El Grupo Culebras presenta "Por las trabas de la vida" los viernes
en Cocina de Culturas. La obra es protagonizada por actrices transgénero
que en la vida real han construido su propia identidad.
Por Beatriz Molinari
Por Beatriz Molinari
"Para
el teatro comercial, somos ‘independientes' y para los independientes,
demasiado ‘comerciales", dice divertido Damián Sarfatti, director del
Grupo Culebras. A cuatro años del debut con la obra Del Latin Mulier, lidera un proyecto en el que el equipo asume varios riesgos. La obra Por las trabas de la vida, es un hecho artístico, un espacio de contención y una herramienta que libera, por empatía, a través de los personajes.
"Cuando nos conformamos como grupo decidimos combinar el humor, el music hall y el sketch. Comenzamos con Del Latin Mulier, que llegó hasta las cárceles. Después nació la idea de encarar un proyecto totalmente diferente. Decidimos con nuestra productora trabajar desde abajo del escenario", dice Damián que se encontró fortuitamente con historias de la comunidad transgénero.
"Me conecté con esta realidad y empecé a conocer qué hay detrás de esa vida. En un acto de reconocimiento a la comunidad trans trabajé como artista. Escuché historias por boca de las personas homenajeadas, con un contenido tan fuerte que me movilizaron. El prejuicio viene del desconocimiento. Lo que no conocemos da miedo y rechazo. Me interioricé y a solas, comencé a escribir Por las trabas de la vida", comenta Damián. El grupo participa de la charla en un alto del ensayo en Cocina de Culturas donde se presentan los viernes.
Si De Latin Mulier tomaba distintas facetas de la mujer, con humor, acá la protagonista es la mujer que elige ser mujer. No es redundancia ni juego de palabras.
"A partir de esa decisión el camino es muy difícil, duro. No es decir ‘hoy voy a ser otra persona'. Es una construcción día a día. Está primero el ser interior, poder encontrarse, y a partir de ahí explorar ese mundo y comenzar a construirse en relación a la familia y la sociedad que muchas veces está en contra de esto. Hoy vivimos una revolución de derechos, resultado del trabajo de muchas personas en el campo de los derechos humanos", dice el director.
Para el grupo, más allá de que existen los derechos, las personas tienen que hacer propia la ley. "La obra conmueve a la gente por el lado del corazón, y no porque hay una ley. La historia es la excusa para que el público espíe por la mirilla una realidad", dicen.
Una vez que comenzaron el proceso de búsqueda de los personajes, la tarea creció en dificultad. Podrían haber elegido actores transformistas para los papeles pero les pareció que la historia debía ser contada por las chicas trans. Veían otro problema: posiblemente no eran actrices. Antes del casting fueron a todas partes a buscarlas.
"Fuimos a las calles, al lugar de trabajo, porque es una realidad que trabajan en la prostitución; también nos conectamos con referentes sociales que tienen vínculos directos con ellas. Al casting se presentaron 70 chicas. Fuimos haciendo el seguimiento hasta que elegimos el grupo. Lo más emocionante fue la reacción cuando vieron que la obra reflejaba su vida".
El criterio era claro: tenían que responder a las características de los personajes que Sarfatti ya había escrito. Después, entrenaron un año y medio hasta ver nacer a Ana Laura, Trixi y Petunia en escena. "Hoy son actrices por las horas de trabajo y compromiso", comenta el director.
No son todas iguales
Por las trabas de la vida muestra diferentes características dentro del colectivo. La protagonista es Kitty Quispe, en el rol de Ana Laura, una chica trans de alrededor de 50 años que hace 30 que se fue de Santa Fe y dejó la familia para asumir su nueva identidad. La prostitución fue el medio de vida hasta que en la adultez, con mucho sacrificio, se dedicó a la costura y compró la pensión donde alberga a chicas trans. Quiere superarse. La contracara es su amiga Trixi (Trixi Bawer), una trans mayor (de 55 a 60) que ha tenido una vida muy difícil, con excesos de alcohol y drogas. Por la edad, el trabajo en la calle no le reditúa. Ana Laura la contiene y le da trabajo. Muestra también el aspecto divertido de las trans, una característica de la comunidad. "Históricamente, ha habido mucho dolor, que trataron de salvar con alegría", apunta Damián.
Petunia (Carolina Espíndola) es la más joven. Vive otra realidad. Las otras, por vestirse de mujer, iban a parar a la cárcel. "Ocurrió, según la investigación que hicimos, hasta 1992. Conocieron los calabozos y la persecución. Como mujer, sólo podían vivir de noche".
