Andalucía tiene motivos para sentirse orgullosa. La Ley Integral de Transexualidad de la Comunidad Autónoma entró en vigor este 19 de julio, un día después de su publicación en el BOJA.
La Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), celebra este avance social, que ha costado más de cinco años de negociaciones con partidos políticos, y anuncios de huelga de hambre. Ahora pide a la Junta de Andalucía celeridad para su aplicación.
“Para que su aplicación se haga efectiva, instamos al Gobierno Andaluz a que el desarrollo de reglamentos, procedimientos y protocolos se realice a la mayor brevedad posible, para que no quede simplemente en una declaración de buenas intenciones, o una operación de marketing, consistente en vender avances que en realidad no se ponen en práctica”, solicita ATA en un comunicado.
La “Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía” fue aprobada en el Parlamento Andaluz el pasado 25 de junio.
Así lo explica la asociación andaluza:
“La ley Andaluza, es una Ley pionera en la despatologización de la transexualidad y en el reconocimiento de la libre autodeterminación del género como derecho humano. Ambas cuestiones la hacen una de las leyes más avanzadas de España, Europa y también a nivel mundial, en lo que se refiere al reconocimiento de derechos de las personas transexuales y por ser una herramienta contra la discriminación por identidad de género.
¿Por qué decimos que despatologiza la transexualidad? Porque reconoce la transexualidad como una expresión de la diversidad humana y no como una “enfermedad” o “trastorno de la identidad”, esto significa que las personas transexuales dejarán de ser objeto de evaluaciones o diagnósticos psicológicos obligatorios para acceder a los tratamientos médicos o quirúrgicos. Será reconocida la identidad de género libremente determinada”.
“Recibir una atención integral y adecuada a nuestras necesidades sociales, sanitarias, jurídicas, laborales y educativas, entre otras, en igualdad efectiva de condiciones y sin discriminación con el resto de la ciudadanía, es una de las garantías para alcanzar la igualdad”, declara Mar Cambrollé, presidenta de ATA-Sylvia Rivera. “Cuando un colectivo es invisibilizado, no existe, no tiene derechos ni puede luchar por ellos. Al no dar voz a un colectivo, no existen modelos reales de ese grupo y puedes imponer el tuyo", añade.
“ATA, considera una cuestión urgente desarrollar el procedimiento de atención sanitaria, para que dicha atención sea como dice la Ley, en igualdad de condiciones y en centros de proximidad, evitando así la segregación que nos estigmatiza y discrimina, y anulando las evaluaciones o diagnósticos psicológicos obligatorios. Pero sobre todo, lo que desde ATA entendemos que es imprescindible es, apartar de la atención a personas transexuales, a los profesionales que hasta ahora han sido perpetradores de una praxis inhumana y patologizante que, durante años, nos han tratado como enfermas y enfermos mentales, vejándonos, humillándonos y atentando contra nuestro honor, nuestra intimidad y despojándonos de forma sistemática de lo mas importante en la vida de cualquier persona; nuestra dignidad”, explican.
La Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), celebra este avance social, que ha costado más de cinco años de negociaciones con partidos políticos, y anuncios de huelga de hambre. Ahora pide a la Junta de Andalucía celeridad para su aplicación.
“Para que su aplicación se haga efectiva, instamos al Gobierno Andaluz a que el desarrollo de reglamentos, procedimientos y protocolos se realice a la mayor brevedad posible, para que no quede simplemente en una declaración de buenas intenciones, o una operación de marketing, consistente en vender avances que en realidad no se ponen en práctica”, solicita ATA en un comunicado.
La “Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía” fue aprobada en el Parlamento Andaluz el pasado 25 de junio.
Así lo explica la asociación andaluza:
“La ley Andaluza, es una Ley pionera en la despatologización de la transexualidad y en el reconocimiento de la libre autodeterminación del género como derecho humano. Ambas cuestiones la hacen una de las leyes más avanzadas de España, Europa y también a nivel mundial, en lo que se refiere al reconocimiento de derechos de las personas transexuales y por ser una herramienta contra la discriminación por identidad de género.
¿Por qué decimos que despatologiza la transexualidad? Porque reconoce la transexualidad como una expresión de la diversidad humana y no como una “enfermedad” o “trastorno de la identidad”, esto significa que las personas transexuales dejarán de ser objeto de evaluaciones o diagnósticos psicológicos obligatorios para acceder a los tratamientos médicos o quirúrgicos. Será reconocida la identidad de género libremente determinada”.
“Recibir una atención integral y adecuada a nuestras necesidades sociales, sanitarias, jurídicas, laborales y educativas, entre otras, en igualdad efectiva de condiciones y sin discriminación con el resto de la ciudadanía, es una de las garantías para alcanzar la igualdad”, declara Mar Cambrollé, presidenta de ATA-Sylvia Rivera. “Cuando un colectivo es invisibilizado, no existe, no tiene derechos ni puede luchar por ellos. Al no dar voz a un colectivo, no existen modelos reales de ese grupo y puedes imponer el tuyo", añade.
“ATA, considera una cuestión urgente desarrollar el procedimiento de atención sanitaria, para que dicha atención sea como dice la Ley, en igualdad de condiciones y en centros de proximidad, evitando así la segregación que nos estigmatiza y discrimina, y anulando las evaluaciones o diagnósticos psicológicos obligatorios. Pero sobre todo, lo que desde ATA entendemos que es imprescindible es, apartar de la atención a personas transexuales, a los profesionales que hasta ahora han sido perpetradores de una praxis inhumana y patologizante que, durante años, nos han tratado como enfermas y enfermos mentales, vejándonos, humillándonos y atentando contra nuestro honor, nuestra intimidad y despojándonos de forma sistemática de lo mas importante en la vida de cualquier persona; nuestra dignidad”, explican.
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