuando no sabes qué hacer con todo lo que sientes".

Luego de ser diagnosticada con VIH en 1984, su vida fue otra. Aunque vivió un tormento por la noticia, encontró a Bienestar, una organización no lucrativa en donde encontró, asegura Jiménez, todo lo que necesitaba: educación, terapia y respeto por sí misma.

Ella, junto con casi un centenar, celebraron ayer el Día de la Recordación a la Comunidad Transgénero, en un auditorio de la ciudad de West Hollywood.

"Es un día especial en donde analizamos de qué manera hemos avanzado en la defensa de nuestros derechos", explica Karla Ferreira, manejadora de casos en Bienestar e integrante de la Junta Consultiva para Transgéneros, una organización creada el año pasado por el ayuntamiento de West Hollywood.

Ferreira dijo también, que esa celebración de ayer, es para mostrar cómo las comunidades latina, asiática, afroamericana, anglo, se han unido — a través de la junta consultiva — para enfrentar unidas los problemas de la comunidad LGBT.

El alcalde de la ciudad de West Hollywood, John Heilman, así como el teniente Buhrmester del Departamento de Policía de Los Ángeles, de la división Rampart, manifestaron su apoyo.

"Tenemos la esperanza de lograr el total reconocimiento de nuestros derechos, pero necesitamos seguir unidos", expresó el alcalde.

El teniente Buhrmester, habló del apoyo que el LAPD ha dado a las comunidad transgénero, sobre todo en la atención de casos de violencia u homicidios, como fue el caso de la joven Paulina Ibarra, quien fue asesinada el año pasado y hace unos meses se detuvo a su presunto homicida, gracias a la pronta intervención de las autoridades y la ayuda de varios testigos.

Ferreira dijo que aunque la discriminación a las personas transgénero es general, en la comunidad latina se enfatiza más.

"Uno de los problemas más grandes es la falta de empleo", citó. "Nos tienen encasilladas para ciertos empleos pero ahora estamos más preparadas como profesionales".

Leslie Monroy, también de Bienestar, invitó a los asistes a unirse para trabajar juntos, eliminar el odio y encontrar justicia.

"Basta de tantas muertes. Exigimos justicia y respeto", expresó la joven.

Ferreira explicó que la petición de justicia y respeto, no se refiere solamente a los casos de violencia, sino también de derechos, tan simples como el acceso a los baños públicos de mujeres o hombres.

La comunidad transgénero, asegura Ferreira, vive una discriminación triple, sobre todo cuando es indocumentada.

"El idioma, ser inmigrantes y por no tener documentos", expresó.

Por su parte Jiménez, cocinera en un restaurante tailandés, dice que ahora que conoce sus derechos y que hay más apoyo de instituciones no lucrativas y públicas se siente protegida.

"Una aprende de sus errores", comentó. "Pero hasta ahora, que liberé todos mis temores, que me ‘hormonicé’ para ser la mujer que siempre sentí que era, me siento libre y feliz".



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