Kitty cuenta que se presentó al casting porque le gusta la actuación y para demostrar que las chicas transgénero no sólo están para la burla o la parada en una esquina. "Nosotras estamos aprendiendo día a día gracias a la generosidad de Damián que nos eligió. Lo que me gustó es que la obra llevó mucho tiempo de trabajo. Está hecha con respeto. No todas las chicas trans tenemos el mismo estilo de vida. Hay similitudes pero como ocurre con hombres y mujeres, no todas hemos tenido la misma suerte en la vida".
"Estoy todavía shockeada", dice Carolina Espíndola, Petunia en la ficción. "El personaje es mi vida: trabajo en la calle y estoy enamorada de mi cliente. Soy además una persona generosa y me acepto tal cual soy".
En tanto Trixi, no pensó que quedaría porque hay muchas chicas lindas. "Yo ya había dejado la calle pero esto además me ayuda a no pensar en eso y buscar otro camino", dice la más pícara de todas.
Acompañan a las actrices trans, Teté Turquie como la madre de Ana Laura en la ficción y Carla Dogliani, en el rol de la amiga lesbiana. Para Teté, la obra es un aprendizaje porque conoció cosas que no imaginaba, quizás porque pertenece a otra generación. "Ahora tengo la mente abierta porque veo la realidad. Trabajar con ellas me cambió la vida. Yo también me siento importante". En tanto Carla, uno de los motores del grupo, insiste en la reacción del público cuando conoce el tema por la mirilla del teatro.
En la charla, coinciden en que, en la sociedad 'hay de todo'.
"Hoy gracias a Dios la gente tiene una apertura mental y del corazón, ayudan las nuevas generaciones y la difusión en los medios. Todas hemos sufrido discriminación, en cualquier rango social. La sociedad poco a poco está cambiando".
Qué es una transgénero, preguntamos. Dice Kitty: "Nacimos con unos genitales pero nunca sentimos ni vivimos de acuerdo a eso. Sentimos lo opuesto. Nosotras nos hemos sentido siempre mujer. El nuevo DNI nos ayuda, alivia tener el documento de acuerdo a la construcción de género".
Por las trabas de la vida
Comedia dramática
Guión y dirección: Damián Sarfatti. Con Kitty Quispe, Trixi Bawer, Carolina Espindola, Tete Turquie y Dogliani Carla. Musicalización: Guadalupe Sueldo. Viernes: a las 21 en Cocina de Culturas. Bono: $40. Gratis para personas trans.
"Cuando nos conformamos como grupo decidimos combinar el humor, el music hall y el sketch. Comenzamos con Del Latin Mulier, que llegó hasta las cárceles. Después nació la idea de encarar un proyecto totalmente diferente. Decidimos con nuestra productora trabajar desde abajo del escenario", dice Damián que se encontró fortuitamente con historias de la comunidad transgénero.
"Me conecté con esta realidad y empecé a conocer qué hay detrás de esa vida. En un acto de reconocimiento a la comunidad trans trabajé como artista. Escuché historias por boca de las personas homenajeadas, con un contenido tan fuerte que me movilizaron. El prejuicio viene del desconocimiento. Lo que no conocemos da miedo y rechazo. Me interioricé y a solas, comencé a escribir Por las trabas de la vida", comenta Damián. El grupo participa de la charla en un alto del ensayo en Cocina de Culturas donde se presentan los viernes.
Si De Latin Mulier tomaba distintas facetas de la mujer, con humor, acá la protagonista es la mujer que elige ser mujer. No es redundancia ni juego de palabras.
"A partir de esa decisión el camino es muy difícil, duro. No es decir ‘hoy voy a ser otra persona'. Es una construcción día a día. Está primero el ser interior, poder encontrarse, y a partir de ahí explorar ese mundo y comenzar a construirse en relación a la familia y la sociedad que muchas veces está en contra de esto. Hoy vivimos una revolución de derechos, resultado del trabajo de muchas personas en el campo de los derechos humanos", dice el director.
Para el grupo, más allá de que existen los derechos, las personas tienen que hacer propia la ley. "La obra conmueve a la gente por el lado del corazón, y no porque hay una ley. La historia es la excusa para que el público espíe por la mirilla una realidad", dicen.
