martes, 7 de octubre de 2014

Colombia: Amelie, la artista transexual viajera que ahora canta en La Candelaria

Es argentina, pero sus dotes musicales la han llevado a Egipto, España, Italia, entre otros.


Amelie se paseo con su guitarra por el emblemático barrio La Candelaria.
Foto: Carlos Ortega / EL TIEMPO
Amelie se paseo con su guitarra por el emblemático barrio La Candelaria.
Carga siempre con su bafle, una maleta donde guarda el micrófono, el maquillaje, y en sus espaldas lleva su guitarra. La argentina Amelie Wienhofer recorre por lo general las calles de La Candelaria en tacones hasta llegar a su lugar predilecto: un café a las afueras del centro Gabriel García Márquez, para darle un concierto de cultura, en todo el sentido de la palabra, a los transeúntes desprevenidos.

Nadie se alcanza a imaginar el bagaje cultural de Wienhofer. Algunos tal vez lo noten por encima, pues además de su talento musical y artístico, toca piano y sabe tres idiomas. Lo que pocos saben es que es una chica transexual o ‘trans’, como dice ella.

“Nací en Buenos Aires en 1963, eso como varón porque como mujer mi verdadera vida la empecé en el año 73. Tenía 10 años y me di cuenta que no me gustaba ponerme la ropa de varón y sufría. Entonces le dije a mi madre pero a ella le pareció que eso era un problema para un sicólogo, bueno en realidad pensó que era un problema para hablar con un pastor de la iglesia, lo cual fue peor”, reveló.

Su talento consigue que más de uno desvíe el rumbo para quedar absortos ante su habilidad a la hora de interpretar las obras de Piazzolla, Chopin, Beethoven, Bach, Édith Piaf, entre otros.
“Desde pequeña estudié música. Mi madre una de las cosas buenas que hizo fue enviarme a un conservatorio –cuenta–, me recibí de profesor de guitarra a los 12 años, y a los 25 empecé a estudiar el piano”.

Su voz, también impresiona cuando canta, pues ha logrado feminizarla y entonar con el efecto acústico de una voz de mujer. “Esto teniendo en cuenta que mi dotación digamos es masculina. Pero técnicamente soy barítono, puedo abarcar la octava baja con toda tranquilidad, sin ningún problema”, cuenta.

España, Londres, Italia, El Cairo, Alemania, el metro de París, Río de Janeiro, Málaga, Verona y Colombia, entre otros países y ciudades, han sido testigos del talento de Wienhofer.
“Decidí empezar a viajar porque no soportaba la realidad política y económica de Argentina. Veía cómo ese castillo de naipes que habían construido los políticos se iba a venir abajo e iban a verse aplastadas millones de personas. Pero con el tiempo el proceso que vi en Argentina lo vi calcado en otros países”, recuerda.

Por periodos, Wienhofer y su música se han arraigado al suelo de uno que otro país, enfrentando, incluso, lo que la vida ‘trans’ trae consigo. En el Cairo, por ejemplo, tuvo que disfrazarse de hombre para poder trabajar. Allá llegó a través de un crucero en el que daba conciertos de piano, manejando así una doble vida.

El destino, como prefiere explicar, es el que la ha traído a Colombia, a donde llegó en octubre del año pasado. Y a pesar de que lleva poco tiempo en la capital ha hecho varias presentaciones en festivales locales de la alcaldía de Santa Fe, Rafael Uribe Uribe, en Teusaquillo en el Centro LGTBI y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, entre otros.

Amelie Wienhofer asegura que ser artista en este país no es fácil, tanto para una mujer cualquiera como para una mujer transexual, es muy complicado. “Si para una mujer que nace siendo mujer es difícil imagínate para una chica como yo que tiene una apariencia de mujer y le quedan vestigios masculinos. La gente quiere pensar lo peor de nosotras hagas lo que hagas. No importa que estés tocando en la 7.ª el concierto de Aranjuez con la digitación correcta, lo que les importa es que estoy vestida de mujer", concluyó.

LUCÍA JIMÉNEZ RIVEROS
Redacción EL TIEMPO ZONA


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