Una vez que comenzaron el proceso de búsqueda de los personajes, la tarea creció en dificultad. Podrían haber elegido actores transformistas para los papeles pero les pareció que la historia debía ser contada por las chicas trans. Veían otro problema: posiblemente no eran actrices. Antes del casting fueron a todas partes a buscarlas.
"Fuimos a las calles, al lugar de trabajo, porque es una realidad que trabajan en la prostitución; también nos conectamos con referentes sociales que tienen vínculos directos con ellas. Al casting se presentaron 70 chicas. Fuimos haciendo el seguimiento hasta que elegimos el grupo. Lo más emocionante fue la reacción cuando vieron que la obra reflejaba su vida".
El criterio era claro: tenían que responder a las características de los personajes que Sarfatti ya había escrito. Después, entrenaron un año y medio hasta ver nacer a Ana Laura, Trixi y Petunia en escena. "Hoy son actrices por las horas de trabajo y compromiso", comenta el director.
No son todas iguales
Por las trabas de la vida muestra diferentes características dentro del colectivo. La protagonista es Kitty Quispe, en el rol de Ana Laura, una chica trans de alrededor de 50 años que hace 30 que se fue de Santa Fe y dejó la familia para asumir su nueva identidad. La prostitución fue el medio de vida hasta que en la adultez, con mucho sacrificio, se dedicó a la costura y compró la pensión donde alberga a chicas trans. Quiere superarse. La contracara es su amiga Trixi (Trixi Bawer), una trans mayor (de 55 a 60) que ha tenido una vida muy difícil, con excesos de alcohol y drogas. Por la edad, el trabajo en la calle no le reditúa. Ana Laura la contiene y le da trabajo. Muestra también el aspecto divertido de las trans, una característica de la comunidad. "Históricamente, ha habido mucho dolor, que trataron de salvar con alegría", apunta Damián.
Petunia (Carolina Espíndola) es la más joven. Vive otra realidad. Las otras, por vestirse de mujer, iban a parar a la cárcel. "Ocurrió, según la investigación que hicimos, hasta 1992. Conocieron los calabozos y la persecución. Como mujer, sólo podían vivir de noche".
Kitty cuenta que se presentó al casting porque le gusta la actuación y para demostrar que las chicas transgénero no sólo están para la burla o la parada en una esquina. "Nosotras estamos aprendiendo día a día gracias a la generosidad de Damián que nos eligió. Lo que me gustó es que la obra llevó mucho tiempo de trabajo. Está hecha con respeto. No todas las chicas trans tenemos el mismo estilo de vida. Hay similitudes pero como ocurre con hombres y mujeres, no todas hemos tenido la misma suerte en la vida".
"Estoy todavía shockeada", dice Carolina Espíndola, Petunia en la ficción. "El personaje es mi vida: trabajo en la calle y estoy enamorada de mi cliente. Soy además una persona generosa y me acepto tal cual soy".
En tanto Trixi, no pensó que quedaría porque hay muchas chicas lindas. "Yo ya había dejado la calle pero esto además me ayuda a no pensar en eso y buscar otro camino", dice la más pícara de todas.
Acompañan a las actrices trans, Teté Turquie como la madre de Ana Laura en la ficción y Carla Dogliani, en el rol de la amiga lesbiana. Para Teté, la obra es un aprendizaje porque conoció cosas que no imaginaba, quizás porque pertenece a otra generación. "Ahora tengo la mente abierta porque veo la realidad. Trabajar con ellas me cambió la vida. Yo también me siento importante". En tanto Carla, uno de los motores del grupo, insiste en la reacción del público cuando conoce el tema por la mirilla del teatro.
En la charla, coinciden en que, en la sociedad 'hay de todo'.
"Hoy gracias a Dios la gente tiene una apertura mental y del corazón, ayudan las nuevas generaciones y la difusión en los medios. Todas hemos sufrido discriminación, en cualquier rango social. La sociedad poco a poco está cambiando".
Qué es una transgénero, preguntamos. Dice Kitty: "Nacimos con unos genitales pero nunca sentimos ni vivimos de acuerdo a eso. Sentimos lo opuesto. Nosotras nos hemos sentido siempre mujer. El nuevo DNI nos ayuda, alivia tener el documento de acuerdo a la construcción de género".
Por las trabas de la vida
Comedia dramática
Guión y dirección: Damián Sarfatti. Con Kitty Quispe, Trixi Bawer, Carolina Espindola, Tete Turquie y Dogliani Carla. Musicalización: Guadalupe Sueldo. Viernes: a las 21 en Cocina de Culturas. Bono: $40. Gratis para personas trans.
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